Cepyme confirma que en España hay 5.100 empresas pequeñas menos que en 2019
La productividad media de las pymes acumula hasta seis trimestres consecutivos de caídas interanuales
Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme. | Europa Press
Desde el segundo trimestre de 2024, España cuenta con 5.100 empresas pequeñas menos que en el mismo periodo de 2019. Sin embargo, en la misma franja hay 2.700 compañías medianas más. Es decir, hay 2.400 pymes menos que hace cinco años. Además, y así lo recoge el último Indicador de Cepyme, presentado este lunes en la sede de la patronal que dirige Gerardo Cuerva, la productividad media de las pymes acumula hasta seis trimestres consecutivos de caídas interanuales, y es un 1,7% inferior del nivel prepandemia.
Esto ocurre en un momento en el que el empleo crece más que las ventas, y en un entorno en el que los fondos Next Generation no llegan a penetrar en el tejido económico de las pymes. Así lo hizo saber la semana pasada Cepyme a través de un comunicado, donde valoró el anuncio que hizo Pedro Sánchez de 4.500 millones de euros en subvenciones y 50.000 en préstamos destinados para las pymes, partidas que ya habían sido anunciadas desde hacía bastante tiempo. En esa línea, el director de Economía y Políticas Sectoriales de Cepyme, Francisco Vidal, recordó las dificultades que tienen las pymes para acceder a estas ayudas, hasta el punto de que «no son movilizables, pues se dedica más tiempo a justificar un proyecto que a ejecutarlo, y eso no es un incentivo».
Este lunes, la organización de la pequeña y la mediana empresa, Cepyme, presentaba el último indicador que analiza hasta 15 componentes, entre los que destacan la actividad, los costes, la competitividad, la productividad, el empleo y las condiciones financieras. Tras un estudio pormenorizado -que recoge THE OBJECTIVE– cuya realización técnica ha dependido del economista Diego Barceló Larrán, el análisis advierte de la necesidad de tener en cuenta la situación de la pyme española a la hora de tomar medidas que supongan un nuevo aumento de costes que agrave más todavía su productividad.
Y es que la pérdida de productividad en el segundo semestre de 2024 fue más acentuada en el caso de las medianas empresas (-3,1%), que en el de las pequeñas (-1,9%), si bien en estas últimas el deterioro de este indicador encadena ya 18 meses de descensos frente a 15 meses en el caso de las medianas.
Caída de la rentabilidad bruta por asalariado
De esta forma, recalca Cepyme, la baja productividad se configura como uno de los principales problemas de las pequeñas y las medianas empresas y afecta a la rentabilidad de estas compañías, manteniéndose la rentabilidad bruta por asalariado un 2,6% por debajo de los niveles prepandemia.
Según este estudio, en cuanto a las ventas de las pymes, estas se incrementaron un 4,9% en tasa interanual. Pero este aumento se notó más en las pequeñas empresas que en las medianas, un 5,2% frente a un 4,3%, respectivamente. Eso sí, en el caso de las empresas pequeñas se mantienen ligeramente por debajo de los registrados a finales de 2019, antes de la pandemia.
No obstante, con el efecto corrector de la inflación, el incremento de las ventas de las pymes es del 2,7% en tasa interanual, sumando dos trimestres consecutivos de ascensos. Sin embargo, aplicando la media móvil de los últimos cuatro trimestres, la subida interanual es de solo un 0,3%. Y, señala el indicador de Cepyme, «aunque rompe una serie de tres descensos interanuales consecutivos, es un incremento débil, que sugiere un estancamiento en los volúmenes vendidos y es insuficiente para poder hablar de un cambio de tendencia en las ventas de las pymes».
Incremento de los costes laborales
El indicador de Cepyme también marca cómo los costes de las empresas se mantuvieron en un entorno de estabilidad,
fundamentalmente por la tendencia descendente de los precios de la energía y de los productos intermedios. Hay que tener en cuenta que «estos descensos se producen tras las fuertes subidas de trimestres anteriores, lo que explica que los costes operativos del segundo trimestre hayan sido un 18,3% más altos que los del mismo período de 2021 y un 22% superiores a los del segundo trimestre de 2019».
Además, indica el estudio, los costes laborales se incrementaron un 4,5% en las pymes, tres décimas menos que en el trimestre anterior. Una ligera desaceleración, después de diez trimestres consecutivos, con incrementos interanuales de al menos el 5% que, sin embargo, contrasta con el ritmo de incremento medio del 0,3% de los diez años previos a la pandemia.
Este incremento del 4,5% corresponde al aumento del 3,9% del salario medio ordinario y del 5,4% en el resto de los costes laborales, incluidas las cotizaciones sociales.
El aumento interanual de los costes laborales es mayor en las empresas pequeñas que en las medianas: 4,7% y 3,9%, respectivamente. El incremento acumulado desde el primer trimestre de 2021 es del 23,1% en las pequeñas y del 16,9% en las empresas medianas. Este mayor aumento de los costes laborales en las pequeñas empresas se debe, en parte, a las subidas del SMI -subraya el indicador de Cepyme-, cuyo impacto es proporcionalmente mayor en las empresas de menor tamaño porque su salario promedio, dada su menor productividad relativa, es también más bajo.
Cuando el empleo crece más que las ventas
El indicador de Cepyme también muestra cómo el empleo se incrementó ligeramente en las pymes durante el trimestre considerado, un 2,9% en tasa interanual, superando los 9,3 millones de asalariados. Se trata, por tanto, de la mayor variación de los últimos siete trimestres.
Por tamaño, en las empresas pequeñas el incremento interanual del número de asalariados en el segundo trimestre fue del 1,9%, el más moderado desde 2022, alcanzando los 6,49 millones de trabajadores. Por su parte, el empleo en las empresas medianas creció un 5,3%, el mayor aumento desde septiembre de 2022, alcanzando los 2,87 millones de trabajadores.
Sin embargo, y paradójicamente -señala el informe-, «este crecimiento del empleo, superior a las ventas, incrementa el coste laboral por unidad vendida y acaba repercutiendo negativamente en la productividad, especialmente en el caso de las empresas más pequeñas, así como en su capacidad de acometer nuevas inversiones o generar más empleo».
No en vano Cepyme destacó que en septiembre la creación de empleo ha estado impulsada por el sector educativo. Por el contrario, con el fin de la campaña estival, se acentúa la destrucción de empleo en sectores como el comercio y la hostelería.
