La inflación se disparará ocho décimas cuando el Gobierno retire la rebaja de impuestos a la luz
El Banco de España prevé, en sus últimas proyecciones, que el IPC se situará en torno al 4,9% el año próximo frente al rango del 8,5% al que está a punto de cerrar 2022
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. | Europa Press.
La inflación se disparará ocho décimas cuando el Gobierno retire la rebaja de impuestos de la luz, fecha aún desconocida, según cálculos del economista Javier Santacruz a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
El economista ha calculado la media del IPC general y del mismo índice a impuestos constantes en todas la rúbricas y grupos que brindan los datos desglosados de inflación publicados mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Halladas sus diferencias y promediadas, eliminando la estacionalidad, concluye Santacruz que bonificaciones como la de los carburantes apenas han tenido efecto en la pretendida reducción de la inflación por parte del Gobierno.
Sin embargo sí ha apreciado un efecto en el atemperamiento de los precios derivado del alivio fiscal a la factura energética, principalmente por la merma del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) a este componente del 10% al 5%, que se computa en la rúbrica del INE bajo el epígrafe Vivienda, Agua, Electricidad, Gas y Otros Combustibles, que básicamente refleja la evolución del recibo de la luz, explica.
A partir de sus cálculos relativos a 2021 y 2022 y la evolución del índice en este segmento, calcula que la futura retirada del alivio fiscal temporal decretado por el Ejecutivo será responsable de ocho décimas de inflación cuando ésta se produzca.
Es decir, que si la inflación se sitúa el año próximo en el entorno del 4,9%, como prevé el último informe trimestral del Banco de España, y durante ese ejercicio se retira el apoyo fiscal a la electricidad, ocho de esas décimas derivarán de la pérdida de esta rebaja en el precio final de la energía.
El apoyo gubernamental al recibo es temporal y, aunque no se ha definido fecha de finalización, no permanecerá sine die, argumenta Santacruz.
Como explica el propio Santacruz, la reducción de los impuestos sobre la energía ha sido mucho más efectiva que el tope del precio del gas a la hora de reducir la tasa de inflación, entre otras medidas tomadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, incluyendo la bonificación de 20 céntimos a los carburantes.
«Efecto escalón» en la inflación
Se trata de medidas cuya gestión y devenir atañe tanto a los departamentos de Asuntos Económicos; encabezado por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño; como al de Hacienda, liderado por María Jesús Montero..
La comparativa entre el IPC general y el IPC a impuestos constantes permite ver en la trayectoria de un año cómo en los meses en los que se empezaron a aplicar las medidas se produjo un «efecto escalón» entre la evolución de los precios que habría sido sin estas medidas.
El cálculo se obtiene mediante la diferencia entre la tasa de inflación general y la tasa de inflación a impuestos constantes. Esta diferencia es en términos medios de un año, para quitar efectos estacionales y ver cuál ha sido la ganancia media en cada mes frente a lo que habría sido el índice sin haber tomado las medidas de reducción de impuestos, remacha Santacruz.
Cesta de la compra más cara
Esto sucede justo cuando la inflación de energía y alimentos es una de las mayores sobrecargas para el bolsillo de las familias, y cuando ya se han ido trasladando a la tasa subyacente. Es decir, cuando los elementos más volátiles en cuanto a la evolución de los precios ya han impregnado el resto de la cesta de la compra, como demuestra el alto volumen alcanzado por la tasa subyacente de IPC, aquella que no depende de los precios más oscilantes.
En noviembre, la inflación interanual se situó en el 6,8% y la subyacente en el 6,3%. Esta cercanía hace pensar a los expertos consultados que incluso podrían llegar a converger como una muestra del enquistamiento del alza de precios y su generalización fuera de los elementos en origen causantes de subidas de dos dígitos durante 2022.
De ahí que las subidas salariales, allá por el 2,9% en lo que va de 2022, o la venidera de las pensiones, en torno al 8,5%, así como las de funcionarios, que puede llegar al 3,5% se conviertan de forma indirecta en una retroalimentación de la inflación temida por los economistas que advierten sobre los llamados efectos de segunda ronda.
Lo mismo pasa con los impuestos a la banca y eléctricas por sus beneficios adicionales -llamados por el Gobierno extraordinarios- sobre los que los expertos advierten que será imposible evitar su repercusión al precio final.
