El Gobierno de España se interna en el mundo de las cripto gracias a la alicantina Bit2Me
La empresa ha captado en junio 14 millones en una operación en la que ha participado Telefónica
Koh Onozawa, CEO de Bit2me.
En 2011 se registra el primer boom de las criptomonedas, pero no es hasta 2017 cuando Bitcoin, la referencia del mundillo, bate todos los récords con una revalorización del 1.500% a la que sigue, en tiempos mucho más recientes, el envés del deterioro.
En 2018, apunta Visual Capitalist, 751 criptos pasaron a mejor vida, muchas por su escaso volumen de transacciones (390) y otro porcentaje nada desdeñable por problemas con el fraude (237). España cuenta, sin embargo, con un player fundado en 2014 que resiste y crece basándose en un principio sagrado: que el cliente duerma tranquilo. Se llama Bit2Me y acaba de captar 14 millones en una operación donde han participado Investcorp (fondo de Bahréin que gestiona 50.000 millones), Telefónica, Stratminds VC (con sede en Silicon Valley) y la nipona Emurgo (una de las creadoras de la plataforma de blockchain Cardano).
Leif Ferreira (fundador y CEO) y Koh Onozawa (coCEO) lideran a esta startup ubicada en Alicante y referente en el sur de Europa, con 150 profesionales en plantilla, más de 200 criptos en su plataforma de compraventa y alrededor de 30 productos entre los que se incluyen un monedero para intercambiar criptos al instante, pagos y transferencias entre amigos, una API para que los bancos puedan vender criptos a sus clientes y una pasarela de pago para e-commerce.
«Nuestra sede está en España, nunca hemos estado en un paraíso fiscal, nos sometemos a la regulación comunitaria y nuestra reputación es intachable», resume Ferreira. Hasta tal punto es así que Bit2Me es proveedora del Gobierno central. «Las criptomonedas son activos, igual que lo es un coche o una vivienda. Si el Gobierno o cualquier otra institución necesitan a un intermediario que liquide dichos activos, ahí entramos en juego nosotros. Somos el blanqueador oficial de cripto del Ejecutivo».
Bit2Me descolla asimismo como la mayor academia de criptomonedas del mundo en habla hispana, con más de 1.000 artículos publicados. «La idea es que cualquier persona pueda pasar en seis meses de un nivel nulo o mínimo al nivel Satoshi Nakamoto», bromea sólo a medias Ferreira.
«Hay muchos mitos sobre si las cripto las usan los delincuentes, sobre lo opacas que son, sobre la contaminación que generan. Desde la formación pueden tomarse mejores decisiones», reflexiona Onozawa. Parece que la pedagogía funciona: Bit2Me cuenta con 750.000 usuarios. La mitad proviene de España, un 30% de Europa y el restante 20% del resto del mundo, sobre todo de Latinoamérica. La mayoría de ellos recurre a este activo digital para «intentar ganar dinero o disponer de una inversión a largo plazo que genere intereses».
Bruselas y el viento a favor
La regulación europea de los mercados de criptoactivos (MICA) supondrá el pistoletazo de salida para que los bancos implanten las cripto y monedas virtuales como el Bitcoin o Ethereum se conviertan en un estándar menos proclive a la devaluación y muy apto, por ejemplo, para el comercio internacional. «Somos agnósticos -advierte Ferreira-. Si mañana se implanta el criptoeuro o Google digitaliza sus acciones, tenemos la tecnología para operar ahí. Faltan unos cinco años para que el mercado dé un giro extraordinario».
Antes de la ronda de 14 millones, anunciada el pasado junio, Telefónica quería aportar por sí sola 40 millones a Bit2Me. «Entonces ocurrió lo de FTX, que era una compañía de cripto operando desde un paraíso fiscal y acumulando todos los problemas posibles, y el consejo de Telefónica echó el freno hasta entender la situación. Estamos sometidos a auditorías, certificaciones y normativas europeas. Cuando se entendió esta solidez y esta fiabilidad, se cerró la ronda», explican Onozawa y Ferreira. Esos recursos se centrarán sobre todo en la captación de nuevos clientes.
