Los inversores siguen sin fiarse de Sánchez y esperarán a las municipales para mover ficha
Los empresarios extranjeros esperan despejar la incógnita electoral en mayo para poder definir sus inversiones en nuestro país
Los inversores siguen sin fiarse de Pedro Sánchez y del gobierno de coalición, pese a los ingentes esfuerzos del presidente y de sus ministras económicas por vender las bondades de nuestro país como el nuevo epicentro europeo para hacer negocios. La realidad indica que las cifras de inversión del tercer trimestre del año pasado son solo la antesala de un parón que está experimentando el sector a la espera de que se aclare el panorama político en España.
Representantes de fondos y asesores de grandes fortunas y empresas coinciden en señalar a THE OBJECTIVE que la fecha marcada en rojo en el calendario de los inversores es la de las elecciones municipales de mayo y que hasta estos comicios no se espera que nadie mueva ficha. El sentir general de los empresarios con interés de permanencia -no de los fondos que buscan rápidas plusvalías-es que el gobierno de coalición (conocido como Frankestein de Sánchez en algunos círculos) está agotado y que las concesiones a sus socios nacionalistas e independentistas se están convirtiendo en un hándicap para la imagen de España en el exterior y para el despliegue de las inversiones.
De esta manera, en las elecciones municipales esperan constatar una caída de los partidos que precipitaron la investidura de Pedro Sánchez y en especial de PSOE y Unidas Podemos, una situación que se viene vaticinando en las últimas encuestas e incluso dentro del propio Gobierno. Esta situación abriría un nuevo escenario en el que el Partido Popular (PP) y Alberto Núñez Feijoó consolidarían sus opciones para optar a La Moncloa en diciembre y con ello llegaría una cierta tranquilidad al mundo empresarial e inversor.
Impuestos de Sánchez
Para nadie es un misterio que los empresarios y las grandes corporaciones prefieren a un PP moderado en el Gobierno -ojalá sin el apoyo de Vox- por lo que tener una corriente favorable para su desembarco en el poder es positivo para el clima inversor. En este sentido, se confía que con Feijoó se deroguen los impuestos «extraordinarios» a las eléctricas, la banca y las grandes fortunas. Se espera además que se acabe con el decreto antiopas, el que según ya informó este diario se está convirtiendo en un freno real a la inversión, nacional y extranjera dada la creciente inseguridad jurídica que representa.
Lo que los inversores no quieren es incertidumbre y menos en el terreno político, por lo que es clave despejar la incógnita electoral de mayo y ojalá con un vencedor claro. Si es el PP el ganador, se impulsará el desarrollo inversor y si se consolida el PSOE y Podemos se producirán movimientos más cautos de capitales. Lo que en ningún caso desean es un resultado que no arroje un vencedor claro con un reparto más o menos equivalente de feudos entre el PP y el PSOE, lo que mantendría muchas dudas -y por muchos meses- respecto del futuro Gobierno.
En cualquier caso, los datos ya anticipan un movimiento inversor al ralentí que está a la espera de la evolución política inmediata. Las cifras del Producto Interior Bruto (PIB) indican que la economía española se enfrió en los meses de verano y el comienzo de curso al solo crecer un 0,1%, desde el 2% del segundo trimestre. Una situación que se produjo por un comportamiento menos dinámico de las exportaciones, que pasaron de un 5,4% a solo un 1,5% de crecimiento en un trimestre; del consumo de los hogares; que bajó de un 1,7% a un 0,1%; y con un fuerte impacto de la inversión que se movió del 1,2% a un 0,7%.
Caída trimestral de la inversión
Este diario también publicó en diciembre los datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio que reflejaban que el flujo de inversión extranjera neta cayó un 15,6% entre julio y septiembre del año pasado hasta los 3.432 millones de euros, 636 millones menos que lo registrado en igual periodo de 2021. Esta cifra contrastó con el gran crecimiento que se registró en los primeros seis meses, cuando se acumularon 10.666 millones, tres veces más que en el primer semestre de 2021.
Una parón que se produjo en las mismas fechas en las que Pedro Sánchez dio a conocer el nuevo impuesto a las eléctricas y a la banca. El 12 de julio los anunció en el debate del estado de la nación y se aprobaron el 25 de noviembre, después de cinco meses de intenso debate y de deterioro de las expectativas empresariales. Un recargo temporal a las grandes compañías del sector energético y bancario que gravará sus «beneficios extraordinarios», generados por la subida de los precios de la electricidad y de los tipos de interés. Hachazo duramente criticado desde las patronales, las grandes corporaciones y los inversores.
Desde el comienzo del curso Pedro Sánchez ha intentado recuperar este ciclo virtuoso de la inversión, en especial entre grandes corporaciones internacionales. Ericsson, Samsung, Cisco y Maersk fueron algunas de las empresas que se reunieron con el presidente de Gobierno con el Perte Chip y las inversiones en hidrógeno verde como telón de fondo. El Gobierno lleva varios meses intentando atraer gigantes extranjeros para que capten parte de los mil millonarios recursos que llegarán del Plan de Recuperación y de los fondos Next Generation.
Guiño de Sánchez a la empresa
El pasado jueves, el presidente compareció ante centenares de inversores reunidos en el Foro Spain Investors Day (SID) para pedirles que sigan confiando en España, «uno de los países que más crecerá en 2023». Sánchez recordó que España seguirá con su agenda modernizadora y que ahora se abre una nueva etapa de gestión de los fondos europeos con los 84.000 millones de créditos que se pedirán este mes a Bruselas.
Respecto de los impuestos a la banca y a las energéticas, Sánchez se justificó indicando que se trata de un gravamen extraordinario motivado por una situación excepcional. También hizo un inédito agradecimiento al sector empresarial: «Quiero rendir un homenaje a los empresarios que hacéis cada día mejor el país con vuestro trabajo», dijo ante un auditorio compuesto fundamentalmente por fondos de inversión, pero con pocas grandes empresas y casi ningún representante del Ibex 35.
Horas antes en este mismo foro, la vicepresidenta primera Nadia Calviño también destacó la pujanza de los fondos europeos, las oportunidades inversoras y la confianza que ha llevado a crecer la inversión interanual un 55%. Calviño se refiere al crecimiento de los nueve primeros meses del año en términos brutos (menos fiable que el dato neto) y que reflejan un espectacular primer semestre, pero esconde el evidente parón en el tercer trimestre donde el crecimiento bruto fue solo del 2,9%.
Fondos de inversión
En todo caso, las fuentes consultadas por este diario advierten que los fondos de inversión -a diferencia de las grandes empresas industriales españolas y extranjeras- prefieren un escenario revuelto y con elevada inseguridad jurídica, como es el caso de España, para obtener rápidas plusvalías realizando inversiones a bajo coste. No confían en Sánchez, pero creen que sus políticas favorecen a los fondos que buscan retornos inmediatos.
Fuentes del sector advierten a este diario que -a diferencia de los inversores industriales- sí que quieren aprovechar el momento y en un año salpicado por elecciones ven importantes posibilidades de hacer negocios. Muchos de ellos comentan a este diario que el cambio de Gobierno y la salida de Sánchez es una posibilidad que no está tan clara y que en un segundo semestre en el que España presidirá la Unión Europea hay un buen caldo de cultivo para hacer negocios y obtener rápidos beneficios.