Solo 24 inversores decidirán la opa de BBVA: tienen la mitad de las acciones del Sabadell
Además, otros 136 tienen otro 10% con volúmenes de títulos relevantes, por lo que también serán determinantes
Solo 24 grandes inversores tendrán el poder de decidir el resultado de la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell con carácter hostil. A pesar de que la mayor parte de los socios son minoristas, algo más de una veintena de fondos y gestoras, además del mexicano David Martínez, atesoran prácticamente la mitad de los títulos de la entidad catalana.
Por tanto, la relevancia de los pequeños inversores no va a tener tanta transcendencia en el éxito o el fracaso, tal y como se ha venido señalando desde algunos círculos. Máxime cuando hay otros 136 tenedores con importantes paquetes en su poder. El censo del propio Sabadell, al que ha accedido THE OBJECTIVE, refleja que a finales de marzo de este año, poco antes de que BBVA pusiera en marcha su ofensiva, que 24 inversores tenían en propiedad 2.536 millones de acciones del grupo presidido por Josep Oliu. Es decir, el 46,62% del total.
En las últimas semanas, diferentes fondos han aumentado su peso, entre ellos BlackRock y Dimensional, por lo que en la actualidad la decisión que adopten será aún más determinante. Hay que reseñar que BBVA ha condicionado la toma de control a que al menos el 50% del capital acabe en sus manos, aunque su intención es alcanzar el 100% para llevar a cabo una fusión con la que obtener ahorros de costes por importe de 850 millones de euros y un retorno cercano al 20%. Para materializar una integración, eso sí, debe contar con el visto bueno del Gobierno y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha señalado en distintas ocasiones que se opondrá.
BlackRock, al frente de los socios del Sabadell
BlackRock, de acuerdo con los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tiene un 6,275% del capital del Sabadell, siendo el mayor socio, después de haber aumentado su posición casi el doble. Tras éste se sitúa Dimensional, con un 3,78%, y David Martínez -consejero de la entidad-, con un 3,5%. Con porcentajes inferiores están Millenium (2%); Norges (1,8%); y Goldman Sachs (1%).
Los 24 principales accionistas cuentan con al menos 15 millones de acciones cada uno. Según el detalle de participaciones del banco vallesano, que apunta que otro 10,2% está controlado por 136 inversores, que atesoran 555,1 millones de títulos. Cada uno tiene entre 1,2 millones y 15 millones de unidades del Sabadell.
Por lo general, los grandes inversores se adhieren a las opas, como la lanzada por BBVA, ya que normalmente tienen también intereses en la empresa que intenta comprar, como sucede en el caso actual en una parte significativa del capital. De esta manera, unifican su dinero y consiguen una mayor liquidez. El mercado, por ahora, se inclina cada vez más por un triunfo de la operación hostil, ya que la prima se ha ido recortando y las cotizaciones empiezan a encajar con el canje ofrecido. Sin, otorga un pequeño margen para el fracaso o, incluso, un cambio en las condiciones. No se descarta que el banco presidido por Carlos Torres vaya a mejorar su opa para poder cantar victoria.
El censo del Sabadell aporta que el grueso de sus socios son minoritarios. De los 205.000 titulares, más de 164.000 poseían en marzo casi 505.000 acciones, representativas del 9,28%. Estos, en el mejor de los casos, disponían a dicha fecha menos de 12.000 unidades. Pero, hay un grupo de inversores medianos, que controlan un 23,5% y que cuentan cada uno con hasta 120.000 títulos.
BBVA ya ha convocado su junta de accionistas para aprobar la ampliación de su capital, con la que poder abordar la opa. Incrementará en hasta un 20% el volumen de títulos, con el fin de que los socios del Sabadell se hagan con hasta un 16% una vez se ejecute el canje. Además, ha pedido las autorizaciones pertinentes para llevar a cabo la oferta, algo que no sucederá al menos hasta diciembre previsiblemente.
El consejo del Sabadell ha rechazado la propuesta y pelea en estos momentos para que sus inversores no acudan a la transacción. Considera que infravalora sus activos y su potencial de crecimiento, por lo que apuesta por su plan en solitario. Un proyecto que se inició hace tres años tras las primeras negociaciones fallidas con BBVA para explorar una fusión.