Las cajas rurales arañan más negocio a los bancos y su cuota de mercado rebasa el 10%
El dominio de estas entidades sobrepasa en algunas provincias el 40% tanto en depósitos como en créditos
Una sucursal del grupo Caja Rural. | Caja Rural del Sur
Las cajas rurales y cooperativas de crédito continúan arañando más negocio a los bancos y su cuota de mercado supera ya el 10%. Al menos en lo que se refiere a los depósitos y cuentas de los clientes. Desde que estallara la crisis financiera pasada, estas entidades han ido poco a poco escalando posiciones en el sistema financiero nacional y ampliando su influencia, especialmente el mundo rural, a aprovechando los cierres de oficinas de las grandes entidades y la mala reputación del sector por los escándalos del pasado.
Las cajas rurales, que algunas de ellas han ampliado su red física de sucursales en contra de la tónica general, han sobrepasado el umbral del doble dígito en cuota de depósitos, según los datos recabados por THE OBJECTIVE. En concreto, ascendía al 10,16% a cierre del primer trimestre, de acuerdo con las cifras de la patronal de estas entidades, Unacc.
La ganancia ha continuado a lo largo de los siguientes meses, ya que frente a las caídas del conjunto del sistema financiero este colectivo ha continuado mejorando y capando imposiciones a plazo y cuentas a la vista, con un crecimiento en el saldo del 1,5% interanual entre enero y junio, hasta los 105.700 millones de euros.
En los últimos diez años la cuota de las cajas rurales se ha casi duplicado, ya que en 2014 rondaba apenas el 6%, lo que demuestra que han sacado tajada de la situación de sus competidores más directos. Y han podido sortear la irrupción de jugadores de creación reciente, como los bancos online. En el primer trimestre su peso ha avanzado un unos 20 puntos básicos.
Influencia demoledora en varias provincias de las cajas rurales
La influencia de las cajas rurales en algunos territorios es demoledora para los rivales y en distintas provincias sobrepasa el nivel del 40%. Ese es el caso de Almería, donde este segmento de entidades controlan casi un 46% de los depósitos de la provincia, debido al arraigo que tiene Cajamar, el grupo cooperativo de mayor tamaño a nivel nacional y uno de los diez grupos financieros más relevantes.
En Navarra y Soria también son claras dominadoras, debido a la presencia de firmas locales y regionales que han podido atraer a los ciudadanos. En la Comunidad Foral tienen el 41%, un porcentaje prácticamente similar al de la demarcación castellana. En otras están por encima del 30%, como en Cuenca, Albacete y Toledo.
En cambio, las cajas rurales no han podido hacerse un hueco importante en otras provincias, donde los bancos y las antiguas cajas de ahorros son claros reyes del mercado. No llegan a contar con un 1% del mercado ni en Gerona ni en Pontevedra. Y en las dos principales plazas (Madrid y Barcelona) su peso es limitado y muy por debajo de su presencia en el conjunto del país. En la comunidad capitalina apenas tienen una cuota del 1,25% y en la provincia catalana, ni un 2,5%.
Los grandes jugadores, tras todo el proceso de fusiones, pese al crecimiento de las cooperativas siguen manteniendo importantes cuotas. Caixabank tiene en torno a un 25% de los depósitos y cuentas de los españoles (particulares y empresas), mientras que el Santander, más de un 18%.
En créditos, por su parte, las cajas rurales también han avanzado, pero su poder es inferior al que tienen en depósitos, ya que asciende al 9% en conjunto nacional. Pero, como sucede en las imposiciones de los usuarios, en determinadas provincias su control se encuentra muy por encima. Almería vuelve a sobresalir sobre el resto, con un 40% del mercado de los préstamos.
El sector de cajas rurales está compuesto en estos momentos por 43 entidades, algunas de ellas de escaso tamaño y que ofrecen servicios en zonas concretas únicamente. Cuentan con una red de 3.260 sucursales y en 2022 administraban 6,3 millones de cuentas de sus clientes. Tienen 1,7 millones de socios y dan empleo a 12.350 trabajadores.
Como en el caso de sus competidores los bancos y las antiguas cajas de ahorros, sus resultados se están viendo impulsados por la subida de los tipos de interés. El ejercicio pasado, cuando todavía se estaban recogiendo los primeros frutos del alza del precio del dinero, el conjunto de las cajas rurales ganaron 733 millones de euros, lo que supuso un aumento del 27%,4% con respecto a 2021.
