La nueva Vodafone quiere empezar a recuperar clientes de banda ancha ya en 2024
Zegona busca opciones para rentabilizar la red de banda ancha de la operadora que tiene 10,4 millones de hogares
La nueva Vodafone en manos del fondo Zegona y con la dirección del José Miguel García tiene una obsesión: volver a ganar clientes, en especial en el segmento de banda ancha fija. Y lo quieren hacer rápido, a más tardar a finales del año 2024. La compañía ya tiene clara sus líneas estratégicas pese a que no podrán tomar el control de la operadora hasta finales del primer trimestre del próximo año y todo pasa por dar un golpe encima de la mesa en el tablero del mercado español de las telecomunicaciones.
Las fuentes cercanas al proyecto consultadas por THE OBJECTIVE indican que el objetivo de Zegona tras formalizar la adquisición es comenzar a crecer en clientes y en cuota de mercado cuanto antes. Y para ello estudian todas las opciones posibles, que van desde traspasar clientes a las redes de operadoras rivales como Orange y Vodafone, una eventual venta de parte o toda su red, y también por desplegar una agresiva estrategia de captación de clientes de medio y alto valor.
Eamonn O’Hare, chairman and CEO de Zegona, indicó este martes que su red de banda ancha es estratégica, pero que deben explorar opciones para aumentar su base de clientes. La red de banda ancha de Vodafone en España tiene 10,4 millones de accesos, de los cuales 3,8 millones son de fibra óptica y el resto de red HFC, una tecnología actualmente obsoleta. Desde hace años que la operadora no despliega fibra óptica.
Clientes de banda ancha
«La red de banda ancha es uno de los activos más importantes del negocio de Vodafone en España, pero su penetración no es muy elevada, apenas alcanza el 23% de toda su red, así que vamos a buscar fórmulas para mejorar esta cobertura y para ello tenemos muchas opciones sobre la mesa para sacar mayor valor y optimizar esta red, traer más tráfico hacia ella y hacerla más dinámica», dijo O’Hare este martes.
Vodafone tiene poco más de 2,9 millones clientes de banda ancha aunque con una tendencia descendente que le llevó a perder el tercer lugar del mercado en manos de MásMóvil a mediados del año pasado. Una coyuntura que refleja la incapacidad de la compañía de atraer clientes de productos convergentes, los que generan mayor valor y elevan el ARPU. En los últimos tres años, la británica ha sido arrasada por Telefónica, Orange y MásMóvil en este segmento y Digi amenaza su posición con ya cerca de 1,5 millones de usuarios al cierre de octubre.
Es por ello por lo que el principal objetivo de Zegona y del nuevo equipo de José Miguel García es recuperar el pulso de este mercado. Y cuanto antes mejor. En este sentido, O’Hare marcó el terreno este martes indicando que se pueden hacer muchas cosas con el enorme potencial de la compañía y que se puede poner en marcha una estrategia agresiva para captar clientes, racionalizando la compañía, pero articulando una atractiva oferta que unifique servicios como banda ancha en el hogar, móvil y televisión.
Bajo coste
En este sentido, desde Zegona se descarta que el principal vector de crecimiento sea una bajada generalizada de precios. De hecho, huyen de comparaciones con Digi o con compañías de bajo coste. Creen que se puede seguir creciendo en este segmento de la mano de Lowi, pero a la vez confirman que sus mayores esfuerzos se centrarán -en un primer momento- en recuperar clientes de alto valor de la mano de la marca Vodafone, una enseña que tendrían en propiedad al menos durante una década.
Desde el fondo de inversión advierten que intentarán conseguir el equilibrio entre la calidad y el precio. No con los valores más bajos ni con ganas de reventar el mercado, sino que buscando las ofertas más competitivas con la mejor calidad y la mayor cantidad de productos diferenciadores.
Red de Vodafone
¿Y qué pasará con la red de banda ancha de Vodafone? En su encuentro con la prensa O’Hare no dio demasiadas pistas y puso el mayor énfasis en la forma en que racionalizarán la compañía y optimizarán los costes. Sin embargo, todo parece indicar que esta agresiva estrategia comercial iría acompañada de movimientos en la red que pueden comenzar con el traslado algunos de sus clientes a las redes de Orange y Vodafone.
Una estrategia para conseguir financiación y también para mejorar la calidad de servicio los usuarios que todavía tienen tecnología HFC, más lenta y sin posibilidad de mejorar sus velocidades, y para tener más opciones de seguir captando clientes en áreas donde actualmente no tienen cobertura de fibra óptica.
Precisamente el futuro de la red de HFC es otra de las grandes interrogantes de la nueva Vodafone. Esta red de casi siete millones de hogares debe ser desmontada con una inversión que actualmente la operadora no puede asumir. En este sentido, hay fondos interesados en comprar esta red (un acuerdo que iría acompañado de un contrato de uso de Vodafone), pero a un precio más reducido si es que además el comprador se compromete a realizar el desmontaje de la actual red de cable.