Las empresas alemanas insolventes crecieron en marzo un 13,2% respecto al mes anterior
En el primer mes de este año, los juzgados alemanes registraron 1.271 insolvencias, aproximadamente un 20% más que en enero de 2022
El número de empresas declaradas en quiebra en Alemania aumentó en marzo un 13,2% más que en febrero, según ha informado de forma preliminar este miércoles la Oficina Federal de Estadística germana (Destatis).
Si bien el instituto estadístico no ha proporcionado aún cifras exactas -las últimas son de enero-, ya en febrero estas insolvencias habían crecido un 10,8% respecto a enero. En el primer mes de este año, los juzgados alemanes registraron 1.271 insolvencias, aproximadamente un 20% más que en enero de 2022, y legaron pasivos por un valor cercano de 2.300 millones de euros. Las compañías más afectadas fueron las del sector de la construcción.
La agencia germana precisa que los procedimientos solo se incluyen en las estadísticas tras la primera decisión adoptada por los tribunales de insolvencia. En muchos casos, asegura, la fecha de la solicitud de impago es tres meses anterior a la confirmación administrativa.
Quiebras en 2022
El número de empresas declaradas en quiebra en Alemania aumentó en 2022 hasta las 14.590, un 4,3% más que en 2021, lo que supone la cifra más alta desde la crisis financiera en 2009, según informó Destatis en marzo.
La agencia destacó que la última vez en la que se produjo un aumento de insolvencias fue durante la anterior crisis, y que, desde entonces, el número de quiebras empresariales habían disminuido de forma constante año tras año.
Los analistas consultados por la agencia ‘dpa’ aseguraron que estos datos no deben interpretarse como una ola de impagos, sino como un aumento moderado en las insolvencias fruto de un año marcado por la guerra de Ucrania y la alta inflación.
Además, entre marzo de 2020, en los primeros compases de la pandemia, y mayo de 2021 se suspendió total o parcialmente la obligación de solicitar la declaración de insolvencia para las empresas con exceso de apalancamiento.
El Gobierno federal pretendía entonces evitar una oleada de compañías en bancarrota. No obstante, se preveía un incremento de las quiebras tras la expiración de estas exenciones.