Iberdrola estudia un plus a su plantilla si el nuevo Gobierno baja la tasa a las eléctricas
La energética soporta un impuesto a los ‘beneficios caídos del cielo’ y también tiene una limitación en los ingresos de sus centrales
Iberdrola trata de conseguir «paz social» entre sus trabajadores en España. Durante varios meses, los principales sindicatos del grupo han exigido, de una u otra forma, mejoras en sus condiciones en pleno fenómeno de subida de precios. No hay quorum entre los principales sindicatos para trasladar una propuesta conjunta que permita negociar un aumento salarial. Mientras, el CEO de la compañía, Mario Ruiz-Tagle, y el área de Recursos Humanos de la firma mantienen ya una oferta, que, en principio, según cuentan fuentes internas a THE OBJECTIVE, será la definitiva: rechazan vincular los salarios a la inflación y estudian una paga ‘extra’ para finales de año.
Sin embargo, esto último lo condicionan, según comentan las mismas fuentes, a una rebaja fiscal por parte del nuevo gobierno salido de las urnas. Hoy la energética tiene dos frentes abiertos que impactan de forma directa contra el balance de sus cuentas. Por un lado, el Real Decreto-ley 17/2021 obliga a aminorar los ingresos extraordinarios de las hidroeléctricas, renovables -cuya vida útil haya concluido- y nucleares a un precio de 67 euros el megavatio hora por el alto precio del gas. Un límite que en Europa se sitúa en los 180 euros el megavatio hora.
Por otro lado, el pasado verano, el presidente del Gobierno anunció un impuesto contra las eléctricas incidiendo en «los beneficios caídos del cielo» de estas compañías. El Ejecutivo confía en recaudar unos 2.000 millones de euros en los próximos dos años (2023 y 2024). Las dos medidas están siendo estudiadas por los equipos jurídicos de las eléctricas, porque el primero se ejecutó un año antes de que la Unión Europea lo aprobara y el segundo se basa en un argumento con dudosa base legal.
La reunión de la dirección de Iberdrola con los sindicatos estaba prevista para el pasado miércoles 28 de junio. Pero esta se adelantó al lunes 26 de junio. Cada sindicato recitó sus propias propuestas sin armonía ni consonancia. Una realidad que ha obligado a que estos -solo los sindicatos- se citen de nuevo el próximo lunes para tratar de converger sus peticiones. Un objetivo que no parece fácil, ya que las estrategias difieren mucho. Unos abogan por exigir una indexación de sus salarios al Índice de Precios al Consumo (IPC) mientras que otros apuestan por medidas más conservadoras.
Lo propuesto por el presidente de Iberdrola el pasado lunes a los sindicatos, y que ha tenido acceso este periódico, ha sido lo siguiente: «No habrá incremento salarial ligado al IPC, ni consolidable ni no consolidable. Habrá una posible paga ‘extra’ a final de año si el nuevo Gobierno reduce los impuestos a las eléctricas. Por otro lado, la empresa se abre a negociar un sistema retributivo para los próximos años, pero sin abrir el convenio firmado en 2021″.
A principios del pasado mes de diciembre, la energética anunció una paga extra de 1.000 euros correspondiente a 2022 a todos sus empleados en España. También aseguró una ayuda de 50 euros al mes para pagar las guarderías hasta que el niño cumpla tres años, subvenciones para la compra de vehículos eléctricos y, por último, el pago del 100% de las tasas de exámenes oficiales de idiomas para hijos.
Fuentes internas de la empresa aseguran que llevan ya año y medio con esta situación (la subida de los salarios), y creen que se no puede aguantar así hasta la próxima negociación del convenio (acaba el actual a finales de 2024). Son conscientes de que ahora llega el verano y la plantilla se encuentra desmovilizada, pero advierten: «En otoño nos volveremos a manifestar si no hay un aumento en nuestro salario».
En las últimas presentaciones de resultados, la energética española redujo sus beneficios en nuestro país. Sin embargo, el pasado 26 de abril, Iberdrola, hizo público los resultados del primer trimestre del año 2023, mostrando un beneficio neto de 1.485 millones de euros, un 40% más con respecto al mismo trimestre de 2022. Una subida que se debió, principalmente, a la mejora de resultados en España y Reino Unido.