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Economía

La cifra de autónomos no subió en todo 2022, mientras cerraron 20.000 pequeños comercios

La Seguridad Social solo suma cinco trabajadores por cuenta propia más en 2022 y los negocios minoristas se reducen en todas las comunidades autónomas

La cifra de autónomos no subió en todo 2022, mientras cerraron 20.000 pequeños comercios

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. | Europa Press

La nula evolución del régimen de autónomos de la Seguridad Social durante 2022 -tan solo sumó cinco cotizantes en todo el año- encubre un dato aún más preocupante, y es la destrucción de casi 20.000 comercios, concretamente 19.699 a cierre de diciembre. Además, la caída es generalizada y se ha producido en todas las autonomías, según datos oficiales cribados por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.

Desde UPTA se lanza un SOS al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo -encabezado por Reyes Maroto- y a las Administraciones autonómicas para que adopten medidas que eviten esta sangría en el sector de comercios. El presidente de la asociación, Eduardo Abad, explica que han venido solicitando medidas urgentes al Gobierno de Pedro Sánchez sin éxito, y remarca la gravedad de la situación, que es especialmente lacerante en ciudades pequeñas y de la España Vaciada.

Pequeños comercios asfixiados

Explica Abad que los pequeños comercios están siendo engullidos por la gran superficie y las franquicias y cadenas, destruyéndose la economía de familias dependientes financieramente de negocios minoristas tradicionales, incapaces de competir en economías de escala en cuestiones de horarios, condiciones de pago y precios de suministros, entre otros factores.

También indica Abad que han solicitado repetidamente al Ministerio de Hacienda incentivos al consumo, a través de bonificaciones fiscales y otros mecanismos que podrían haber incrementado la facturación y con ello haber salvado gran parte de los negocios que hoy ya se han perdido.

Además, advierten los autónomos de que los cierres de comercios derivarán en menores ingresos fiscales para los ayuntamientos por distintos conceptos, y que además esta dinámica puede derivar en pérdida de calidad en los empleos.

Por otra parte, el economista Javier Santacruz interpreta la caída de autónomos en general, y del ramo del comercio en particular, como un indicador adelantado de la evolución a peor del empleo que aguarda para este 2023. «Los trabajadores por cuenta propia son los más expuestos a una más que probable recesión, no solo por los sectores donde se concentran -fundamentalmente de servicios y ligados al consumo discrecional-, sino también por los cambios normativos que entran en vigor en 2023, como la cotización por ingresos reales».

Mal presagio para el empleo asalariado

En este mismo sentido se pronuncia el presidente de la Federación de Autónomos ATA, Lorenzo Amor, quien ha recordado que en 2013 el crecimiento de autónomos vino a adelantar el avance del empleo que se produjo a posteriori, con lo que esta pérdida de autónomos en 2022 «augura una fuerte desaceleración en el crecimiento del empleo» general, ha defendido.

Amor ha manifestado su desolación con los registros de 2022, aduciendo también que es el peor cierre en diez años para la afiliación de autónomos a la Seguridad Social, con un aumento de cotizantes de solo cinco trabajadores por cuenta propia en términos medios.

Y recalca Amor que el colectivo viene advirtiendo desde mayo de que esta merma de autónomos comerciantes se iba a producir. Es más, anticipa que se irá agravando, ya que en 2023 los alquileres de locales subirán un 8,5%, dejando dramas familiares ante cierres de negocios y también profesionales con mucha dificultad para reengancharse a otros empleos. Deplora Amor, en este sentido, los argumentos de quienes defienden que la merma de negocios es por trasvase de autónomos a asalariados. «Nadie cierra un comercio, un bar, una nave o una explotación agraria para hacerse asalariado», zanja.

Además, apunta Santacruz un efecto adicional que desincentiva la afiliación al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), y es que los que menos facturan, conforme sube el salario mínimo interprofesional (SMI), ven elevado el umbral a partir del cual hay que darse de alta como autónomos, pudiendo ejercer actividad sin necesidad de darse de alta hasta una cifra mayor, bastando facturar con retención en IRPF hasta el nuevo límite del SMI.

Desatención a la España despoblada

Por otra parte, Abad resalta que la situación del autónomo del comercio minorista es aún más grave en pequeñas poblaciones, ya que el cierre de, por ejemplo, quince pequeños negocios en una localidad de pocos habitantes es más lesiva para su economía que la de, prosiguiendo con el ejemplo, cien pequeñas tiendas de una gran ciudad, donde además la empleabilidad de los autónomos que cierran la persiana es más alta. «Los cierres de comercios son dramas familiares», apostilla Amor.

El presidente de UPTA reclama una política conjunta de los Ministerios de Industria y de Hacienda que incluya una consideración hacia la España despoblada y que implique a asociaciones como las Cámaras de Comercio, en las que detecta una inusitada pasividad ante la sangría del comercio que afecta al país.

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