THE OBJECTIVE
La otra cara del dinero

En pie, parias del parqué, multimillonaria legión, que empieza la NBA

Las normas de la liga y el aumento de ingresos propician contratos que pueden hacer ganar más de mil millones de dólares a los nuevos jugadores

En pie, parias del parqué, multimillonaria legión, que empieza la NBA

Lebron James y Stephen Curry. | Archivo

«Arriba, parias de la Tierra. En pie, famélica legión»… La Internacional, el himno de comunistas y socialistas (cuando no están captando fondos), recuerda la verdad revelada por Marx: los capitalistas explotan a los trabajadores. Pero ¿qué pasa cuando uno de esos parias gana un millón de dólares a la semana? 

La NBA arranca este martes con un extenso programa de explotación: solo en la temporada regular, cada franquicia disputará 82 partidos. Los que cuenten con los parias más habilidosos se acercarán al centenar con el extra de los playoffs por el título. 

Y, efectivamente, las franquicias de la NBA le sacan unas plusvalías descomunales a sus trabajadores. Por aquí ya hicimos las cuentas y explicamos su contexto. Pero en solo un par de años la cosa ha ido a más, mucho más, ya lindante con lo pornofinanciero. La última actualización de Statista sitúa el valor medio de una franquicia de la NBA en 3.850 millones de dólares. Recordemos que en 2001 era de… 200 millones. No parece mala inversión para el que se le ocurriera. Pero tampoco Terra y…

A cambio, los salarios de los jugadores también han subido vertiginosamente. Este análisis de RunRepeat recuerda que en 1991 estaba en una media de 870.000 dólares al año. En 2000, ya casi llegaba a los tres millones y, en 2022, se había disparado hasta sobrepasar ampliamente los ocho millones, pero ahora ya la cosa se ha salido de madre: según la última actualización de Sport Illustrated, en la temporada que ahora comienza roza ya los 12 millones.

Y lo que queda.

El verano del año pasado, el gurú de The New York Times Mike Vorkunov advirtió en un artículo: «Los salarios de la NBA siguen subiendo. Prepárate para sorprenderte en el futuro». Asegura que «estamos apenas al comienzo de la gran fiebre del oro de la NBA» y, sobre todo, recuerda la clave del asunto: «Debido al convenio colectivo, [los jugadores] ganan entre el 49% y el 51% de los ingresos relacionados con el baloncesto cada temporada, así que cuando la liga gana mucho dinero, también lo hacen sus jugadores«. 

En La invención de todas las cosas (Alfaguara), Jorge Volpi recuerda que el género de la novela es la «forma preponderante de la ficción, pese a las ocasiones en que algún crítico despistado ha proclamado su muerte», porque, «como la clase y el modelo económico del que surgió, posee una capacidad de adaptación inigualable». Algunos politólogos (y muchos tertulianos) despistados siguen sin entender por qué el comunismo perdió la Guerra Fría. O lo entienden y les da tanta rabia que prefieren mirar para otro lado. El comunismo es una ideología totalitaria lindante con la fe religiosa: jamás admitiría matizarse con algo «de fuera» (o sea, la realidad). La democracia liberal ha sido capaz de absorber cosas como el sindicalismo o las leyes antimonopolio. Y ahí sigue.

El capitalismo tiene como guía el mercado: si a la gente le gusta ver la NBA, pues habrá que darle NBA. Este verano, la NBA anunció un nuevo contrato por el que ABC/ESPN, NBC/Peacock y Prime Video transmitirán sus partidos desde la temporada 2025-26 hasta la 2035-36. Uno de los implicados, la ESPN, publicó el montante que percibirá la liga: 76.000 millones de dólares. Pues eso. Capitalismo. Plusvalía por un tubo. 

Pero… La asociación de jugadores (NBAP) ha ido a la huelga unas cuantas veces. La última, en 2011. El feroz capitalismo yanqui no solo no condenó a muerte a sus líderes, sino que el mismísimo David Stern, mítico jerarca de la patronal baloncestística, tuvo que sentarse a negociar con el director del sindicato Billy Hunter, un jugador de futbol americano de los años 60, al que acompañaba Derek Fisher, muy en activo por entonces como base de los Lakers. Los parias del parqué consiguieron que se les pagara esa mitad de los beneficios que comentaba el bueno de Mike Vorkunov

El año pasado, los ingresos totales de la NBA sobrepasaron los 10.500 millones de dólares. Cada franquicia obtuvo una media de 70,6 millones de ingresos operativos. Y los sueldos, pese a los topes que impone la liga, se han disparatado. La lista de Hoopshype sitúa en primer lugar a un clásico, Stephen Curry, con 55 millones de dólares al año, y le siguen, todos con 51 millones, el jugador más desequilibrante hoy por hoy, Nikola Jovic, otro superclase como Joel Embid y otro clásico como Kevin Durant. 

A continuación, con 50 millones (aún en ese territorio del millón de dólares a la semana), está Bradley Beal. ¿Le suena? Es un buen jugador de 31 años que fichó el año pasado por los Suns tras toda una carrera sin poder sacar de la depresión a los Washington Wizards. En su primera temporada en Phoenix anotó 18,2 puntos de media (no está mal), que ayudaron a su filantrópico equipo a alcanzar el décimo mejor balance de victorias y derrotas de la liga. 

Aunque el salario que realmente pone de los nervios a los comentaristas veteranos de la NBA como Vorkunov es el siguiente de la lista. Jaylen Brown se queda justo por debajo de los 50 millones: solo 49,2. El pobre. Pero, a sus 27 años, su contrato se prolonga cinco años hasta rondar los 300 millones. Es un buen jugador. Incluso muy bueno. De hecho, a los Celtics le salió bien la jugada: fue MVP de la final que ganaron el año pasado. Pero 300 millones de dólares… 

De todas formas, Brown es lo de menos. Como decíamos, estamos viendo solo la punta del iceberg. Vorkunov hace cuentas y le sale que un jugador llegado la temporada pasada a la NBA podría alcanzar los mil millones de dólares. Pero, ojo: solo en contratos con las franquicias que lo acojan en su seno. En la lista Forbes de deportistas mejor pagados del mundo, Lebron James aparece en el cuarto puesto, con 128,2 millones de dólares. Solo 48,2 los recauda por lo que la revista llama «ganancias dentro de la cancha». El resto le llega por patrocinios, negocios propios, inversiones, etc. 

Tiene 40 años y ya no va a catar los contratos milmillonarios que esperan a chavales con, más que probablemente, mucho menos talento que él. Aunque siempre le quedará la posibilidad de unirse a la Internacional y marchar en la lucha contra el capitalista opresor.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D