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Economía

Ferrovial: Sánchez admitió en su tesis que las empresas pueden huir si la regulación les daña

El presidente ya rubricó en su tesis la necesidad de una diplomacia económica que se apoye en estructuras internacionales como el G20 y la Comisión Europea

Ferrovial: Sánchez admitió en su tesis que las empresas pueden huir si la regulación les daña

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno hizo una tesis doctoral en diplomacia económica en 2012. | Víctor Ubiña

Pedro Sánchez Pérez-Castejón admitió en su tesis doctoral (noviembre de 2012) que «las compañías pueden penalizar con la no localización o la deslocalización de aquel territorio con cuyas normas reguladoras están en desacuerdo». Una afirmación que, casi 11 años después, y esta vez como presidente del Gobierno y no como doctorando, irrumpe como un boomerang en un escenario de críticas permanentes por parte del Ejecutivo progresista hacia el Grupo Ferrovial, que ha tomado la decisión de trasladar su sede social a Holanda.

Además, Sánchez pondera la libertad de movimiento de capitales, y sostiene que, en un mundo globalizado, los estados tienen que apoyarse en estructuras internacionales como el G20 o la Comisión Europea para regular los mercados. Asimismo, critica a los gobiernos populistas e intervencionistas y, también defiende que el Ejecutivo tiene que rendir cuentas ante el Parlamento si decide un cambio de posición en materia internacional.

Sánchez rubrica en su tesis doctoral -a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE– que «la nueva circulación de capitales y de bienes y servicios ha contribuido el ‘despegue’ (Jordi Sevilla, 2003) o ‘desacople’ (Bauman, 1997) de la multinacional respecto al territorio en el que opera». Añade el líder socialista que, en la actualidad, «las empresas globales únicamente responden a sus accionistas, lo que implica su despegue de la sociedad en la que se desenvuelve y con ello diluye su responsabilidad y su propiedad».

Este despegue, añade, «producto de los mercados globales financiero y de producción, otorga a la empresa un poder inédito». El entonces profesor universitario de la Universidad Camilo José Cela -el mismo centro donde consigue el título de doctor en Economía- mantiene en las primeras páginas de su trabajo que «esa pérdida de responsabilidad provoca el riesgo de la potencial ausencia de compromiso social de la empresa, al no formar parte de ningún proyecto de ámbito superior al meramente empresarial».

Un marco de competitividad para las empresas

También en estas primeras páginas, Sánchez Castejón sostiene que «la globalización provoca una mayor inseguridad en los mercados laborales, singularmente, el de aquellas naciones más avanzadas económicamente».

«Los estados deben incorporar objetivos de mejora de la competitividad en un entorno mundial caracterizado por la desregulación de los movimientos de capitales»

Pedro Sánchez, en su tesis doctoral: ‘Innovación de la diplomacia económica española: Análisis del Sector Público (2000-2012)’

Tras asumir que la mundialización implica la pérdida de autonomía de los estados nación que «ya no son libres de diseñar sus estrategias sin contar con las restricciones externas», en una vuelta de tuerca, el secretario general de los socialistas justifica de inmediato que los gobiernos «deben incorporar objetivos de mejora de la competitividad en un entorno mundial caracterizado por la desregulación de los movimientos de capitales (Rivas y Sánchez Díez, 2007)».

En esa línea, Sánchez ya considera que la función reguladora del sector público en el mercado debe fortalecerse en foros internacionales, más allá del marco puramente estatal: marcos como el G20, «instituidos hoy como espacios de decisión y coordinación internacional de las políticas económicas de los Estados». En el caso europeo, ha de fortalecerse «con las estructuras comunitarias gracias a una necesaria mayor gobernanza económica de la UE».

Una vez contemplado el peso de las instituciones internacionales en las reglas de juego del mercado, y en concreto del movimiento de las multinacionales, la tesis del presidente del Gobierno respalda páginas después que «la moderna diplomacia debe (si no quiere caer en el anacronismo) reconocer que el número de actores inmersos en labores diplomáticas ha aumentado en la era de la mundialización».

Adquisición de empresas y activos

Subraya Pedro Sánchez en este texto de 341 páginas que «la economía española ha sido históricamente un país receptor de inversión extranjera, que ha contribuido de forma decisiva a la modernización del tejido productivo», destacando, «por encima de las consideraciones, la aparición de un nutrido grupo de multinacionales españolas, de muy variados sectores, que se desenvuelven con éxito en los mercados internacionales».

Y añade que «una de las razones de la vigorosa trayectoria de la IED (Inversión Exterior Directa) española apuntada por Fernández Otheo (2011) es el proceso de adquisición de empresas y activos como principal vía de entrada de las empresas españolas en los mercados respecto a otras posibles estrategias, tales como la creación de sociedades y de la ampliación de capital social».

«La estrategia de adquisición de empresas en mercados extranjeros ha encontrado, en determinados casos, serias limitaciones como consecuencia de la inseguridad jurídica propiciada por gobiernos populistas»

Pedro Sánchez, en su tesis doctoral: ‘Innovación de la diplomacia económica española: Análisis del Sector Público (2000-2012)’

Crítica a los gobiernos populistas

Pues bien, en esa reflexión, critica Sánchez en la tesis doctoral que «la estrategia de adquisición de empresas en mercados extranjeros ha encontrado, en determinados casos, serias limitaciones como consecuencia de la inseguridad jurídica propiciada por gobiernos populistas de los países de destino. El más reciente, la nacionalización de YPF por parte del Gobierno argentino, cuyo principal damnificado ha sido la compañía Repsol». Y remacha: «Ambas dimensiones de la IED española, emisora y receptora, justifican la articulación de estrategias de diplomacia económica por parte sus autoridades».

En este sentido, también se muestra crítico cuando destaca que, en la actualidad, «casi a diario podemos encontrar en la prensa innumerables ejemplos de cómo los gobiernos tratan de combinar ambos objetivos: el bloqueo de cuentas bancarias y sanciones económicas a países que subyugan a su población. Siria, por poner un ejemplo de actualidad», sostiene.

En el epígrafe dedicado a la negociación y toma de decisión en la diplomacia económica, señala Sánchez que las decisiones en materia de diplomacia económica, y que bien podría guardar relación hoy con sus actuaciones y cambio de estrategia con Marruecos,«deben contar con el respaldo del electorado al que representa el Gobierno que toma las decisiones».

Y apostilla el entonces doctorando: «En efecto, un acuerdo internacional puede ser beneficioso para el país en cuestión, pero estará condenado al fracaso si no cuenta con el apoyo de su electorado».

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