La ministra Ribera vuelve a mangonear en la CNMC
La hija del antiguo presidente de Red Eléctrica, Jorge Fabra, se ha convertido en la nueva correa de transmisión de Teresa Ribera en el organismo
La economista Natalia Fabra, durante una entrevista en TVE.
La economista Natalia Fabra, hija del antiguo presidente de Red Eléctrica, Jorge Fabra, se ha convertido en la nueva correa de transmisión de Teresa Ribera en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Fabra ha venido a sustituir en esta función al marido de la ministra, Mariano Bacigalupo, que a finales del pasado año cesó como consejero del organismo regulador de los mercados y la competencia para formar parte del equipo de gobierno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La marcha de Bacigalupo dejó a la ministra Ribera ‘viuda’ a nivel político y profesional en la CNMC, lo que, en contrapartida, favoreció la jerarquía de la vicepresidenta Nadia Calviño en el organismo encargado de velar por el buen funcionamiento de los mercados regulados, en especial el sector energético y el de las telecomunicaciones. Las tensiones entre Calviño y Ribera han sido constantes dentro de la CNMC motivando también un pulso muy fuerte en el seno del consejo de administración de la entidad que preside Cani Fernández.
Ahora, y aprovechando la reciente propuesta de reforma del mercado eléctrico que el Gobierno ha presentado en Bruselas, la máxima responsable de Transición Ecológica ha vuelto por sus fueros ‘colocando’ a su amiga Fabra en una especie de corresponsalía especial dentro de la CNMC. La profesora de la Universidad Carlos III aporta en esta labor una acreditada experiencia docente a lo que se une su papel como miembro del Consejo Asesor del Ministerio de Economía y Transición Digital. Dicho de otro modo, Calviño no puede contrarrestar a Fabra en la CNMC cuando la propia vicepresidenta del Gobierno cuenta con la economista entre su grupo de consultores ministeriales.
La labor de Fabra en la CNMC tiene por objeto cerrar filas entre el organismo regulador y el Ministerio de Teresa Ribera en apoyo de la propuesta de reforma eléctrica que el Gobierno ha planteado recientemente a la Comisión Europea para eliminar el célebre mercado marginalista del sector eléctrico a nivel comunitario. Ribera intenta romper los viejos tabúes que dieron lugar al actual sistema de formación de precios en el mercado de la energía europea y fomentar un nuevo sistema de retribución por tecnologías que permita reducir el importe de la tarifa eléctrica a los usuarios finales.
Ese empeño tropieza con los intereses de las grandes compañías y de los defensores de la liberalización del sector eléctrico. La oposición y resistencia que ha motivado el plan de Ribera puede hacer que la propuesta termine por descarrilar en Bruselas, pero al menos servirá para que la ministra recupere la influencia en la CNMC del grupo de trabajo liderado por Fabra y en el que también participan activamente los consejeros María Jesús Martín y Josep María Salas.
