Harbiz y el efecto multiplicador de su SaaS de 'fitness' y bienestar
La plataforma de la ‘startup’ madrileña, que acaba de levantar cinco millones, presta servicio a 6.000 profesionales
Harbiz salta al primer plano el pasado 18 de enero con la buena nueva de su ronda de inversión. Casi más importante que la cifra (cinco millones de euros) es el fondo que la lidera: Octopus Ventures, una de las firmas de referencia en Reino Unido, es con diferencia el ecosistema más dinámico de Europa. JME, Athos y Enzo Ventures también participan en la operación.
Mario Morante (CEO) cofundó la startup madrileña junto a Javier Ortega en 2017. La marca originaria era DudyFit y estaba planteada como un marketplace que ponía en contacto a entrenadores personales con clientes.
Fueron tres años de validación del modelo y de trabajo entre bambalinas, pero en febrero de 2020 DudyFit se transforma en Harbiz y el esquema fitness se expande a lo grande: ya no se trata de funcionar como conector entre dos extremos, sino de actuar como SaaS para profesionales del mundo del deporte y el bienestar (incluidos nutricionistas, fisios, profesores de yoga y pilates).
«Tras varios años colaborando con los entrenadores personales nos dimos cuenta de que utilizaban al menos seis herramientas distintas para sacar adelante sus tareas. Los planes de entrenamiento, por ejemplo, se enviaban en una hoja de Excel; quien podía se diseñaba su página web; los pagos eran un lío. Harbiz unifica todas las funcionalidades necesarias para gestionar el negocio», resume Morante.
La plataforma permite organizar el calendario de citas, incluye una pasarela de pago bajo un modelo de suscripción y con cobros automatizados, ayuda a crear contenidos (dietas, entrenamientos para determinados períodos y con determinadas metas), se encarga de tareas como la generación de facturas y facilita la estrategia de marketing y ventas.
De momento, la app opera en tres idiomas (español, inglés y alemán), presta servicio a más de 6.000 profesionales (que a su vez atienden a unas 150.000 personas) y está presente en 30 países. Harbiz carga a sus usuarios una cuota mensual que oscila entre 19 y 199 euros en función del número de clientes que manejen.
Otra herencia post-pandemia
Entre los cambios sociales originados por la covid se cuenta la preocupación creciente por el estado físico y mental mucho más allá del levantamiento de pesas o las clases de bodypump. La gente quiere comer mejor, dormir a pierna suelta y sortear el día a día en un envidiable estado de calma. «El entrenador personal antes era un servicio premium. Gracias a plataformas como la nuestra, este acceso se ha universalizado», sostiene Morante.
Se trata, asimismo, de un público más amplio. Lejos quedan los tiempos monopolísticos de los muchachos que se apuntaban al gimnasio con ganas de lucir palmito durante el verano. Jubilados, embarazadas y todo tipo de perfiles en cualquier rango de edad consumen también rutinas de cardio y fuerza, comidas y pautas de vida en general pensadas para existir mejor.
Próximos pasos
En fase de estudio se halla la inclusión de la inteligencia artificial «para ayudar al profesional a redactar un email o trazar unas pautas de entrenamiento». El mercado anglosajón es la gran prioridad desde el ángulo estratégico.
El CEO de Harbiz es ingeniero industrial, trabajó en empresas como Indra y Ford y, afirma, «tendría serias dificultades para volver a una oficina convencional». «En una startup todo es rápido y disruptivo. Creas tu propia carrera, contratas a gente, mueves talento, generas oportunidades. Aunque el momento macroeconómico no acompañe, la evolución del ecosistema es muy positiva, la inversión crece y el tejido empresarial más clásico nos conoce y reconoce».