La reducción de la jornada laboral y el récord de absentismo llevan el comercio al límite
Con el 10% de la plantilla de baja, las tiendas no saben cómo sobrevivirán al nuevo horario de trabajo
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. | Agencias
La reducción de la jornada laboral que Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, quiere llevar a cabo con o sin el acuerdo de los agentes sociales ha alarmado al empresariado. En los últimos meses, patronales como la CEOE, Foment o Pimec han expresado su preocupación por la medida. Sin embargo, la rebaja horaria inquieta especialmente al sector del comercio.
Ya hace años que los comerciantes se quejan de su dificultad para competir con las plataformas de venta electrónica. La liberalización horaria y de las rebajas o las aperturas en festivo han ido suponiendo obstáculos a las pequeñas tiendas, para las que contratar un nuevo empleado para cubrir más turnos supone un esfuerzo adicional en comparación con las grandes cadenas o centros comerciales.
A ello hay que añadir la subida en el absentismo registrada en este sector, que ha disparado los costes laborales y ha generado dificultades para cubrir las bajas, según denuncian los empresarios. En este contexto, temen que una reducción de jornada pueda llevarles al límite.
«El absentismo laboral está aumentando cada día y tenemos problemas para cubrir las bajas», alerta Joan Carles Calbet, presidente de Retailcat, patronal sectorial del comercio, quien detalla que ya se está «superando el 10%» de personal de baja. Considera que «los últimos cambios que se han hecho en la legislación laboral hacen que haya incentivos para no trabajar».
A ello se añade «la amenaza en el horizonte de la reducción de la jornada laboral», que el representante empresarial define como «un ataque a la línea de flotación de las pymes», porque «si se ha de asumir, los precios volverán a subir y volveremos a entrar en una espiral de inflación de la que ya habíamos salido». Recuerda que «la mayoría de los convenios negociados por los sindicatos y patronales ya tienen regulada la jornada laboral», por lo que cree que «no tiene sentido» llevar a cabo la limitación impulsada por Trabajo.
Sin embargo, fuentes consultadas en CCOO aseguran que la reducción «se tiene que acabar legislando de alguna manera, con la CEOE o no». «Tienen la actitud de ‘cuidado, nos va a llevar a quiebra’, pero ya cuando la reforma laboral, los augurios eran penosos y ha habido un montón de contratos», esgrimen.
«Con el SMI igual, era la ruina de las empresas y estamos inyectando dinero a quién realmente consume», añade este interlocutor sindical, que defiende que «37 horas y media no es trabajar menos cobrando lo mismo, es un reparto justo del trabajo, porque las horas extras encubiertas son muchos puestos trabajo». De la mano de esta medida, reivindican otras de conciliación, como seguir avanzando hacia la «desconexión digital» para prevenir «problemas mentales».
La semana pasada, los sindicatos movilizaron a un millar de personas para manifestarse ante la CEOE. Las organizaciones sindicales dan por hecho que la reducción de la jornada laboral no llegará hasta 2026, aunque el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha negado que el Ministerio planee retrasar la entrada en vigor de la jornada de 37,5 horas semanales.
