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Economía

El Sabadell hace parte del trabajo sucio para BBVA: cierra el 3% de sus sucursales

La entidad catalana clausura 35 oficinas en el primer semestre del año, mientras que el vasco mantiene estable su red

El Sabadell hace parte del trabajo sucio para BBVA: cierra el 3% de sus sucursales

Una sucursal de Banco Sabadell | Europa Press

Banco Sabadell ha hecho parte del trabajo sucio que tendrá que realizar BBVA en caso de que salga adelante su oferta pública de adquisición de acciones (opa) con carácter hostil y posterior fusión. La entidad catalana ha cerrado en el primer semestre de este ejercicio, en pleno anuncio de la operación, el 3% de su red de sucursales, una de las tareas más engorrosas de un proceso de estas características en un momento, además, de elevada concentración en el sector.

De acuerdo con los datos recabados por THE OBJECTIVE en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Sabadell ha clausurado en nuestro país 35 oficinas, hasta situar el número en 1.143. Un ajuste que ya no tendrá que llevar a cabo BBVA si prospera la transacción en los próximos meses para lograr las sinergias de costes esperadas. En el mismo periodo, el grupo vasco, por contra, ha mantenido estable sus centros de atención física en España, ya que tan solo ha echado abajo la persiana a uno de ellos. A finales de junio tenía 1.881 puntos de venta distribuidos por todo el territorio nacional.

Hay que tener en cuenta que los ajustes tanto de red como de personal son una de las preocupaciones mostradas por el Gobierno a la hora de rechazar la opa de BBVA sobre el Sabadell, aunque sus críticas iniciales se han suavizado con el paso del tiempo. Las reticencias del Ejecutivo, eso sí, han permitido que el banco que preside Carlos Torres haya prometido reducir lo máximo posible los recortes con el fin de lograr el apoyo y bendición de Moncloa a la integración de ambas entidades una vez salga adelante la opa.

Por el momento, BBVA ya ha concretado algunas cifras para conseguir los ahorros de gastos de 850 millones. Y estas se han minimizado con respecto a las expectativas iniciales. El grupo con sede en Bilbao ha señalado que cerrará unas 300 oficinas del conglomerado resultante, frente a la horquilla de 700-800 que se calculaban en un principio. En cuanto a los despidos, aún no ha dado información detallada sobre el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que pondrá en marcha. Se prevé que este proceso afecte algo más de 4.500 trabajadores, es decir, un tercio de los que aportará el banco catalán si la opa y posterior fusión fructifican. Los sindicatos temen que sea un volumen mucho mayor.

El Sabadell, cuya cúpula se opone frontalmente a la operación, no ha sido la única entidad que ha ejecutado cierres en su red física comercial entre enero y junio de este año, en el marco de su plan para intentar mantenerse en solitaria y mejorar su eficiencia y rentabilidad. El Santander ha eliminado 41 sucursales, hasta 1.833, mientras que Caixabank, 46 hasta 3.830. Pero, en ambos casos el porcentaje es muy inferior. En el primero es de un 2%, mientras que en el segundo, de un 1% del total. En cuanto a otros grandes bancos, Bankinter ha sumado una oficina, hasta las 365 y Unicaja ha cerrado cinco, hasta las 952.

Las clausuras de este año se suman a las de ejercicios anteriores, especialmente los materializados en la pandemia y durante la pasada crisis financiera. La red de sucursales del conjunto del sector se ha jibarizado de manera abrupta desde 2008 y se sitúa en niveles de la década de los 70, a existir ya menos de 18.000 puntos y recortarse el número en más de dos tercios.

La opa de BBVA sobre el Sabadell se enfrenta por ahora a las aprobaciones regulatorias, que serán las que determinarán si finalmente el grupo vasco abre el proceso para adquirir las acciones del Sabadell. Necesita la no oposición del BCE y las aprobaciones tanto de la CNMV como de la CNMC (Competencia). El veredicto de este último parece crucial y todas las miradas apuntan a él, ya que jugará un papel determinante sobre las condiciones finales de la transacción por las medidas que pueda imponer.

Por el momento, el Sabadell ha reclamado que la opa se abra una vez la CNMC se haya pronunciado para que sus inversores decidan con todas las cartas sobre la mesa, pero BBVA ya dejó claro en un primer momento que la oferta estaba supeditada a la aprobación de los supervisores, entre ellos Competencia, además de a la aceptación de lograr al menos el 50% de los títulos.

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