Botín, Abelló y Bhavnani se quedan pillados en Grifols con sus inversiones
La familia de César Alierta, expresidente de Telefónica, también tiene acciones en la farmacéutica acusada de fraude
La familia Botín y los empresarios Juan Abelló y Ram Bhavani son algunas de las grandes fortunas españolas que se han quedado pilladas en Grifols con sus inversiones tras el ataque desatado por la firma de análisis Gotham City, que ha sembrado dudas sobre su valor real y ha hundido la cotización de la farmacéutica de origen catalán.
Según los datos recabados por THE OBJECTIVE, tienen acciones en cartera de Grifols a través de sus sicavs, que comparten con otros partícipes, con lo que han sufrido el varapalo bursátil y se enfrentan a, como mínimo, meses de incertidumbre, hasta que las dudas se disipen.
La información recopilada, con las últimas cifras disponibles del primer semestre de 2023, indica que Abelló es el que más dinero tiene depositado en Grifols. El empresario, que inició su carrera en la industria farmacéutica y dio un pelotazo con la venta de antibióticos en 1987, dispone de títulos de Grifols por un valor de 1,4 millones, al menos mediante su sociedad de inversión de capital variable Arbarin.
La inversión de Abelló en Grifols es residual, como en el resto de los casos, ya que apenas supone una pequeña parte del patrimonio de sus vehículos para ganar dinero. Hay que tener en cuenta que en la fecha indicada el capital de la compañía alcanzaba los 250,7 millones, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Los recursos colocados por la familia Botín en Grifols son inferiores a los de Abelló, pero ponen de manifiesto la confianza que depositaban en la farmacéutica. Una confianza que el conjunto del mercado ha puesto en duda por el demoledor informe de Gotham City, en el que acusaba a la firma controlada por los Grifols de falsear las cuentas y en el que aseguraba que el valor de las acciones era «cero».
Miembros de la saga de banqueros cántabros, liderada por la presidenta del Santander, Ana Botín, movilizan algunas de sus inversiones a través de Cartera Mobiliaria, una sicav que a finales de junio pasado tenía en su balance títulos de Grifols por un importe de 274.000 euros. En su caso, como se señalaba anteriormente, también era una posición mínima, ya que la sociedad que comparte con clientes de la entidad y otros partícipes tenía entonces un patrimonio de 48 millones de euros.
Los lazos del Santander son mayores, ya que el banco es uno de los acreedores de la compañía y de uno de sus accionistas de control, Scraton, centro de todas las miradas en estos momentos y germen del escándalo. El grupo financiero concedió un crédito de 250 millones en 2022 a ésta, que está ligada a la familia Grifols y con la que comparte importantes relaciones económicas.
En cuanto a Ram Bhavani la inversión es todavía menor a la de Abelló y los Botín. El empresario indio afincado en Canarias tiene acciones de Grifols por un valor conjunto de 47.000 euros a través de dos sicavs. En Kalyani posee títulos de la farmacéutica de hemoderivados por 35.000 euros, mientras que en Bombay, otras tantas por 12.000 euros.
Estos son algunas de las fortunas españolas que han apostado recientemente por Grifols y que están a expensas de recuperar el dinero embolsado. Pero no son los únicos. La familia de César Alierta, expresidente de Telefónica fallecido este miércoles, también está presente en el capital de la empresa catalana. A través de su sociedad Lierde, controla títulos de la firma por 2,4 millones de euros. Como en los anteriores casos, el peso también es relativamente pequeño, pero a diferencia de los anteriores el volumen se duplicó en los seis primeros meses de 2023.
Grifols acumula unas pérdidas en Bolsa del 30,4% desde el martes, cuando salió a la luz el informe de Gotham. El primer día las acciones se derrumbaron un 26%, lo que supuso un descenso en el patrimonio de los Grifols de 700 millones en menos de 24 horas. El miércoles se recuperaron, pero en la jornada del jueves volvieron a caer de manera abrupta, un 16%, pese a las explicaciones dadas por la compañía a los analistas para intentar calmar los ánimos e intentar despejar dudas sobre la legalidad de la contabilidad aplicada.
Grifols, en todo momento, ha defendido que sus balances son los apropiados y que las operaciones denunciadas eran conocidas tanto por el mercado como por el auditor KPMG, que ha validado en todos los ejercicios los números. Y ha anunciado que emprenderá acciones legales contra la firma norteamericana por el daño causado.