Las grandes fortunas congelan su inversión en vivienda en Barcelona por el control de precios
Los ‘family offices’ trasladan su inversión del residencial a los locales comerciales y las oficinas por la inseguridad jurídica
Los gestores de grandes patrimonios familiares, más conocidos como family offices, han paralizado su inversión en residencial para alquilar en Barcelona. Una tendencia que aprecian los asesores de estas fortunas familiares desde hace más de un año, coincidiendo con la aprobación de la Ley de Vivienda y «todo el ruido generado», según afirman a THE OBJECTIVE fuentes del sector. Cataluña es la única comunidad que está aplicando la ley en este momento.
«La nueva normativa de la regulación de los alquileres ha provocado que los family offices hayan decidido parar de invertir en la inversión de residencial para dedicar al alquiler», según Nacho Castella, director general de Cat Real Estate. «La situación es muy clara, los family offices son inversores muy conservadores y el residencial para alquilar ha dejado de ser un activo estratégico en Barcelona», explica Castella en conversación con este diario. Una tendencia que también reconocen otras fuentes del sector a este diario.
Según el asesor de Cat Real Estate, que gestiona unos 800 millones de euros de estos patrimonios, el retroceso en la inversión en residencial se debe a que consideran que estas operaciones actualmente tienen un gran riesgo e inseguridad. «Venimos observando esto desde hace al menos un año, ya más que a nivel de rentabilidades se debe a un problema de inseguridad jurídica que siente el inversor en estos momentos», explica. El tema del «gran tenedor con los riesgos que tiene ahora para el inversor la limitación de los alquileres, es como poner el foco en el inversor, entonces el inversor lo que hace automáticamente es que paraliza las inversiones en ese sector y las canaliza hacia otros», añade.
Hacia locales y oficinas
En este contexto, y dentro del sector inmobiliario, las oficinas y los locales comerciales se han convertido en el activo preferido para los family offices locales. Durante el primer semestre de 2024 dominaron el mercado inmobiliario de Barcelona, centrados en el sector terciario. Este giro estratégico hacia el sector terciario refleja una nueva tendencia en el panorama inmobiliario, en el que los inversores profesionales buscan rentabilidad y estabilidad en activos comerciales y de oficinas frente a las complejidades asociadas a la inversión residencial.
«Sobre todo, están invirtiendo en locales comerciales y oficinas. Se habló mucho con el covid del final de las oficinas por el teletrabajo, pero están funcionando muy bien», asegura el asesor. Por otro lado, los family offices también están dirigiendo su inversión hacia locales comerciales «sobre todo para restauración».
Cada vez menos oferta
Un cambio de tendencia del destino de la inversión de estos grandes patrimonios que va a costar revertir, según el sector. Este capital se dirige en estos momentos a la compra de otro tipo de activos inmobiliarios. «Esto es muy perjudicial, porque lo que provoca es que haya menos oferta del mercado. Esto va a seguir así, si las medidas que se van tomando van por este camino están creando el efecto contrario», explica Castella.
Los últimos datos así lo ponen de manifiesto. La presión de la demanda sobre la oferta de vivienda disponible en la región se ha disparado, según se desprende del Barómetro del Alquiler del segundo trimestre de 2024, elaborado por el Observatorio del Alquiler de la Fundación Alquiler Seguro y la Universidad Rey Juan Carlos. Cada vivienda que sale al mercado del alquiler en Cataluña recibe una media de 318 contactos en un plazo de diez días, una cifra que en el trimestre anterior se situaba en 80 y que cerró 2023 en 65.
La media nacional, que bate un récord también, se queda en 115 interesados por inmueble. Pero la situación en la capital catalana es la más preocupante, según se recoge en este estudio. Si bien la demanda sube en las cuatro provincias catalanas, es Barcelona la que presenta una situación más saturada. Aquí, 362 personas se interesan por una misma oferta de una vivienda en alquiler en diez días, lo que supone, con diferencia, el dato más alto de todo el país.
Precios disparados
Esta falta de oferta está suponiendo un incremento incesante de los precios del alquiler en la provincia, según todos los portales inmobiliarios. «La declaración de zona tensionada en Cataluña ha permitido, según contempla la Ley de Vivienda, limitar la renta de los nuevos contratos de alquiler, lo que ha disparado el número de interesados en cada inmueble», según Alquiler Seguro. No obstante, aunque la oferta «ha crecido ligeramente, es insuficiente para dar respuesta a la demanda», añaden.
Los precios han seguido creciendo en el segundo trimestre del año hasta alcanzar los 1.402 euros. Según el Barómetro, Barcelona se sitúa como la segunda provincia con el alquiler más caro del país, con 1.598 euros, solo por detrás de las Islas Baleares. A la capital catalana le siguen las provincias de Gerona (954 euros), Tarragona (804 euros) y Lérida (673 euros). Todas ellas han experimentado subidas de precio.