España y Francia se alían frente a Bruselas para intervenir el precio de la energía nuclear
Nuestro país, además, busca que se extienda la intervención de los precios a otra tecnología: la hidráulica. La UE aboga por que lo fijen las reglas del mercado
El principal aliado energético que tiene España ahora mismo en la Unión Europea es Francia. Una realidad que es paradójica puesto que, al mismo tiempo, los franceses ‘boicotean’ cualquier intento español por aumentar su interconexión más allá de los Pirineos. Sin embargo, en materia regulatoria, el país gobernado por Emmanuel Macron alinea sus intereses con los de nuestro país.
Así, según ha podido saber THE OBJECTIVE a través de fuentes conocedoras, Francia y España pelean juntos frente al resto de países de la Unión Europea por crear un marco en la futura reforma del mercado eléctrico, donde se permita al Gobierno fijar el precio de la energía nuclear. Además, nuestro país quiere extender esta intervención al precio de la energía hidráulica. Un escenario que rechaza el resto de miembros de la Unión, que apuesta por que los precios lo fijen las reglas del mercado.
«El resto de los países de la Unión buscan que los precios de estas tecnologías lo marque el mercado, aunque, eso sí, con herramientas de control. La propuesta de reforma de la Comisión Europea apostaba más por el mercado mayorista, es decir, libertad de mercado (principio marginalista). Una idea que todos defienden. Sin embargo, añadía que, cuando fuese necesario, se interviniesen los precios porque habría futuras situaciones excepcionales donde sería necesario. Pero dejaron claro que esa fijación de los precios tenía que ser en el mercado minorista, no en el mayorista. Medidas sí, pero lo menos distorsionadoras posibles», sentencian las mismas fuentes.
La energía nuclear tiene intervenido su precio hoy por el Gobierno en España a través del real decreto ley 17/2021. Un decreto que tiene fecha de caducidad. Así, todas las energías no emisoras y que no tienen prima (es decir, las nucleares, las hidráulicas y las eólicas que hayan perdido dicha ayuda porque haya acabado su vida útil regulatoria) tienen su precio fijado en los 67 euros el megavatio hora. La medida aprobada a finales de 2021 ofreció a las generadoras mencionadas dos opciones: firmar contratos a dicho precio (trasladando, por ende, el ahorro al consumidor) o cobrar por encima y devolver la diferencia al sistema.
Hace unos días, el sector subrayó que el precio marcado por la Comisión Europea no está en 67 euros el megavatio, sino en 180 euros/MWh. Por otro lado, recalcaron que en abril de 2020 la nuclear vendió la energía al precio de mercado (17 euros) y pagó el 120% de lo que facturó. El contexto en España es diferente al de Francia. Así, los franceses pueden presumir de ser una de las grandes potencias nucleares del mundo. No obstante, llevan varios meses sufriendo continuas revisiones en sus centrales tras una serie de problemas que se detectaron en algunas de ellas. Un problema que se ha extendido a varios reactores nucleares, que provocó que el precio de la electricidad en Francia se disparase.
El sector teme que Europa, presionada por la inminente celebración de las elecciones al Parlamento Europeo en 2024, permita a finales de este año que cada país miembro, en situaciones excepcionales, dicte sus propias normas en materia regulatoria. «Es posible», lamentan fuentes jurídicas. Una realidad que, quizá, no llegue al nivel de autonomía que pide la propuesta socialista de España presentada en el Parlamento Europeo, pero que puede que se acerque.
«Si vamos a un mercado único integrado, no tiene sentido que los precios se fijen de diferente manera en cada país, porque eso no es un mercado integrado. Las generadoras de energía de España rechazan esta fijación de los precios porque un control mayorista del precio de la electricidad espanta a los inversores», sentencian.
La energía nuclear en España tiene su fin programado en el año 2035. A partir de esa fecha ninguna central nuclear podrá operar y producir electricidad. Un escenario que supondrá todo un reto para la generación eléctrica en España, ya que perderá un importante porcentaje de su mix energético. A finales de junio, el Gobierno tendrá que enviar a Bruselas un PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) actualizado. Sin embargo, las peticiones del sector por retrasar el cierre programado no convencen al actual Gobierno, que rechaza esa mera posibilidad. La nuclear representa hoy en nuestro país el 20% del total de la generación.