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Economía

El déficit del Estado sube al 2,54% del PIB hasta agosto y el público se eleva al 2,19% hasta julio

El déficit del Estado se ha disparado un 42,4% por las liquidaciones del sistema de financiación

La ministra de Hacienda y Función Pública en funciones, María Jesús Montero. | Europa Press

El déficit del Estado se situó en 36.313 millones de euros hasta el mes de agosto, lo que supone un incremento del 42,4% respecto al mismo periodo del año anterior (25.509 millones) y equivale al 2,54% del PIB, frente al 1,89% existente en agosto de 2022. Según explica el Ministerio de Hacienda, el incremento del déficit del Estado en agosto al 2,54% del PIB –lo que supone un aumento de 0,65 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año anterior— se debe al impacto de las liquidaciones definitivas del sistema de financiación de 2021, que ascienden a 11.798 millones a favor de las comunidades autónomas y las entidades locales, frente al año pasado que fueron 6.106 millones a favor del Estado.

En cuanto al déficit conjunto de la Administración Central, la Seguridad Social y las comunidades autónomas, excluida la ayuda financiera, se situó en 31.299 millones de euros hasta julio, lo que supone un incremento del 19,1% respecto al año anterior y equivale al 2,19% del PIB –frente al 1,95% del mismo periodo de 2022–. Si se incluye el saldo de la ayuda a las instituciones financieras, el déficit se incrementó al 2,21% del PIB, según los datos facilitados este viernes por el Ministerio de Hacienda y Función Pública.

En concreto, el déficit de la Administración Central se sitúa en 34.449 millones a finales de julio de 2023, el 2,41% del PIB, frente al 1,633% del año pasado, mientras que las comunidades autónomas registraron un déficit de 1.142 millones, lo que equivale al 0,08% del PIB, frente al 0,36% alcanzado en el mismo periodo del año anterior.

Por último los Fondos de la Seguridad Social hasta julio de 2023 registran un superávit de 4.292 millones, un incremento respecto a los 561 millones del año pasado. En términos de PIB el superávit de los Fondos de la Seguridad Social se sitúa en el 0,30% del PIB, superior al 0,04% del 2022. Volviendo a los datos relativos al Estado, los recursos no financieros –los ingresos– se sitúan en 163.379 millones, lo que implica un 2,4% menos respecto al mismo periodo de 2022. Los impuestos alcanzan los 133.961 millones, el 82% del total de los recursos, y crecen un 1,6% respecto a agosto de 2022.

De acuerdo con el informe, los impuestos sobre la producción y las importaciones aumentan un 1%. Dentro de los recursos no financieros, como novedades impositivas de 2023, destaca el ingreso del nuevo Impuesto Especial sobre los Envases de Plástico No Reutilizables, el Gravamen temporal energético, el Gravamen temporal de entidades de crédito y establecimientos financiero de crédito y el impuesto temporal de solidaridad de grandes fortunas con un importe conjunto de 2.285 millones hasta agosto, en términos de contabilidad nacional.

Los gastos crecen un 3,6%

De su lado, los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio alcanzaron los 58.436 millones, cifra superior en un 2,6% a la de los ocho primeros meses de 2022, debido a que los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades aumentan un 11,8%, hasta 21.281 millones, derivado principalmente del aumento de recaudación del primer pago fraccionado en un 21,8%, respecto al efectuado en 2022.

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Por su parte, el IRPF alcanza los 32.904 millones, lo que supone un 7,1% respecto al año pasado, y a su vez, los ingresos del Impuesto sobre la Renta de No Residentes con 2.595 millones se elevan un 28,9%. Además, hasta agosto, los empleos no financieros del Estado –los gastos– se han situado en 199.692 millones, cifra superior en un 3,6% a la registrada en los ocho primeros meses de 2022.

La partida de mayor volumen son las transferencias entre administraciones públicas, con un peso del 63,5% sobre el total de empleos no financieros. En concreto, en los ocho primeros meses del millones, un 7,9% más que el año anterior, principalmente por la dotación adicional de 1.666 millones destinada a Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales para compensar el saldo global negativo de la liquidación de 2020.

Por un lado, la Administración regional ha recibido 69.867 millones. Del total de trasferencias, 62.001 millones corresponden al sistema de financiación, un 11,4% más que en 2022, de los que 53.664 millones son las entregas a cuenta y el resto se corresponde al efecto en el gasto de liquidación definitiva de 2021. A su vez, el Sistema de Seguridad Social ha recibido 29.753 millones, 5.058 millones más que en 2022, principalmente por la dotación destinada a la financiación de la prestación contributiva de nacimiento y cuidado del menor.

Por otro lado, la Administración Local ha recibido 17.299 millones, un 15,1% más que el año anterior. Del total de transferencias, 15.136 millones corresponde a su participación en los ingresos del Estado, un 6,7% más que el año anterior. De este último importe, 14.442 millones son entregas a cuenta y el resto se relaciona con el efecto en el gasto de la liquidación definitiva 2021.

1 comentario
  1. Ciudadano_Keith

    Es sugestivo que esta ventana invite a decir algo a través de «¿qué opinas?».

    Lo que uno opina, de inmediato, es que no todos somos iguales. Conviven diveras tipologías de ciudadano con referencia al objeto de cómo gobernar los recursos de los que uno dispone ‘realmente’, dejando al margen cuentos de la lechera sobre los créditos. Pero la única tipología que llega a La Moncloa siempre es la de la indiferencia al endeudamiento y al gasto no esencial.

    En un mundo estadísticamente reglado se podría esperar que, siendo cierto que el carácter austero (no cicatero) no es mayoría ni de lejos, algún cambiador de colchón arrivado a La Moncloa rompiera con la tradición de tener las manos rotas. No, hasta el presente la austeridad, entendida en su sentido de que endeudarse más de lo que se está es un delito de lesa ciudadanía ni está ni se la espera.

    Y el articulista no ha querido entrar en las decenas de miles de millones que cada año se destinan, no al ciudadano, sino al prestamista. ¿Qué opinar que no te conduzca a un ‘gulag’? Habrá que decirlo: somos cornudos y consentidos.

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