El 15% de las empresas españolas ya utiliza la IA para la selección de personal
Las consultoras de trabajo advierten de los riesgos y sanciones por no utilizar bien esta nueva herramienta
El desarrollo de los procesos tecnológicos en el mercado laboral es imparable. Según los resultados de una encuesta de Randstad Research, del 5% en agosto del pasado año al 15% actual. Así han evolucionado en España los sistemas de selección de personal de las empresas haciendo uso de la inteligencia artificial como una herramienta útil para el desempeño de las recursos humanos. Eso sí, la nueva normativa que viene de Europa nos advierte de las graves consecuencias económicas de una mala praxis, que entre otras actuaciones no vele por la protección de los datos personales, la intimidad y la no discriminación de los trabajadores.
Lo cierto es que, desde filtrar bases de datos según ciertas características hasta escanear currículums y analizarlos, el número de empresas que se apoyan en las aplicaciones de este recurso es cada vez mayor.
Un estudio de Infojobs revelaba el año pasado que solamente el 5% de las empresas españolas aplicaban la IA en los procesos de selección. Sin embargo, esta cifra ha aumentado hasta el 15%, según los resultados de una encuesta de Randstad Research.
Y la previsión es que el porcentaje sea aún mayor. Así lo explica Marcelo Dos Reis, CEO del Grupo SPEC, empresa líder en el desarrollo de soluciones de gestión horaria y acceso, quien ya nos anticipa que «la previsión es que la IA se extienda más y se vaya convirtiendo en un recurso más común entre las compañías. Sin embargo -advierte-, hay que tener en cuenta los riesgos que puede comportar esta tecnología, especialmente cuando se trata de los procesos de retención de talento, búsqueda y selección de personal».
Las amenazas
Entre las amenazas que presenta la IA están las que atentan contra la intimidad de los candidatos, los discriminan por razones de sexo o género o no cumplen con la protección de sus datos personales.
Ante la posibilidad de que se den estos casos, en diciembre de 2023 la Comisión Europea llegó a un acuerdo para fijar una normativa que tendría como base la propuesta del Parlamento Europeo y del Consejo de 2021.
El objetivo de esta propuesta, según apunta Dos Reis, es «garantizar que los sistemas de IA usados en la UE sean seguros y respeten los derechos de los ciudadanos/as».
Para ello, Europa ha clasificado las prácticas de riesgo en tres categorías: inadmisibles -sistemas de IA que violan los derechos fundamentales, como los sistemas de reconocimiento de voz o análisis del lenguaje corporal para realizar entrevistas-; las prácticas de alto riesgo -sistemas de IA destinados para la contratación o selección de personas físicas que puedan conllevar sesgos discriminatorios- y las prácticas de riesgo limitado -como usar chatbots como primer contacto con los candidatos a modo de evaluación y sin avisar-.
Sanciones a partir de 2026
La realización de estas prácticas durante los procesos de selección de personal pueden acarrear consecuencias económicas elevadas, apunta Dos Reis. Las multas por infracciones del Reglamento de Inteligencia Artificial se han fijado como un porcentaje del volumen de negocios anual de la empresa o un importe determinado y se clasifican de la siguiente forma: 35 millones de euros o el 7% del volumen de negocios anual por aplicar IA prohibidas; 15 millones o el 3%, por incumplir las obligaciones del reglamento y, 7,5 millones de euros o el 1,5% por presentar información inexacta.
Cabe destacar que estas cifras se ajustarán en el caso de las pymes y de las empresas emergentes. Marcelo Dos Reis informa a propósito de ello, recordando además que la normativa empezará a aplicarse en 2026 según los plazos europarlamentarios, por eso es importante que las compañías empiecen ya a tomar conciencia de los riesgos que pueden comportar sus prácticas durante la captación de talento.
Por esta razón, desde Grupo SPEC recomiendan siempre apostar por herramientas innovadoras e inteligentes, pero sobre todo, que velen por la protección de los datos personales, la intimidad y la no discriminación de los trabajadores.
La preocupación de los trabajadores
Entretanto, la preocupación de los trabajadores por el uso de la inteligencia artificial es creciente. Según el estudio IA y Mercado de trabajo en España elaborado por Randstad Research, el centro de estudios y análisis de Randstad España, a un plazo de cinco años vista, más de la mitad de los empleados (57,9%) manifestaron estar algo o muy preocupados por el impacto que pueda tener la IA en su puesto de trabajo.
Este porcentaje se desglosa en un 27,5% que se muestra «muy preocupado» y un 30,4% que afirma sentirse «algo preocupado». Un volumen que, incluso, aumenta a un plazo de diez años, cuando el 59,3% de los empleados dicen sentirse muy preocupados o algo preocupados con la llegada de la IA. En un horizonte de 12 meses, el porcentaje de trabajadores preocupados es del 50,1%, según el estudio que surge a partir de una encuesta a 1.500 personas realizada entre diciembre y enero pasado.
La importancia de la formación
En este sentido, Valentín Bote, director de Randstad Research, sostiene: «Aunque es una tecnología aún incipiente, la IA penetrará poco a poco en las empresas e impactará en la forma de trabajar de muchos empleados lo que, entre otras cosas, plantea el reto de formarlos en el uso de este tipo de herramientas».
En estos términos se pronuncia también para THE OBJECTIVE Barbara Yuste, experta en estrategia digital y autora del libro, La comunicación en tiempos de algoritmos. Para Yuste, «en 2026, la IA será una realidad ineludible en múltiples sectores, transformando competencias profesionales y creando nuevos roles». Su adopción generalizada -explica- «exige formación especializada y afrontar los retos éticos que plantea. Además -defiende-, la IA mejora la toma de decisiones y fomenta la colaboración interdisciplinaria, combinando habilidades analíticas y creativas. Prepararse en IA -recomienda- es crucial para todos los profesionales, no solo para ser más competitivos en el mercado, sino también para contribuir de manera ética y efectiva en un futuro tecnológicamente avanzado».