BBVA usa la crisis de Francia para convencer a Moncloa de su opa hostil al Sabadell
La fusión de ambos bancos conformaría un grupo más resiliente a las posibles turblencias y contagios, esgrime
BBVA se ha encontrado por el camino con un aliado inesperado, la crisis de Francia, para intentar convencer a Moncloa de la oferta pública de adquisición de acciones (opa) hostil y posterior fusión del Sabadell. Tan es así que, según ha podido saber THE OBJECTIVE, ha comenzado a utilizarla ya en sus conversaciones con el Ejecutivo en las últimas semanas, un tiempo en el que el Gobierno ha comenzado a suavizar sus ataques contra la operación.
Por el momento, la sangre no ha llegado al río, pero en el mercado hay una incertidumbre significativa por el devenir del país vecino como consecuencia de su excesivo déficit público y los resultados de las elecciones anticipadas tras el batacazo del partido del presidente de la República, Emmanuel Macron, en los comicios europeos. La prima de riesgo gala se ha disparado en menos de 20 días casi 30 puntos porcentuales y los inversores temen por una victoria de la coalición de izquierdas o de la extrema derecha. Si esto se produjera, todo apunta a que las dudas sobre la economía van a ir a más y el sobreprecio que pagaría el Estado para financiarse crecería con fuerza.
Este escenario sería negativo para el conjunto de la zona euro y los analistas más pesimistas hablan ya de un posible Frexit, en referencia al proceso que llevó al Reino Unido a abandonar la UE conocido como Brexit. El contagio al resto de países no tardaría en llegar y provocaría tensiones financieras. Aunque BBVA no quiere que esta coyuntura finalmente tenga lugar, sí es consciente de que llega mejor preparado que otros, ya que en cualquier crisis los bancos sufren y tienen que abordar procesos de fusión. Así ocurrió en el crash que se inició en 2008 y en las convulsiones de la pandemia. Por ejemplo, en el covid Caixabank integró a Bankia gracias al impulso el Gobierno de Pedro Sánchez a la operación, y Unicaja absorbió Liberbank. Entonces, BBVA y el Sabadell iniciaron conversación para unirse, pero las negociaciones fracasaron.
Los argumentos que está trasladando BBVA es que la opa y, posterior fusión, permiten constituir un grupo mucho más resiliente ante cualquier episodio negativo, sea una crisis de confianza sobre Francia u otro acontecimiento, pudiendo así cumplir con su papel de conceder créditos a empresas y familias y reforzar su apuesta tecnológica. Este mensaje ganará enteros si el país galo entra en proceso de inestabilidad total.
El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, ha incentivado el miedo al caos si los partidos de izquierda o la formación de Marie Le Pen llegan al Palacio del Elíseo, declarando hace días que una victoria de la izquierda o de la derecha extrema conllevaría «la destrucción metódica de la economía de nuestro país» con «un paro masivo», que desembocaría en «una crisis financiera».
El punto de partida, además, no es nada positivo. Por ejemplo, los expertos de Generali AM sostienen en un informe que «un mayor riesgo de despilfarro fiscal empaña las perspectivas de calificación». Y aseguran que «las finanzas públicas francesas ya no están en buena forma, con un déficit que cerró 2023 en el 5% y, que según la Comisión Europea, se prevé que descienda solo hasta el 5% en 2025, mientras que la ratio de deuda pasará del 110,6% en 2023 al 113,8% en 2025».
Hasta ahora, el Gobierno español ha descartado cualquier contagio de la situación francesa, pero, como en todas las crisis, todo depende de cómo evolucionen. Y en este caso hay que reseñar que el país es la segunda potencia de la zona euro, solo superada por Alemania.
El Ejecutivo ha rechazado desde el principio la opa hostil de BBVA al Sabadell, aunque no puede frenar la operación de compra. Solo tendría potestad para bloquear una posterior integración, algo que impactaría en los ahorros de costes esperados en la operación hasta ahora comprometidos. Si bien, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha suavizado su oposición últimamente, sobre todo a raíz del encuentro que mantuvo el presidente del grupo vasco, Carlos Torres, con Sánchez.
Moncloa considera que la transacción atenta contra la competencia, pero será la CNMC la que determine si pone la pone en peligro. El Banco de España quitado hierro a estos temores y la gobernadora en funciones, Margarita Delgado, ha señalado que en nuestro país hay diez grandes entidades y un centenar de pequeños bancos que ofrecen productos y servicios, dando alas a la opa.