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Economía

El frenazo del empleo en diciembre reaviva los temores de una recesión en España en 2023

Los expertos advierten de que la ralentización de la afiliación a la Seguridad Social es un síntoma de que se aproxima una caída trimestral del PIB

El frenazo del empleo en diciembre reaviva los temores de una recesión en España en 2023

Calviño asiste al acto de colocación del retrato del exministro Román Escolano, el pasado 27 de diciembre. | A. Pérez Meca (Europa Press)

Los datos del mercado de trabajo conocidos este martes han vuelto a poner sobre la mesa la amenaza de una caída del Producto Interior Bruto (PIB) en España en los próximos trimestres. Cuando parecía que nuestro país esquivaba los peores pronósticos de mediados del año pasado, las cifras de contratación y de afiliación a la Seguridad Social del mes de diciembre han reflejado una ralentización de la creación de empleo que, según economistas consultados por THE OBJECTIVE, podría convertirse en el primer síntoma de una ‘recesión breve’ que podría confirmarse durante la primera parte del año 2023.

La ralentización del empleo, en especial en la última parte del año pasado, es un indicador que tradicionalmente anticipa una reducción en las cifras del PIB, señalan las fuentes consultadas por este diario. Si a esto le sumamos el enconamiento de la guerra de Ucrania, una crisis energética que no se logra resolver, una inflación que sigue siendo preocupante -en especial la subyacente- y una caída de la inversión y del consumo privado que podría seguir prolongándose, tenemos un caldo de cultivo propicio para que entre octubre y diciembre de 2022 o la primera parte de 2023 pueda producirse una caída del PIB puntual de uno o dos trimestres.

Recordemos que en el tercer trimestre del año España salvó por la mínima una caída del PIB al registrar un mínimo avance del 0,1% entre julio y septiembre, un duro contraste con el 2% que creció entre abril y junio. Un frenazo que se produjo por la ralentización de las exportaciones, que se quedaron en un mínimo 1,5%; de la inversión, que sólo mejoró un 0,7%, y en especial por el consumo de los hogares, que solo aumentó un 0,1%. Este último indicador está directamente relacionado con el empleo, ya que a menos contratación, menor gasto de las personas.

«Agotamiento» de las empresas

Pese a que el año cerró con récord de afiliados a la Seguridad Social (20,1 millones de trabajadores) y cerró el año con la creación de 471.360 empleos, los datos de diciembre reflejan una desaceleración que ya se viene manteniendo desde el comienzo del curso, con cifras de crecimiento cada vez más reducidas y una tendencia peligrosamente descendente a medida que se ha ido acercando el fin de año. Los finales de año históricamente suelen ser los mejores en la creación de empleo por las campañas de Navidad en el comercio, una tendencia que se interrumpió el año pasado.

En el caso de diciembre y con datos en términos brutos, el empleo en España aumentó solo en 12.640 trabajadores, el peor diciembre en más de una década. En 2012 y con la crisis financiera en su punto álgido el empleo descendió en más de 88.000 personas. En términos desestacionalizados, el número de afiliados retrocedió en 8.347 respecto a noviembre, también el peor dato desde abril de 2021.

Un frenazo que Cepyme atribuye a un claro síntoma del «agotamiento» de las empresas. La patronal de pequeñas y medianas empresas explicó el martes que la ralentización en la creación de empleo de los últimos meses, junto a la destrucción de la afiliación en sectores como la industria y la construcción, son «signos evidentes del agotamiento del tejido empresarial». Por su parte, la CEOE, la principal patronal, recordó que las incertidumbres económicas obligan a priorizar el mantenimiento y la creación de empleo, «adquiriendo especial incidencia la flexibilidad y la contención de los costes laborales y de producción».

Recesión trimestral

Desde el punto de vista técnico, una ralentización del empleo influye directamente en el cálculo del PIB. Como explica el economista Javier Santacruz a este diario, las afiliaciones corregidas de estacionalidad son una de las variables adelantadas que se usan para estimar el PIB trimestral. Santacruz advierte que el dato publicado el martes «no es bueno», por lo que «teniendo en cuenta la corrección al alza del PIB del primer trimestre y segundo trimestre de 2022, va a ser muy difícil que el PIB del cuarto trimestre de 2022 y del primer trimestre de 2023 no vaya a ser negativo».

Por su parte, el economista Daniel Lacalle reconoce que el frenazo de los datos de empleo es un dato preocupante para el cálculo del PIB y para su evolución, aunque no se atreve a hablar de recesión porque cree que el aumento del gasto público y la utilización de un deflector del PIB inferior a la inflación podría maquillar al alza los datos de una eventual ralentización.

A finales de octubre, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) estimó que la economía española caerá entre un 0,2% y un 0,3% en el cuarto trimestre de este año, registrando un retroceso similar en el primer trimestre de 2023. «Va a ser muy difícil que la economía española escape» de una dinámica que comparten la mayoría de los países, explicó la Airef. Con dos trimestres consecutivos de caída del PIB, una economía entra en recesión técnica.  

Previsiones de la Airef

Por su parte, desde mediados de año el BBVA Research venía avisando también de una recesión de dos trimestres consecutivos con una caída del 0,3% en el cuarto trimestre de 2022, y otra igual para el primero de 2023. Sin embargo, en diciembre el servicio de estudios del banco mejoró sus pronósticos, elevó el crecimiento hasta el 0,2% y descarto una recesión para nuestro país. Otros servicios de estudios también descartan la recesión aunque aferrándose a un mercado laboral dinámico y que en 2023 seguiría mejorando, algo que tras los datos de diciembre parece más difícil de alcanzar.

Todo ello en medio de los negativos pronósticos para la economía mundial. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva advirtió esta semana que «un tercio de la economía mundial esté en recesión», incluyendo la mitad de los países de la Unión Europea. No obstante, todas las previsiones de los grandes organismos, incluido el propio FMI, dan por hecho que será una recesión corta y que después de verano las grandes economías volverán a cifras positivas.

De esta manera, los expertos consultados por este diario matizan que es probable que se produzca una caída del PIB en España en alguno de estos trimestres y, no necesariamente en los dos, lo que llevaría a una ‘recesión breve’ y de corto alcance que en ningún caso -por el momento- comprometería el crecimiento anual de este año ni del próximo.

Para este 2022, y tras el último ajuste del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se espera un crecimiento superior al 5%, incluso si hay una caída del PIB de un par de décimas en el último trimestre. Y en 2023, la mayoría de los departamentos de estudios sitúan entre el 1% y el 1,5% el crecimiento, incluso si hay recesión en algún trimestre.

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