La economía española registra su segundo mayor déficit comercial en más de una década

El déficit comercial de la economía española llegó hasta los 21.323 millones de euros durante los siete primeros meses del año, según las cifras publicadas por la Secretaría de Estado y Comercio y cribadas por THE OBJECTIVE. Es el segundo mayor desequilibrio en más de una década y un importante riesgo macroeconómico para el tejido productivo, ya que se produce por una ralentización de las exportaciones -pilar del crecimiento del PIB– y por un creciente endeudamiento de toda la estructura empresarial.

En julio se registró el mayor déficit mensual de todo este año con 4.902 millones de euros, tras unos envíos de 30.445 millones (una caída del 5%) y unas importaciones de 35.348 (un retroceso del 8,4%). Este dato superó de largo el anterior récord de abril con 4.375 millones y refleja que este desequilibrio comercial puede ir a más en lo que resta del año, comprometiendo así el relato optimista que se hace desde el Ejecutivo que este jueves celebró un «récord histórico» de las exportaciones.

El déficit comercial registró su máximo histórico en 2022 tras llegar a los 68.112 millones, más del doble de los 31.424 registrados en 2021. La falta de recursos energéticos y el encarecimiento de los precios del petróleo y el gas, sumado a la necesidad de hacer acopio de materiales de primera necesidad y de componentes ante una escasez de estos productos, hizo que las importaciones se disparan un 25% y que las exportaciones sólo lo hicieran un 19%.

Déficit anual

Una tendencia que se ha reducido en lo que va de 2023, pero que frente a otros años sigue siendo excepcionalmente alta. De esta manera, si se consideran los siete primeros meses del año -el último dato hecho público este jueves por el Ministerio de Industria– vemos que las exportaciones llegaron a los 230.397 millones (un 3,3% de crecimiento) y que las importaciones llegaron a los 251.719 millones (un retroceso del 3,7%), lo que arroja un déficit de 21.323 millones

Si se compara con los 38.523 millones de déficit de los siete primeros meses de 2022 estamos ante una caída del 48,6 %. Sin embargo, más que duplica los 8.110 millones de 2020 y los 9.562 millones de 2021. La cifra también supera claramente los 18.382 millones de 2018 y los 16.529 de 2019. Para encontrar un dato similar habría que viajar hasta finales de la década de los 2000 en pleno estallido de la gran crisis financiera de 2008.

Del mismo modo, si la comparativa se hace anual, 2023 sigue siendo la segunda cifra más alta en más de una década. El propio cálculo de la Secretaría de Estado y Comercio indica que en los doce últimos meses se ha registrado un déficit comercial de 50.911 millones, no tan lejos de los 68.112 de 2022 y muy por encima de los 13.296 millones registrados en 2020 y los 31.424 de 2021.

China y Estados Unidos

La dificultad radica en que la tendencia mensual del déficit comercial también es ascendente. En julio fue de 4.902 millones, solo por debajo de los 6.560 millones registrados en igual mes del año anterior y más del doble de lo registrado en todo el resto de los años de la última década.

¿Qué ha pasado? Los expertos consultados por este diario indican que la economía española sigue estando afectada por los elevados precios energéticos, que siguen en cifras históricamente altas. Por otro lado, el tejido productivo se ha hecho mucho más dependiente de las compras en el exterior después de la pandemia y este crecimiento no ha podido ser compensado por nuestras ventas en el exterior. Desde la covid se han disparado las compras a China o Estados Unidos, pero no se han experimentado subidas equivalentes en las adquisiciones de nuestros productos.

Estos mismos expertos insisten en que el déficit comercial no es malo per se y que en economías como la española -con importantes necesidades productivas- es necesario. El problema surge cuando comienza a volverse crónico y llega a cifras históricamente altas como es el caso actual. En 2022 era esperable que se disparara el desequilibrio comercial por las circunstancias internacionales, pero en este 2023 debería estar más controlado, indican.

Inversión extranjera

El déficit comercial refleja que un país está importando más bienes y servicios que los que exporta, lo que -en un caso extremo- podría causar escasez de divisas para pagar los compromisos de pago contraídos. En España no se llegará a este punto, pero los analistas consultados insisten en que es un claro síntoma de la debilidad que puede presentar nuestra economía en el mediano y largo plazo.

Hasta la fecha uno de los pilares del crecimiento español era el buen desempeño de las exportaciones, pero en los últimos cuatro meses se han producido caídas en comparación con 2022. En los datos de julio se observó un desplome del 5% frente igual mes del año pasado, una tendencia que ya se había producido en abril, mayo y junio. Esto supone que el déficit comercial seguirá creciendo si es que no se reducen las importaciones y que se producirá un impacto negativo en el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).

Este diario también publicó esta semana que la inversión extranjera se desplomó un 74% en el segundo trimestre del año y un 26% desde enero, otro de los pilares en los que se había sustentado el crecimiento del PIB español. Es así como organismos como el Banco de España han rebajado sus previsiones para 2024 desde el 2,2% hasta el 1,8%. Una opinión compartida por los analistas consultados que coinciden en que el bajón en las exportaciones y en la inversión extranjera comenzará a notarse hace finales de este año en el crecimiento económico.