Putin veta a sus embajadas informar sobre sus relaciones comerciales: "Es material clasificado"
Los datos sobre exportaciones e importaciones con otros países se blindan. Ahora solo existirá un único canal para conocerlos: los entes nacionales
El presidente de Rusia, Vladimir Putin | EuropaPress
Un año después del inicio de la guerra en Ucrania, Rusia continúa aprobando medidas que la aíslan cada vez más de Occidente. La última, según ha podido saber este periódico a través de fuentes diplomáticas, es la orden del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de vetar cualquier tipo de información relacionada con el comercio exterior a sus embajadas.
«Son las nuevas reglas internas de nuestro país», comentan desde la Embajada de Rusia en España. Dichas reglas catalogan la información relacionada con las exportaciones e importaciones de «clasificada». Un escenario que deja ahora un único canal oficial para conocer los movimientos económicos entre territorios: los organismos nacionales de cada país. Aunque España ha reducido de forma considerable el comercio con Rusia, hoy sigue importando «hidrocarburos, metales, productos químicos y fertilizantes».
En abril de 2022, Rusia avisó a España del impacto económico que sufriría en caso de que interviniese en la guerra. Así, desde la embajada compararon lo ocurrido tras la guerra de Crimea en el año 2014. «La última vez que participó de forma activa en la guerra perdió al año siguiente 785 millones de euros y 60.000 puestos de trabajo«. Se trata de una advertencia a la que le añadieron una serie de declaraciones de organizaciones agrícolas, como Unió de Llauradors (la organización profesional agraria mayoritaria en el campo valenciano), que cifró en 1.650 millones la pérdida en envíos agroalimentarios hasta finales de 2021.
Desde que comenzó la guerra, Rusia ha visto cómo las empresas europeas a cuentagotas han ido proclamando su salida del país. Aunque la presencia española en el territorio es muy reducida comparada con la de otros países, desde el país dirigido por Vladimir Putin aún se mantiene el optimismo de que las empresas españolas vuelvan. El hilo de esperanza está en que las compañías de nuestro país suspendieron solo su actividad con intención, según creen, de restablecer los contactos cuando termine la guerra.
Rusia afirma que España ha recibido un duro impacto económico tras las sanciones europeas a su país. Según sus datos, en 2019, 1.350.000 turistas rusos aterrizaron en España, pero, tras las sanciones, solo unas decenas de miles han llegado. «España ha perdido al turista ruso, que gasta 20 veces más que el turista alemán o inglés… y eso perjudica a la economía española», apuntaron.
Las relaciones bilaterales entre ambos países siguen pendiendo de importantes acuerdos, como el que tiene la energética Naturgy con la compañía privada rusa Novatek. Hace unos días, el consejero delegado de la empresa española, durante la presentación de los resultados anuales de Naturgy, aseguró que su intención era que el contrato se mantuviera hasta el final, que expira en el año 2041. Una intención que también comparten desde Rusia. «El contrato entre Naturgy y Novatek va bien, sin ningún tipo de problemas. El gas natural licuado (GNL) está exento de las sanciones europeas contra los hidrocarburos rusos, por lo que este contrato se sigue cumpliendo», indicaron.
La Embajada de Rusia en España ha vivido estos últimos meses un cambio drástico en su cúpula de mando. Así, los dos hombres fuertes en las relaciones políticas, económicas y comerciales abandonaron su puesto en sustitución de dos nuevos rostros. Por un lado, Yuri Klimenko, que fue cónsul en Barcelona, ocupó el puesto del embajador Yuri Korchagin, tras una década al frente. Por su parte, el consejero económico y comercial, Aleksander Korchagin, fue reemplazado por Kirill Budaev.
El año pasado, España y Rusia sufrieron uno de los años más tensos en cuanto a sus relaciones diplomáticas. En abril de 2022, el Ministerio de Asuntos Exteriores expulsó de nuestro país a 27 diplomáticos rusos. Esta es una decisión que tuvo su respuesta un mes después con la expulsión de casi una treintena de personal diplomático de Moscú. Fuentes diplomáticas reconocen que la actividad de la embajada ha disminuido y ya no es tan frenética como antaño.
