La tensión entre Iberdrola y Repsol complica el acuerdo por el hidrógeno verde en Puertollano 

La tensión que ha surgido entre dos de las energéticas insignia del país, Iberdrola y Repsol, tras una denuncia de los primeros hacia estos últimos por «ecopostureo» salpica también al ámbito de las operaciones corporativas. Así, fuentes jurídicas apuntan a que este escenario complica aún más un posible acuerdo entre las dos empresas por el hidrógeno verde que Iberdrola produce en Puertollano (Ciudad Real), y que podría suministrar a la refinería que tiene en el mismo lugar Repsol.

Este escenario se ha barajado en diversas ocasiones en Puertollano y está considerado como un plan beneficioso para ambas compañías, ya que supondría un gran acuerdo que permitiría a la energética, por un lado, hacer negocio vendiendo su gas verde, mientras que, por otro lado, la petrolera lograría descarbonizar su refinería. Además, Iberdrola -que tiene allí la que está considerada como la mayor planta de hidrógeno verde para uso industrial en Europa- necesita clientes para lograr maximizar la eficiencia en la producción, después de que sellasen un importante acuerdo con Fertiberia, el gigante de los fertilizantes.

La compañía que dirige Ignacio Sánchez Galán está rentabilizando la mitad del hidrógeno potencial al no encontrar usuarios finales. Una situación que genera interrogantes porque allí se encuentra la refinería de Repsol, una instalación que puede consumir varios cientos de miles de toneladas de hidrógeno. Las formaciones políticas de la zona buscan un acuerdo que permita crear un «verdadero valle del hidrógeno», donde los dos grandes proyectos que hay en la zona, que son los de Iberdrola y Repsol, se mezclen. Pero las esperanzas por este plan se han diluido tras la denuncia de principios de año de la energética a la petrolera. Una realidad que ya contaba con pocas probabilidades, y que ahora tendrá muchas menos.

El Gobierno central, aseguran desde algunos partidos políticos de la zona, no ha querido ayudar a crear esta «simbiosis». Y aseguran que se posicionó a favor de una de las empresas (Iberdrola) en la guerra judicial por el «ecopostureo». «Deberían haber actuado de forma neutral para haber ayudado a desarrollar las capacidades industriales del país», sentencian.

Repsol también está apostando fuerte por el hidrógeno, y a finales del pasado año inauguró un electrolizador (la pieza clave para producir hidrógeno) de 2,5 megavatios. Todas las plantas de hidrógeno que se han instalado en España -incluida también la de Mallorca en el proyecto conocido como GreenHysland- han tenido algunos problemas iniciales de funcionamiento. Una realidad que se ha debido a la evidente falta de madurez de esta tecnología, ya que los fabricantes no están acostumbrados a crear un stack (el corazón del electrolizador) de gran tamaño y a los propios operadores les ha costado la integración de todo el proceso para lograr un buen balance de la planta.

Iberdrola presentó una demanda contra Repsol en el Juzgado de lo Mercantil número dos de Santander por «competencia desleal y publicidad engañosa» por promocionar iniciativas sostenibles «cuando su oferta multiproducto busca fomentar el uso de carburantes», así como de «centrarse en la sostenibilidad, cuando constituye un elemento menor de sus actividades actuales». Ocurría en un momento en el que la petrolera estaba ganando cuota de mercado como comercializadora eléctrica. Casi dos meses después desde que se desveló, Repsol, de momento, ya ha conseguido dos victorias contra Iberdrola ante el Organismo independiente de Autorregulación Publicitaria.

Los proyectos

Los proyectos de Repsol e Iberdrola están llamados a relanzar el proceso de descarbonización en España. La nueva planta de Repsol será la segunda de España de combustibles renovables a partir de residuos, con una inversión superior a 120 millones de euros, que se pondrá en marcha en 2025 y producirá a partir de aceite de cocina usado, grasas animales y otros residuos de aceites vegetales 240.000 toneladas de combustibles renovables. Se convertirá en la segunda instalación de la Península Ibérica dedicada de forma exclusiva a producir biocombustibles a partir de residuos tras la que tiene la petrolera en Cartagena (Murcia).

Por último, Iberdrola ha puesto en marcha la mayor planta de hidrógeno verde para uso industrial en Europa. Una instalación que está integrada por una planta solar fotovoltaica de 100 megavatios, un sistema de baterías de ion-litio con una capacidad de almacenamiento de 20 megavatios hora y uno de los mayores sistemas de producción de hidrógeno mediante electrólisis del mundo (20 megavatios hora). Un proceso que se lleva a cabo a partir de fuentes cien por cien renovables.