La pensión media 'solo' sube el 5% tras 'comerse' el IRPF parte de la revalorización
La segunda parte de la reforma del ministro José Luis Escrivá sigue detenida a falta de un acuerdo político que obtenga mayoría parlamentaria suficiente
El Gobierno ha subido en 2023 las pensiones en la cuantía por la que apostó el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, del 8,5%. Sin embargo, según cálculos de fiscalistas consultados por THE OBJECTIVE, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se come parte del alza, de modo que una pensión media -por el saldo entre la revalorización marcada en los Presupuestos y la mayor tributación- solo sube el 5,1% según la configuración actual del tributo.
En una pensión mínima, sin embargo, no se produce la minoración de la subida por efecto del IRPF, y en una paga máxima sí que se produce la reducción del aumento teórico, pero en menor medida, de modo que el incremento efectivo en el bolsillo del pensionista es del 6,7%.
Los cálculos están realizados de acuerdo con los niveles de pensión de cierre de 2022, partiendo de una paga mínima de 685 euros en 14 pagas, de una pensión media de 1.259,79 euros en 14 pagas, y de una máxima de 2.819,20 euros en 14 pagas. Y la tributación del modelo teórico tiene en cuenta el esquema de retenciones de febrero de 2023, que incorpora algunos ajustes frente al mes anterior.
Varía según cuantía de la pensión y casuística del contribuyente
Con todo, en el caso de la pensión mínima sin cónyuge y otras personas a cargo, el aumento bruto por paga se mantiene en 58,30 euros tras incorporar el 8,5%. En una pensión media el alza bruta por paga pasa de los 107,08 euros que supone añadir el 8,5% a los 61,04 euros tras descontar del alza el IRPF. En una pensión máxima, el repunte bruto de los 239,61 derivado del alza de las pensiones marcada en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023, a los 150,87 euros que salda la reducción por efecto del IRPF.
El ejemplo se ha efectuado a partir de un caso tipo de un jubilado de 70 años en cada uno de los extremos de la horquilla de las pensiones, y también con la paga media del Sistema de la Seguridad Social y demuestra que la subida del 8,5% es virtual, salvo en el caso de las pensiones mínimas. De ese modo, Hacienda se lleva el 40% de la subida de las pensiones medias y el 21,2% del alza de las pensiones máximas.
Deflactación de la tarifa
Por otra parte, el hecho de que la subida de las pensiones no se materialice en determinados tramos -recordemos que hay más casuísticas de tributación- no deriva solo de la modificación de tramos que atañe al contribuyente, sino del hecho de que el Ministerio de Hacienda, que encabeza María Jesús Montero, sigue sin deflactar las tarifas (es decir, ajustarlas al menor poder adquisitivo de las rentas derivado del alza de la inflación).
Son numerosos economistas consultados por THE OBJECTIVE que atribuyen a la deflactación del IRPF la cualidad de ser una medida realmente reductora de la inflación. En este sentido se pronuncian el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle, el economista Javier Santacruz, y el profesor de Finanzas del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles.
Además, como apuntó este periódico, el pacto para aprobar la segunda parte de la reforma de las pensiones sigue sin cerrarse. Por un lado, porque desde el Ministerio se ha apostado por conciliar un consenso político entre los grupos políticos que consiga una suficiente mayoría parlamentaria que aún no se ha cerrado. «El pacto ha de cerrarse por la izquierda», apuntan fuentes de la negociación a este periódico.
Pendiente de acuerdo político
Todo ello sucede después de que por primera vez se haya apostado por una negociación con los agentes sociales más informal y por recabar dictámenes de expertos al margen de reuniones conjuntas de todos los órganos decisores o asesores. De hecho, desde diciembre no se ha producido ninguna reunión oficial de los agentes sociales y la mesa no se va a convocar, previsiblemente, hasta el mes que comienza.
La segunda fase de la reforma de las pensiones dirime, entre otras medidas, el destope de la cotización máxima, en menor medida que la subida de la paga más alta; la ampliación de la vida laboral computable para el cálculo de la pensión; la cobertura de las lagunas de cotización que se producen en muchas carreras laborales, especialmente femeninas; y, en su caso, el reajuste del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) a las demandas de Bruselas, que solicita ajustes automáticos en función de variables demográficas como la esperanza de vida.
Mientras la versión final de la reforma sigue sin refrendarse, en Francia se producía este martes una nueva jornada de paros y movilizaciones pidiendo árnica contra la reforma de las pensiones promovida por el gabinete de Emmanuel Macron, sin grandes incidentes pero sí con complicaciones en el transporte y bloqueos en cientos de centros educativos, motivada por la elevación de la elevación a 64 años de la edad de jubilación en el país galo.