Ribera carga contra Galán a las puertas de las elecciones: «Nos puso verdes por el mundo»
La ministra apuntó al presidente de Iberdrola, que viajó a Estados Unidos y Portugal elogiando su seguridad jurídica
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, acudió el pasado miércoles a la maratón de entrevistas que ha ideado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la sede del partido en Ferraz (Madrid), para que sus ministros se puedan lucir con las medidas aprobadas estos últimos años. Allí, Ribera habló de la complejidad que le supuso a las eléctricas asumir el tope al gas y, en concreto, se refirió, sin mencionarle, al presidente de una de ellas. «Hubo incluso quien cogió la maleta y se hizo un roadshow por el resto del mundo para poner verde al Gobierno de España diciendo que queríamos intervenir el mercado», detalló.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, viajó a distintos países después de la aprobación del mecanismo ibérico (también conocido como tope al gas) y tras la inminente llegada de unos impuestos contra las energéticas, que buscaban recaudar 2.000 millones en los dos próximos años. En cada lugar en el que estuvo elogió «la gran estabilidad regulatoria» frente al de otros países. Así se lo hizo saber al presidente de EEUU, Joe Biden, a principios de enero -posando con él sin la chaqueta puesta-, y también al primer ministro portugués, Antonio Costa, durante el pasado mes de diciembre.
En el acto de ayer, la ministra explicó el mecanismo ibérico y, de nuevo, atacó a las eléctricas mostrándolas como empresas poco solidarias. «Al principio no entendían muy bien qué es lo que queríamos hacer (con la aprobación del tope). A partir de un determinado momento, cuando los distintos gobiernos y organismos internacionales empezaron a darse cuenta de la realidad y la forma en la que está diseñado el mercado, todo fue muy sencillo», comenzó relatando la ministra.
Unos segundos después, argumentó su punto: «Al final, todo se paga al precio de la tecnología más cara. Cuando no hay mucha diferencia, está bien porque incentiva eficiencia. Pero cuando se dispara artificialmente el precio del gas en esa guerra energética por el chantaje del presidente ruso, Vladimir Putin, de repente nos encontramos que el coste de generación del resto de las tecnologías son muy bajos, pero están recibiendo el precio del gas que está disparado».
Un escenario que, según la ministra, hizo despertar a la ciudadanía: «Si antes pensaban (las eléctricas) que iban a ganar 20, ahora podían ganar 200, y no se conformaban con ganar 40. Cuando la gente entendió esto, le pareció normal que en situaciones de crisis se introdujeran reglas de reparto mucho más equitativas, reduciendo los beneficios de las energéticas, que no eliminándolos», sentenció.
Por último, tanto Sánchez como Ribera volvieron a recordar que la solución ibérica no es una subvención. «Esto le costaba de entender mucho a los gobiernos. Gracias a un nivel muy alto de energías renovables y, por desgracia, por no estar interconectados con Francia, pedimos que en un mercado con poca competencia y mucha renovable, el precio no lo marcara el gas. Nos dijeron que lo aceptaban, pero que habría que pagar el gas de alguna manera y nosotros dijimos que lo pagaríamos pero al precio que toca y sin subvencionar, dentro de las reglas de mercado».
Además, ambos defendieron una de las medidas que definieron de «gran avance». No era otra que la obligación a las eléctricas de detallar más información al consumidor sobre el precio que se paga en la factura de la luz. También señalaron que durante su gobierno habían reforzado el bono social y creado el bono térmico para aquellas familias más vulnerables.
Por último, criticó con dureza la propuesta del Partido Popular de extender la vida útil de las centrales nucleares. «Nos tenemos que hacer tres preguntas: ¿cuántos años?, ¿qué coste tiene eso? y ¿quién paga esto? Eso se lo dijo muy claro Sánchez galán al líder de la oposición, Alberto Nuñez Feijóo, cuando se reunieron. Si está claro quién paga y cómo se paga, y es beneficioso para mi negocio, pues me lo pienso», aseveró la ministra. Pero, para ella, el quién lo paga se reduce a solo dos opciones: por medio del presupuesto público o a través de los consumidores de electricidad.