Francia y Alemania construyen el doble de viviendas por habitante que España
España, que arrastra desde hace años un desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda, construyó 2,3 viviendas por cada 1.000 habitantes en 2022
Viviendas de nueva construcción | Europa Press
Los datos analizados en el informe El problema de la vivienda sí tiene solución, elaborado por la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid, indican que nuestros vecinos tienen tasas de producción por encima de la española que se situó en 2,3 viviendas por cada 1.000 habitantes en 2022.
De hecho, algunos de los países de nuestro entorno, reflejan unos niveles de construcción muy consistentes como es el caso de Francia y Alemania. En el caso alemán, las cifras de producción se mueven en torno a las cuatro viviendas por cada 1.000 habitantes y prácticamente duplicándonos en el caso de nuestro vecino galo con 5,48 viviendas por cada 1.000 habitantes.
Por su parte, en Reino Unido y Portugal la tasa de producción de vivienda supera en cerca de un 25% la española. Concretamente se sitúa en el 2,9%. La única excepción entre los países de nuestro entorno es Italia que, en función de una casuística muy particular, y sin apenas tensiones en los precios durante estos años (+7% desde 2015 frente al la subida de un 44% que se ha producido en España) la llevan a producir una media de 60.000 viviendas al año.
Falta de suelo
«En Europa, nuestros países vecinos sí están produciendo a los ritmos que deberíamos y están reduciendo el déficit» originado tras la crisis anterior, señala Daniel Cuervo, director general de ASPRIMA a THE OBJECTIVE. «Nosotros infraproducimos vivienda desde entonces».
Los promotores identifican la falta de suelo finalista como el principal cuello de botella que está provocando esta situación. Por ello, a su juicio, «es necesario un valiente cambio de paradigma en las Leyes del Suelo, para que los tiempos de desarrollo de la
materia prima no sea de 20 años, y para evitar la judicialización del urbanismo».También, aseguran los promotores, es necesario un cambio de mentalidad en la Administración para que se coloque al lado del promotor en los desarrollos de suelo, y no enfrente.
Desequilibrio estructural
Europa, y concretamente España, arrastra desde hace años un desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda de viviendas. Un desacople que está causando fuertes tensiones en el acceso la misma. En los últimos diez años, el crecimiento del número de hogares ha sido muy superior al de la finalización de nuevas viviendas en la mayoría de los países europeos.
En la última década, tras el anterior boom inmobiliario -y quizá a causa de los efectos económicos que generó el boom de 2007- este desequilibrio ha sido más fuerte. Según un estudio de DWS, la gestora de inversiones de Deutsche Bank, Europa arrastra un déficit de 1,4 millones de inmuebles residenciales desde 2011.
Según la gestora alemana, en nuestro país se generaron entre 2011 y 2020 algo más de un millón de hogares, mientras que las viviendas iniciadas superaron a duras penas la barrera del medio millón. Por tanto, el déficit que arrastra el mercado doméstico supera las 500.000 unidades, lo que supone más de una tercera parte del total en Europa. Una situación que ha seguido empeorando durante la pandemia.
Déficit de vivienda
Cruzando los datos del Instituto Nacional de Estadística sobre la creación de hogares y los datos que ofrece el Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana sobre producción anual de vivienda, tan solo en el año 2022 se produjo un déficit de 120.000 viviendas. Un cuarto de millón en lo que llevamos de ciclo -el nuevo ciclo inmobiliario comenzó en 2015-.
Es decir, en los últimos siete años hemos presionado a la oferta de segunda mano con 250.000 familias que requerían una vivienda que no se ha construido, lo que lógicamente ha tenido su traslación en términos de precios y, por tanto, de accesibilidad, según los datos del último informe de ASPRIMA recabados por THE OBJECTIVE.
Según las proyecciones analizadas por la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid, el futuro no es mucho mejor, si las cosas no cambian. El INE prevé que en los próximos 15 años se creen 2.735.555 hogares, o lo que es lo mismo 182.370 hogares por año. Es decir, frente a una oferta que se mantendrá estable -sin contar con las 183.000 viviendas prometidas por el Gobierno de Sánchez-, la demanda seguirá acercándose a las 180-200.000 viviendas/año.
