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Economía

Las cancelaciones de hipotecas superarán a las nuevas contrataciones este año

En los cuatro primeros meses de 2023 el cierre de préstamos es un 16% superior a la firma de operaciones

Las cancelaciones de hipotecas superarán a las nuevas contrataciones este año

Las cancelaciones de hipotecas crecen por el encarecimiento de las cuotas | Unsplash

El negocio de las hipotecas de la banca se contraerá este año como consecuencia de la subida de los tipos de interés y la incertidumbre político-económica. Las cancelaciones de créditos para viviendas, tanto ordinarias como extraordinarias, se están disparando y superarán, previsiblemente, a las nuevas operaciones que se realicen en 2023. Una situación que tras la crisis financiera era habitual, pero que a raíz de la pandemia (de 2020 a 2022) se había revertido como consecuencia del boom por la adquisición de pisos.

Según destacan fuentes financieras a THE OBJECTIVE, en 2023 se volverá a la coyuntura precovid si la tendencia continúa como hasta la fecha, ya que no se contempla una mejora en las hipotecas de aquí hasta diciembre. En enero, debido al parón de los últimos meses y al primer golpe del encarecimiento de los tipos de interés ya casi se registraron casi tantas amortizaciones totales como contrataciones.

Los últimos datos disponibles, de acuerdo con la Asociación Hipotecaria Española (AHE), reflejan que hasta abril de 2023 las cancelaciones de estos préstamos sobrepasaron a las transacciones formalizadas. Así, en los cuatro primeros meses del ejercicio las hipotecas que se habían dado de baja ascendían a las 207.373, frente a las 178.515 que se habían constituido. Por tanto, la diferencia es amplía en dicho periodo, ya que las primeras son un 16% superiores a las segundas.

No había más anulaciones de hipotecas que originaciones desde 2019

Desde 2019 no se daba este problema para los bancos, que tienen como uno de los pilares de sus ingresos las hipotecas. Entonces, los españoles cancelaron 513.126 créditos y firmaron 497.720 como consecuencia de los vencimientos naturales de las operaciones que se sellaron en la época de la burbuja, que eran ampliamente mucho más significativas.

En la actualidad, a este factor se añaden las amortizaciones extraordinarias que están haciendo los titulares de los préstamos con mayor antigüedad para evitar el coste añadido por la meteórica escalada del euríbor ante el cambio de política monetaria del BCE para controlar la inflación. Este giro, que ha llevado las tasas oficiales al 4,25%, ha elevado por encima de los 1.000 euros las cuotas medias mensuales a las que tienen que hacer frente aquellos que cuentan con una hipoteca a tipo variable (el 70% del total).

El alza de los tipos está provocando un desplome en la actividad hipotecaria en los últimos meses, tanto en número como en importes. En transacciones, las nuevas originaciones se desploman un 10% solo hasta abril. En financiación, las entidades estiman que, en el conjunto del año, el mercado caerá entre un 20 y un 35%.

Las mayores amortizaciones anticipadas, que están llevando a un progresivo impulso de las cancelaciones de hipotecas, son posibles gracias en parte al ahorro que los españoles acumularon durante la pandemia por las restricciones de movilidad. Una hucha que en algunos momentos ha dado síntomas de debilidad por la escalada de los precios desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Los bancos son conscientes del entorno en el que se mueve el mercado inmobiliario y el negocio no solo se está contrayendo por la menor demanda. Las entidades están endureciendo los criterios de aprobación de nuevas hipotecas para ser más cautelosos y prevenirse de futuros impagos. La restricción de financiación es acusada principalmente en las operaciones de riesgo alto, aquellas en las que el préstamo cubre más del 80% de la tasación del inmueble.

Por el momento y a pesar del encarecimiento de las cuotas, la morosidad del sistema sigue estando controlada. Hasta la fecha, la inmensa mayoría de ciudadanos puede afrontar la carestía de us hipotecas. Los expertos y el sector, sin embargo, anticipan un aumento en los problema de pago tras la vuelta de las vacaciones, aunque no será muy generalizado.

Las entidades prevén un ligero ascenso en las insolvencias a partir de septiembre, pero descartan que vaya a haber una ola de las mismas. Y menos en el segmento de los préstamos para vivienda, ya que son los últimos que se dejan de pagar. En primer lugar, el avance de la dudosidad se registrará en los créditos al consumo.

La subida del euríbor, de igual forma, ha llevado a que la negociación de las condiciones de las hipotecas se haya disparado, con el fin de conseguir una abaratamiento en las cuotas. La financiación con cambios se ha triplicado en los seis primeros meses del año. Los bancos están siendo proclives a estas modificaciones para no tener que hacer frente a la temida morosidad, punto clave del control de la misma hasta el día de hoy.

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