La ministra Ribera no apoyó poner placas solares en la urbanización donde vive
Se ausentó de la junta de vecinos durante las convocatorias previas y tampoco estuvo en la reunión definitiva ni delegó su voto
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. | Europa Press
El sol radiante de principios de verano golpea contra los tejados de la urbanización de la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera. Un complejo residencial que consume «mucha electricidad» por la cantidad de farolas, luces automáticas de los soportales y riego para el jardín. Los costes allí son altos y los vecinos decidieron -hace dos meses- dar luz verde a la instalación de placas solares en el edificio, con el objetivo de atajar los costes de la comunidad.
Han sido meses largos, comentan a THE OBJECTIVE algunos vecinos. Durante ese proceso, la ministra Ribera se ha mantenido al margen, totalmente ausente. Así, y aunque su apretada agenda dificulta una participación activa en los asuntos de la comunidad, los vecinos afirman que ha vivido ajena a todo este desarrollo: «No fue a las charlas previas donde se propuso la instalación de las placas solares, tampoco asistió a la junta final donde se aprobó -que no era laborable, sino un sábado por la mañana- y ni siquiera delegó su voto«.
La aprobación no fue fácil. Un gran número de propietarios -más de una decena- se negó a la instalación de las placas solares porque las células de silicio se iban a levantar sobre su tejado. En el vecindario estaban marcados: los de los áticos. Precisamente la ministra Ribera pertenece al ‘clan’, ya que vive en el piso más alto, pero jamás se ha pronunciado de forma pública ni a favor ni en contra de la construcción de los paneles solares. Al final, la frase de una mujer de avanzada edad resume lo sufrido estos últimos meses: «Ha habido mucho lío porque muchos no las querían (las placas)».
En medio de aquellas disputas, los vecinos seguían afrontando continuas derramas mensuales por «la mala construcción del edificio», que les ha obligado a hacer continuas reformas, como así apuntan algunos vecinos. Una realidad que ahora tratan de remediar reduciendo el coste de la electricidad con la llegada de las placas. El plan de la comunidad, no obstante, es que estas suministren electricidad a las zonas comunes y en un futuro se subroguen aquellos propietarios que así lo deseen.
De momento, se desconoce cuándo llegarán las placas solares. Lo que sí se sabe es que será la compañía Iberdrola la que ejecute la obra. La zona donde vive Ribera ha sido históricamente un feudo donde los socialistas se han asentado. La comunidad cuenta con un gran número de inquilinos en régimen de alquiler, aunque no es el caso de la ministra, que lleva residiendo allí varios años.
La ministra Ribera siempre ha defendido la construcción de placas solares: desde viviendas privadas hasta parques empresariales, pasando por recintos públicos. De hecho, el pasado 27 de octubre anunció la puesta en marcha de paneles solares en los tejados de la sede central del Ministerio de Transición Ecológica (en Madrid), y así lo subrayó en sus redes sociales: «Ha costado muchísimo tiempo. En la Administración no siempre es fácil cambiar las cosas, pero hoy, por fin, esta es la vista desde la ventana de mi despacho (adjuntaba una fotografía de las placas)». Mientras tanto, por esas fechas, los vecinos de su comunidad batallaban, bajo su indiferencia, por dicha instalación.
Unas semanas antes, ella misma, desde La Moncloa, dio el pistoletazo de salida al Plan ‘Más Seguridad Energética’, con el que se pretendía llevar a cabo un ahorro inédito en el consumo de gas. Entre las medidas, se proponían incentivos fiscales para que los ciudadanos fuesen sustituyendo el uso de combustibles fósiles por energías renovables. En otras palabras, para que instalasen placas solares. Una realidad, la constante de invitar a los ciudadanos a invertir en energía solar, que choca con la pasividad que ella mantiene a la hora de acometer esas mismas obras en su domicilio.
