La competencia en las licitaciones se hunde: el 40% de los contratos solo recibe una oferta
Las rebajas en el precio de adjudicación es del 15% en procedimientos abiertos y del 1,7% en el negociado sin publicidad
Cuatro de cada diez de los 50.754 contratos adjudicados durante el segundo trimestre del año solo tuvieron una oferta. Esta situación, que evidencia la falta concurrencia de las empresas en las licitaciones y, por tanto, la posibilidad de que las administraciones reduzcan sus gastos gracias a la competencia, se ha ido consolidando desde 2022.
Entre las causas está el desinterés de buena parte del tejido empresarial por la contratación pública. Esto provoca que siempre estén presentes determinadas compañías que son las que obtienen los grandes contratos. Otro de los factores es el incremento de los contratos de urgencia tras la pandemia y financiados con fondos europeos que son adjudicados casi de forma directa.
Las tablas que ofrece la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación (OIReScon) analizadas por THE OBJECTIVE muestran que hasta 20.256 contratos entre el 1 de abril y el 30 de junio de 2024 tuvieron un solo licitador. Estos contratos tuvieron un importe de adjudicación sin impuestos superior a 3.625 millones. Tanto el número de pliegos como si importe aumentaría de forma considerable si en este balance de la OIReScon tuviese también los contratos negociado sin publicidad.
Estas adjudicaciones a dedo, que suponen en torno un 10% del total, están regulados por el artículo 168.a 2º de la Ley de Contratos del Sector Público. La norma prevé que estas concesiones, que deberían ser excepcionales y son un freno a la publicidad y la concurrencia, se pongan en marcha solo cuando una única empresa sea capaz de ejecutar el encargo. Casi el 90% de estas licitaciones públicas se cierran con una sola oferta.
Menos licitadores y contratos más caros
Las tres administraciones -estatal, local y autonómica- presentan un alto porcentaje de contratos a los que solo acudió un licitador. Todas superan ampliamente los umbrales máximos -20%- fijados por la Comisión Europea. En el caso del Estado, el porcentaje se situó en el segundo trimestre en un alarmante 43,4%. Mientras, el caso de las autonomías se superó el 42% y en las corporaciones locales, el 36%.
El Ejecutivo comunitario destaca que cuantos más postores haya en una licitación, «los compradores públicos tienen más opciones y pueden obtener una mejor relación calidad-precio». Esta circunstancia también queda patente en los datos de licitaciones públicas que ofrece la OIReScon. Así, la rebaja media obtenida por las administraciones en los contratos que adjudicaron alcanzó en el segundo trimestre del año el 11,35%.
Falta de competencia y concurrencia
Los procedimientos que permiten mayor concurrencia también facilitan menos gastos para las administraciones. Los pliegos concedidos por procedimiento abierto -11,34%- y abierto simplificado -15%-. Mientras, en los procesos a dedo o, prácticamente, a dedo la reducción de coste se sitúa en 1,79% -negociados sin publicidad- y un 6,17% -negociados con publicidad-.
Por su parte, las gráficas del supervisor de la contratación también muestra que el número de licitadores continúa sin remontar. En el segundo trimestre de 2024 apenas se registraron de media tres aspirantes por contrato. Esto evidencia el desplome de la concurrencia y la competencia teniendo en cuenta que en el tercer trimestre de 2020 acudieron de media 4,25. La mediana –valor numérico que separa la mitad superior de un conjunto de la mitad inferior– del número de licitadores se situó en dos. En total, desde enero de 2020 y hasta el 30 de junio de 2024 se han licitado 772.521 contratos. El importe de los pliegos licitados se sitúa en 418.200 millones.
Contratos negociados sin publicidad
Un análisis de los contratos del Estado desde 2020 realizado por THE OBJECTIVE muestra que en uno de cada diez se utilizó el procedimiento negociado sin publicidad. Esta fórmula supone una adjudicación prácticamente a dedo en la que la administración elige el licitador o posibles licitadores.
Mientras, los contratos menores, siempre bajo lupa por su adjudicación a dedo, predominan en los Ministerios de Seguridad Social y de Igualdad. El examen muestra que hasta 6.403 de los contratos del Estado se ejecutaron sin publicidad —muchos con importes millonarios— y 10.975 fueron menores. Estos tienen menor cuantía, pero en algunos casos caen de forma repetitiva en las mismas empresas.
En 2015, cuando era ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, se abordó el abuso de los contratos negociados sin publicidad, una fórmula excepcional que restringe la participación. Las pymes son las principales afectadas por este procedimiento que limita las ofertas.
El negociado sin publicidad es un procedimiento que permite omitir el periodo de publicidad e invitar a los operadores para establecer las condiciones de contratación. Su excepcionalidad está motivada porque la competencia no puede garantizarse por cuestiones propias del mercado o porque los procesos anteriores no se han podido cubrir.