La reducción de la jornada subirá un 5% más el gasto en personal del sector turístico
Las pymes podrían ser las empresas más afectadas en un momento en el que la productividad no levanta el vuelo
A pocas horas de que la mesa tripartita de Trabajo se reúna para debatir sobre la reducción de la jornada laboral, que pretende cerrar antes del verano la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, los sectores de la economía española hacen sus cálculos para baremar el impacto que puede tener sobre ellos una determinación de tal calibre por parte de la líder de Sumar.
El sector turístico español -cuya actividad aporta un 11,6% al PIB, y con previsiones de tocar el 13,3%- es uno de los más afectados. THE OBJECTIVE recoge un estudio de Exceltur que así lo constata y, que sostiene en términos generales, que el impacto de la reducción de la jornada máxima legal de trabajo supondrá un incremento de los gastos de personal del 4,9%.
Con datos de la EPA y del Sepe -detalla esta asociación con un volumen de negocios de 30.000 millones y con 220.000 empleados directos-, este incremento será del 5,3% en el caso de al restauración, y del 7,3% en cuanto al transporte, mientras que, para el alojamiento, las agencias de viaje y las actividades culturales, deportivas y de entrenamiento ese coste será del 4,3%, 2,5% y 3,1% respectivamente. Por millones de euros, la cuantía sobrepasa los 2.300, y en porcentaje sobre beneficio, un 8,1%.
Las vacantes
Un problema de coste económico que, además de afectar a sectores como el turismo, también dañaría de manera más acusada a las actividades inmobiliarias, el comercio y la agroganadería, con un dilema añadido. Ya que, pese a la elevada tasa de paro que soporta España, en nuestro país falta gente para trabajar, el número de vacantes es creciente -como constatan diferentes organismo e instituciones- y, sobre todo, faltan trabajadores experimentados.
En este marco laboral, y con la posición del Ministerio de Trabajo metiendo presión con los tiempos a los agentes sociales, el Servicio de Estudios de Cepyme, remarca algunas de las claves que radiografían la situación económica del país.
Cuestiones que no pasan por alto en este contexto, cómo la negociación colectiva ha ido rebajando de manera natural las horas de trabajo, sin olvidar que, la productividad de nuestras empresas está un 3,3% por debajo de 2023 -todavía más por debajo de 2015-.
Un coste de 11.800 millones de euros
La reducción no negociada del tiempo de trabajo, manteniendo las remuneraciones actuales, en contra de lo que indica el FMI, pero como quiere Díaz -apostillan fuentes de Cepyme- conllevaría un mínimo coste directo de 11.800 millones y, esa reducción de 37,5 horas semana para 2025, también conllevaría recortar el tiempo de trabajo un 2,8%.
A este coste directo -indican-, «hay que añadir a los costes indirectos en términos de afectación a la producción, nuevas contrataciones y pago de horas extra, entre otros, pero también puede derivar en el cierre de pequeñas empresas que se encuentran en una situación ya vulnerable».
El impacto sobre la pyme
Sin memoria económica por parte del Ministerio de Trabajo -al menos así le consta a este diario de fuentes del negociado de Yolanda Díaz-, y con alguna matización por parte del Ministerio de Economía que dirige Carlos Cuerpo -partidario de alcanzar acuerdos que entre trabajadores y empresarios que ponderen la flexibilidad-; a este propósito, Cepyme, uno de los agentes sociales que se sentará a negociar este lunes, ha elaborado un informe de su servicio de Estudios, en el que se analiza un paquete de impactos.
A tenor de un detallado estudio de los diferentes sectores, el documento parte de una premisa: la importancia de la negociación colectiva y del diálogo social para el desarrollo económico del país.
Pero la cuestión más relevante es que la pyme -advierten fuentes de Cepyme- «será la más afectada por una reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, debido a su menor productividad, rentabilidad y sus inferiores recursos organizativos, así como a la menor presencia del convenio de empresa en este segmento».
El tamaño
El informe de la organización que dirige Gerardo Cuerva mantiene que, la reducción de las 40 horas semanales de 1983, a las 38,3 horas actuales, «ha sido fruto de la negociación colectiva y de la capacidad que ésta da para adaptar las condiciones del trabajo».
En el caso de los convenios de ámbito de empresa, típicos de compañías de mayor tamaño, la reducción progresiva de la jornada laboral ha sido más marcada, hasta las 37,2 horas semanales.
En este sentido -sostienen estas fuentes-, la negociación colectiva ha demostrado su buen funcionamiento al haber logrado una reducción paulatina de la jornada laboral en los sectores, empresas y territorios en que su productividad ha permitido materializarla.
La clave de la productividad
Esta adaptabilidad -abundan las fuentes consultadas- «constituye un éxito de la negociación bipartita, donde, la productividad debe ser un factor clave a la hora de plantear una redefinición de las condiciones del trabajo». Es por esto que Cepyme considera que cualquier debate sobre la reducción de jornada ha de tenerla en cuenta, en aras de la supervivencia de la pyme».
Según la Confederación, «cualquier variación de las condiciones organizativas debe hacerse previo impulso de la productividad, y no en momentos en los que ésta acumula cinco trimestres consecutivos de caídas». Según datos oficiales, la productividad de la pyme española se situó en el primer trimestre de 2024 un 3,3% por debajo respecto de hace un año y todavía se mantiene un 2% por debajo de la registrada en 2015.
De este modo -colige el estudio de Cepyme-, la reducción de jornada afectará a tres de cada cuatro trabajadores (el 75%) cubiertos por convenios colectivos. Es decir, a los 8,8 millones de asalariados.
La conflictividad en las plantillas
En actividades inmobiliarias, hostelería, agroganadería, comercio y actividades profesionales, los trabajadores que hacen jornadas superiores a las 37,5 horas semanales son el 85% del total. Asimismo, hay empresas que por su propia naturaleza no han podido reducir su jornada, de modo que el 7,9% de los asalariados trabaja más de 39,5 horas, unas 925.000 personas, principalmente en las ramas de información y telecomunicaciones, transporte y almacenamiento, comercio, hostelería e industrias extractivas.
Fuentes de Cepyme abundan en esta línea, y coligen que «la reducción de la jornada laboral supone, de facto, una subida salarial y, por tanto, un aumento de los costes laborales». Y, en este sentido, aventuran que, a esta nueva subida de los costes, se une el mayor riesgo de conflictividad en las plantillas, algo complicado en una economía como la española -apostilla-, «aquejada de vacantes y escasez de mano de obra».