Bruselas admite que la UE importa minerales del Sáhara Occidental desde Marruecos
En mayo de 2017 la Unión Europea aprobó una nueva normativa para impedir «la exportación de minerales y metales conflictivos»
Bruselas reconoce que comercia minerales, como el fósforo, procedentes del Sáhara Occidental a través de Marruecos. Así, lo reconoció el vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ante una pregunta de dos eurodiputados con respecto a este polémico comercio de Europa. Una realidad que choca contra lo establecido por la Unión Europea de comerciar en territorios bajo conflicto. De hecho, en mayo de 2017 la Unión Europea aprobó una nueva normativa para impedir «la exportación de minerales y metales conflictivos» y evitar así «que los trabajadores de las minas sufran abusos».
El fósforo es un mineral clave para, por ejemplo, los fertilizantes en la agricultura. Así, hace varios meses los políticos Carles Puigdemont y Clara Ponsetí preguntaron desde el Parlamento Europeo a la Comisión Europea acerca de este comercio. «La Unión ha aumentado sus importaciones de fósforo marroquí desde la invasión rusa de Ucrania y Marruecos representa actualmente el 50% de las importaciones de fosfato en Europa».
Además, y como publicaron algunos medios, durante el primer trimestre del pasado año 2022, el grupo estatal marroquí OCP, dedicado a la minería y la producción de fertilizantes, registró un volumen de negocios de 24.000 millones de euros, un aumento del 77% en comparación con el año anterior, y declaró que la producción podría aumentar un 50% en los próximos cuatro años. Así, y según argumentaron ambos eurodiputados a través de documentos, una de las mayores minas del Sáhara Occidental, Bou Craa, está controlada por Marruecos, un país que posee casi el 70% de las reservas conocidas de fósforo del planeta.
Minerales en zona de conflicto
La respuesta de la Comisión, sin embargo, fue comprometerse a su obligación de revisar el funcionamiento y la eficacia del reglamento sobre minerales de zonas de conflicto, a más tardar en 2023 y, posteriormente, cada tres años. Pero admitieron que la Comisión no esperaba que esta primera revisión condujese a conclusiones definitivas en el ámbito de los minerales. Por otro lado, reconocieron que el Sáhara Occidental se beneficiaba «de aranceles comerciales preferenciales sobre sus exportaciones al mercado de la UE desde el 19 de julio de 2019, a raíz del acuerdo de Asociación entre la UE y Marruecos».
Por otro lado, argumentaron que desde el Sáhara no se comerciaban fosofatos -que es un compuesto- pero dejaron la puerta abierta al fósforo, que se trata de un elemento químico. Dos de los componentes que se encontraba en el punto de mira de los dos europarlamentarios y que así habían denunciado. «En marzo de 2023, la Comisión adoptó un paquete global sobre las materias primas fundamentales cuyo objetivo es mejorar el suministro seguro y sostenible de materias primas fundamentales, incluida la fosforita y el fósforo, por ejemplo mediante la diversificación del comercio«, sentenció la Comisión.
El giro de España en el Sáhara
Uno de los episodios más controvertidos de la anterior legislatura fue el giro diplomático del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con respecto a la relación con Marruecos. Así, se produjo un giro inesperado e histórico en España que provocó el reconocimiento por parte de nuestro país del Sáhara Occidental como una autonomía del reino alauita. Una decisión que generó todo tipo de reacciones, sobre todo tras conocerse unos meses después que habían espiado el móvil del presidente y de varios de sus ministros a través de un programa informático llamado Pegasus y donde Rabat se había convertido en el principal sospechoso durante las pesquisas.
Sin embargo, la posición de España no es única sino que ha sido defendida por otros países, tanto de la Unión Europea como por Estados Unidos. Una realidad que convierte este giro diplomático en, posiblemente, un movimiento de interés comercial entre los países de Occidente con la monarquía alauí.
Ambos europarlamentarios quisieron incidir sobre este cambio en las relaciones diplomáticas durante su pregunta. «España reconoció unilateralmente la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en 2022, con consecuencias nefastas tanto para los derechos humanos de los saharauis como para las pequeñas y medianas empresas europeas. Varias empresas españolas están integradas en la cadena de suministro de fósforo del Sáhara Occidental, desde un constructor de infraestructuras básicas en Bou Craa hasta el bufete de abogados de un antiguo ministro de Asuntos Exteriores que ayuda a justificar el comercio actuando como grupo de presión».
Puigdemont y Ponsatí adjuntaron un informe de la asociación saharaui WSRW donde se asegura que la empresa pública marroquí OCP S.A, encargada de extraer los minerales, contrató a los bufetes SenateSHJ, DLA Piper, Covington & Burling, Palacio y Asociados, Edelman y Dechert LLP «para defender la supuesta legalidad de las operaciones de la empresa en el Sáhara Occidental»