Las grandes empresas de autobuses lucharán contra Renfe por los cercanías en 2027
Compañías como Alsa y Avanza se preparan para ganar la gran licitación que acabará con el monopolio público
Las grandes empresas de autobuses, como Alsa y Avanza, se preparan para irrumpir en el negocio de los trenes de cercanías en España y luchar contra Renfe en el año 2027. A fuego muy lento va la puesta en marcha de este proceso de licitación que permitirá acabar con el monopolio que tiene la empresa pública con los trayectos ferroviarios suburbanos en nuestro país. Se espera que para el 1 de enero de 2028 ya esté todo adjudicado. Mientras tanto, las compañías del sector del autobús, como así relatan fuentes financieras a este medio, buscan abrir sus negocios más allá de su sector y ya preparan con sus equipos el plan para lograr ganar los futuros contratos en poco más de dos años.
El mercado ferroviario está viviendo un cambio drástico a golpe de liberalizaciones. Así, después de una primera en los trenes de alta velocidad y una segunda inminente también en este tipo de transporte, se espera que en pocos años llegue la puesta de largo para los trenes suburbanos de todo el país. Fuentes financieras aseguran a este medio «que pese al interés mostrado por las grandes empresas de autobuses acerca de la alta velocidad, estas realmente están mucho más interesadas en los trenes de cercanías». En España destacan, además de Alsa y Avanza, otras como Eurolines, Monbus, Socibus, Damas y Hife, entre otros.
La razón de esto último no es otra que la gran competitividad surgida en la alta velocidad de nuestro país, con la llegada de la francesa Ouigo y la participada con capital italiano Iryo. «Ese negocio va a requerir inversiones muy importantes y va a tener mucho riesgo». Una realidad que es sustancialmente distinta con los trenes de cercanías. «Es un negocio muy parecido al de los autobuses porque funciona también con concesiones de ruta que operan las empresas privadas, y que reciben la subvención del consorcio de transportes», apuntan.
De momento, desde el sector del autobús se mantienen en silencio y sin dar pistas con respecto a una participación en la primera licitación por los cercanías en nuestro país. Pero las mismas fuentes apuntan a que habrá una demanda importante de este tipo de operadores en cuanto se abra la licitación. Al mismo tiempo, desde este mismo gremio, surgen movimientos para hacer que el autobús sea un transporte más competitivo para luchar contra los trenes y coches. Un estudio, sin ir más lejos, enfatiza que en España los billetes de autobús cuestan un 88% más que en otros territorios de nuestro entorno, como Francia o Portugal.
El consorcio de Alsa y Ecorail (filial ferroviaria grupo andaluz Magtel) se presentó para optar a la segunda liberalización de la alta velocidad. Sin embargo, y es un secreto a voces dentro del sector, también tienen puesto el foco en entrar en las líneas de cercanías de tren. La otra de las compañías mencionada es Avanza. Fuentes de la compañía, sin embargo, descartan confirmar una participación. «Llegado el momento, y dependiendo de las condiciones de la licitación, decidiremos si participar o no».
La otra pata del negocio de Renfe, aparte de la alta velocidad, es lo conocido como obligaciones de servicio público, que vienen a ser todos los cercanías y los regionales (las medias distancias). Son dos tipos de negocios subsidiados, ya que por su propia naturaleza apenas son rentables. De esta forma, Renfe recibe ayudas de la Administración porque la recaudación que hace de los billetes, sobre todo tras la pandemia y después de las rebajas pertinentes en los billetes, apenas permite cubrir un porcentaje mínimo de los costes.
La decisión de liberalizar el mercado llegó desde la Unión Europea. Una regulación obliga a todos los países miembros a licitar estos servicios para que no sean monopolizados por una empresa pública. Así, el que gane el contrato podrá operar durante varios años el servicio, recibiendo subvenciones de la Administración, y tras una rentabilidad previa pactada. El compromiso del Gobierno es que el 1 de enero de 2026 ya opere una compañía (distinta de Renfe). Y el objetivo es que a partir del 1 de enero de 2028 se adjudiquen las licitaciones. Aunque la gran batalla estará en 2027, los años previos serán clave para el devenir de todas estas empresas.