Airbnb solo podrá ofertar apartamentos para estancias de más de un mes en Nueva York
La norma entrará en vigor a partir del 5 de septiembre y eliminará grandes bloques de anuncios para visitantes
La ciudad de Nueva York ha ganado la batalla legal ante Airbnb. Una jueza estadounidense desestimó el pasado 8 de agosto la demanda que presentó la plataforma de alojamientos turísticos para intentar evitar las restricciones que quería imponer la gran urbe a los alquileres a corto plazo. La ley entrará en vigor a partir de este 5 de septiembre y sólo se podrán ofertar apartamentos enteros para estancias de más de un mes, lo que provocará la eliminación de grandes bloques de anuncios para visitantes que buscan opciones más allá de los hoteles.
Tal y como relata el Wall Street Journal, la implantación de esta medida iba a generar grandes pérdidas para la empresa en uno de sus principales mercados y por ello, Airbnb demandó al Ejecutivo local el pasado junio, consiguiendo aplazar al 5 de septiembre la entrada en vigor de una legislación que busca regular el negocio de los alquileres a corto plazo y atajar las actividades ilegales en plena crisis de vivienda. La reforma obliga además a que los anfitriones deban registrarse ante las autoridades.
El tribunal estatal de Manhattan desestimó la pretensión de la empresa al considerar «racional» que la ciudad exigiese a los anfitriones registrarse y controlar la legalidad de los alojamientos que ofrece, aunque desde Airbnb lo llegaron a calificar como un «veto de facto» a su actividad, según medios locales.
El director de política global de Airbnb, Theo Yedinsky, criticó la decisión en una declaración a los medios y dijo que las inminentes restricciones perjudicarán al turismo y, por ende, a los residentes de «los barrios no céntricos que dependen de compartir sus casas» para llegar a fin de mes, y las empresas cercanas.
Así es la nueva normativa para el alquiler turístico en NY
Las nuevas regulaciones sobre alquileres en la ciudad estadounidense impiden que se alquilen apartamentos enteros menos de 30 días, pero sí permite alquileres inferiores a ese plazo si el anfitrión está presente en el alojamiento y no tiene más de dos visitantes, norma que aplica no solo a Airbnb, también a otras plataformas.
Las medidas exigen que los anfitriones se registren ante una oficina especial de la Alcaldía (OSE), algo que tanto la empresa como sus clientes han señalado supone un proceso lento e invasivo con la privacidad, y con muy poca probabilidad de aprobación.
Según la demanda de Airbnb, los alquileres a corto plazo solo en la ciudad de Nueva York supusieron una facturación neta de 77 millones de euros en 2022. La empresa tuvo unos ingresos de 7.666 millones en el anterior ejercicio, que ahora se verán afectados por esta medida.
Cabe destacar que los últimos resultados financieros de Airbnb, publicados en el segundo trimestre de 2023 la empresa tuvo un récord de alojamientos activos, siete millones en todo el mundo, y logró un beneficio de 594 millones de euros, un 72 % más interanual.