Bcas extenderá en septiembre a Alemania su fórmula del 'estudia ahora, paga después'
La ‘startup’ madrileña ha prestado ocho millones a 1.700 estudiantes españoles en los últimos dos años
La fórmula propuesta por la madrileña Bcas no es nueva. Se trata, en esencia, del famoso estudia ahora, paga después, un camino universal en EEUU y una senda que también sigue Reino Unido de manera algo más sutil. En España, apunta el CEO de la startup, Bosco González, la competencia de Bcas se llamaba StundetFinance, pero, según González, «esta empresa ya no opera en el país».
Como el modelo de negocio depende de la empleabilidad del estudiante, Bcas opta por cubrir perfiles muy tecnológicos, aunque ya ha ampliado el ramillete con formaciones específicas para ingenieros aeroespaciales, el MIR, la FP de enfermería y los instaladores de paneles solares. El importe del curso o máster financiado (las carreras universitarias no se contemplan de momento) oscila entre 2.000 y 15.000 euros y hasta 15 meses de duración, se activa a partir de nóminas de 17.000 euros brutos al año e implica una retención del 13% del salario de ese exalumno ahora transformado en profesional.
Los ingresos de Bcas se materializan en dos frentes. Por un lado, a través del B2B, permitiendo que los centros de formación capten a los alumnos con el gancho de la financiación. Esta modalidad representa el 65% de la facturación. Por otra parte, facilitando que los estudiantes contraten estos créditos directamente desde la plataforma.
Para averiguar quién puede obtener un préstamo, Bcas asigna una puntuación al solicitante que no se basa en el dinero que tiene en la cuenta (ya se presume que será poco si tiene que pedir más), sino en sus opciones de empleabilidad futura. Estas vienen condicionadas a menudo por el lugar donde cursó sus estudios. Se analiza asimismo el comportamiento financiero, es decir, en qué gasta sus recursos y si aparece en alguna lista de morosos.
También incluye el bastidor tecnológico un panel de mandos donde el equipo de Bcas puede supervisar, casi en tiempo real, el estado de los préstamos y dónde trabajan los deudores.
Dónde está la gasolina
En dos años, Bcas ha prestado ocho millones de euros a 1.700 estudiantes españoles. En septiembre debutará en Alemania. Para moldear el músculo financiero necesario, la firma ha optado por dos operaciones de deuda privada, una liderada, entre otros, por Zubi Capital y Extension Fund (seis millones) y otra, más reciente, vía MyInvestor (17 millones). El problema es que el interés que le aplican esos prestamistas debe trasladarlo a los centros formativos y a los alumnos, añadiendo además un porcentaje extra para que el negocio tenga sentido. «Nuestro sueño es financiarnos al final con fundaciones, de modo que los intereses aplicados al estudiante sean prácticamente nulos», admite González.
Impagos
El CEO de la startup aclara que es bastante infrecuente que un estudiante posteriormente empleado no devuelva el préstamo a Bcas. Este grupo representa el 4% del total. Quienes no encuentran trabajo, sin embargo, están legitimados para congelar esos pagos. El 80% de los clientes de Bcas suele fichar por una empresa antes de 12 meses.
El rol de las familias
Proverbial es el sostén de la familia mediterránea. A diferencia de lo que ocurre en el mundo anglosajón, aquí los padres que pueden sufragan a sus hijos en sus carreras universitarias. Arguye González que esa mentalidad cambia rápidamente: «Aparte de que quienes ayudan a sus hijos son un porcentaje pequeño de la población, ya no basta con tener una carrera. Ese esfuerzo más prolongado en el tiempo empuja a muchos jóvenes a plantearse la opción del préstamo para completar sus conocimientos. Ahí entramos en juego nosotros».