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Economía

BBVA pierde una batalla judicial por cambiar el horario de la plantilla a la fuerza

Un empleado que demandó a la entidad recupera la jornada anterior, con una hora menos de trabajo a la semana

BBVA pierde una batalla judicial por cambiar el horario de la plantilla a la fuerza

El presidente de BBVA, Carlos Torres. | Europa Press

BBVA ha perdido una batalla judicial por cambiar el horario a una parte de la plantilla a la fuerza. La entidad decidió a finales del año pasado, en el marco del denominado proyecto Atlas, modificar unilateralmente la jornada laboral de centenares de empleados, con un incremento de 15 minutos diarios sin remuneración. Es decir, que no fue consensuado con la representación sindical en la mesa de negociación ni de manera individual.

La mayor parte de los afectados firmó las nuevas condiciones ante la presión ejercida entonces por la dirección, pero una serie de trabajadores se negó rubricarlas y llevó a los tribunales el caso. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el pasado 26 de junio estaba previsto el juicio por una de estas demandas. Ante la posibilidad de una condena, BBVA accedió a alcanzar un acuerdo con la persona denunciante, asignándole otra vez el antiguo horario, previo a la entrada en vigor de proyecto, el 8 de noviembre de 2023.

El pacto alcanzado establece, eso sí, que «la jornada y el horario de trabajo se enmarcarán dentro del horario que en cada momento se aplique en su centro o dentro del horario especial que tuviera establecido la unidad que le corresponda». Desde CGT advierten que este punto puede suponer que dentro de un tiempo las personas afectadas empiecen a llevar a cabo una jornada con horario intempestivo si así lo requiera la dirección.

Aun así, el sindicato se felicita por el «éxito» alcanzado por el demandante y anima a que para otras ocasiones haya un frente común para paralizar decisiones de BBVA sin negociación previa con respecto a las condiciones laborales de la plantilla, ya que el acuerdo judicial estipula la pérdida de desistimiento de la medida de forma unilateral tanto por el banco como por la persona.

Fuentes oficiales de la entidad no quisieron hacer valoraciones a este periódico sobre este caso, en el que la jueza de instrucción se apoyaba en un informe realizado por la inspección de trabajo para aclarar lo acontecido. Ante las conclusiones del mismo, fuentes sindicales sostienen que BBVA había decidido llegar a un acuerdo antes de que se produjera la vista.

El grupo presidido por Carlos Torres impuso el pasado otoño un plan para ampliar el horario a una parte del personal adscrito a la unidad de ventas especializadas, cuyo puesto iba a desaparecer y por el que no ofrecía una alternativa. Con el cambio, la jornada de estos trabajadores se convertía en flexible y partida, pasando a ser de 7.30 horas a 7.45 horas diarias. Esto suponía un incremento de una hora a la semana, que la entidad no iba a retribuir económicamente. Además, para los empleados afectados que estaban disfrutando de una reducción de jornada por diferentes causas, el cambio supuso una pérdida de reducción del sueldo adicional al que tenían ya.

La resolución de esta demanda se produce en medio de la oferta pública de adquisición de acciones (opa) que BBVA ha lanzado sobre el Sabadell y que tiene a la plantilla en alerta, debido a las posibles consecuencias sobre el empleo. Los sindicatos, en la pasada junta de accionistas del banco que aprobó la ampliación capital necesaria para materializar la operación, reclamaron todo tipo de garantías para efectuar los ajustes, algo a lo que Torres se comprometió. Se estima que, de prosperar la propuesta de compra y posterior fusión, el conglomerado resultante despedirá a entre 4.500 y 5.000 empleados, que es equivalente a un tercio de los trabajadores que tiene en la actualidad el Sabadell en nuestro país.

Asimismo, el caso se ha dirimido en medio de las quejas por el aumento de los objetivos comerciales que BBVA ha impuesto al personal para el presente cuatrimestre. El banco ha elevado hasta un 90% los mismos con el fin de no perder fuelle y mejorar todo lo posible sus números en un momento clave, evitando la fuga de negocio y clientes antes de que los accionistas del Sabadell tengan que decidir si le venden o no sus acciones mediante el canje de la opa. A finales de mayo, la dirección trasladó a su plantilla que las metas de producción crecían entre un 25% y un 90% hasta agosto, unas ventas que están vinculadas a los incentivos salariales.

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