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Jordi Clos: de ser uno de los 100 españoles más ricos a colocarse de gurú de Collboni en turismo

El magnate, principal fortuna del sector en Cataluña, tiene un imperio inmobiliario-hotelero y de pisos turísticos

Jordi Clos: de ser uno de los 100 españoles más ricos a colocarse de gurú de Collboni en turismo

El empresario Jordi Clos, a la izquierda de Jaume Collboni. | Ayuntamiento de Barcelona

Un extenso imperio inmobiliario ha permitido a Jordi Clos convertirse en la principal fortuna del sector turístico catalán. Los activos del ladrillo de su grupo, Derby Hotels, incluyen hoteles y apartamentos turísticos, sobre todo en Barcelona, aunque también cuenta con establecimientos en Madrid y Londres.

Clos amasó su fortuna gracias a la inmovilización de gran parte de sus inversiones. Casi todos sus hoteles se ubican en edificios propios, con un modelo de negocio consistente explotar los alojamientos y pagar con los beneficios resultantes la hipoteca del inmueble.

Una actividad inmohotelera que le sitúa desde hace años entre los 100 españoles más ricos, concretamente en la posición 86, según la última lista elaborada por El Mundo para el año 2024. A nivel nacional, le superan empresarios del sector como Gabriel Escarrer, catapultado al puesto 84 gracias al negocio hotelero de Meliá.

Jordi Clos en una imagen de archivo. | Ayuntamiento de Barcelona

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha sellado una alianza con Clos para llevar a cabo una transformación del turismo de la ciudad hacia un modelo menos masificado. En este contexto, el empresario ha aplaudido en público la «loable» apuesta del socialista por cerrar pisos turísticos.

Este entendimiento culminó con el nombramiento de Clos como presidente de Turisme de Barcelona, organismo público-privado que se encarga de gestionar y promover el destino y que se ha ido politizando en los últimos años hasta convertirse prácticamente en un apéndice del ayuntamiento. La designación ha generado malestar en el resto del empresariado del sector por los intereses del hotelero en su actividad privada.

Tiene hoteles y pisos turísticos

De hecho, Clos no ha dejado su cargo como presidente de la patronal hotelera de la ciudad, que no agrupa a todas las cadenas y establecimientos, si bien cuenta con cientos de socios y un presupuesto e influencia notables. Además, se le reprocha que públicamente defienda el cierre de los apartamentos turísticos individuales ubicados en comunidades de vecinos, que suelen estar en manos de pequeños propietarios y son los predominantes en la ciudad.

En paralelo, Clos cuenta con sus propios pisos turísticos, pero no individuales sino organizados en fincas enteras dedicadas a este negocio, precisamente el modelo que defiende como presidente de Turisme de Barcelona. Fuentes sectoriales recuerdan que cuenta con tres apartahoteles en la capital catalana, situados en las calles Muntaner, Mallorca, Avinyó y Allada i Vermell.

Asimismo, cifran en 111 las viviendas de uso turístico que Clos posee más allá de los mencionados apartahoteles. En este caso, se encuentran en las calles Paseo de Gràcia, Gran de Gràcia, Pujades, Valencia, Villarroel, Viladomat y Milà i Fontanals.

«Tienen muchísimos detractores dentro del sector turístico«, señala un directivo consultado por THE OBJECTIVE. Apunta que, por un lado, hay «hoteleros a los que ya les va bien que se defiendan sus intereses, pero hay una parte que piensa que la moratoria es pan para hoy y hambre para mañana».

La moratoria hotelera en las zonas más turísticas de la ciudad fue impuesta por la exalcaldesa Ada Colau y no ha sido levantada por Collboni, cuyo equipo estudia la mejor manera de flexibilizarla. Por ahora, solo se ha anunciado que con la nueva normativa podrían tener cabida de forma excepcional algunos nuevos hoteles y que, amparándose en el decreto autonómico que regula la cuestión -recurrido ante el Constitucional- se prevé una reducción del número total de licencias de pisos turísticos.

Lo que temen algunos empresarios es que esta reducción de licencias o bien no afecte Clos, lo cual considerarían arbitrario, o bien lo afecte, pero se le compense permitiendo la apertura de un nuevo hotel en alguno de los edificios en los que se le exija cesar la actividad de los pisos turísticos. En este caso, lo considerarían un «escándalo» difícil de explicar a la ciudadanía.

La sucesión de Clos, de 74 años de edad, en la patronal hotelera no es la única que se ha ido posponiendo. En su empresa privada, Derby Hotels, que facturó 83 millones de euros en 2023, hace tiempo que se prepara un relevo generacional para pasar el negocio a uno de los hijos, una transición que nunca ha llegado a materializarse, pues Clos, con una fortuna estimada que supera los 700 millones de euros, se mantiene como presidente.

Más allá de sus negocios inmobiliarios, hoteleros y turísticos, Clos es conocido en la Ciudad Condal por haber sido el principal impulsor del Museo Egipcio de Barcelona. Egiptólogo devoto y reconocido con la Cruz de Sant Jordi por el expresidente Jordi Pujol, el empresario fundó esta pinacoteca de la calle Valencia y la enriqueció con numerosas piezas arqueológicas que consiguió en sus viajes a El Cairo.

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