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Economía

El BCE carga contra la inclusividad de Bitcoin

Un informe publicado se opone a la criptomoneda y augura mayor regulación

El BCE carga contra la inclusividad de Bitcoin

Representación de un bitcoin ante la bandera de la UE. | Jaque Silva (Zuma Press)

El Banco Central Europeo (BCE) ha publicado un nuevo documento crítico sobre Bitcoin que argumenta que, incluso en un escenario optimista donde su precio continúe subiendo, la criptomoneda tendría efectos negativos en la sociedad. Sin embargo, el análisis del BCE ignora tanto las virtudes fundamentales de Bitcoin como la crisis del sistema monetario actual, caracterizada por una significativa pérdida de valor del euro y niveles históricos de deuda pública, los cuales precisamente apuntalan la creciente popularidad de los activos digitales tanto a nivel particular como institucional. Este posicionamiento, además, parece preparar el terreno para una regulación cada vez más restrictiva en Europa, apoyada de un aumento de la fiscalidad.

Las críticas fundamentales del BCE

El documento del BCE argumenta que Bitcoin ha fallado en su promesa original de convertirse en un medio de pago global, centrándose ahora principalmente en su rol como activo de inversión. Los autores sostienen que, al no aumentar el potencial productivo de la economía, cualquier ganancia de los primeros inversores viene necesariamente a expensas del resto de la sociedad.

Sin embargo, esta crítica ignora que, otros activos, o incluso la mayoría de las divisas, como el euro, tampoco han cumplido con sus promesas fundamentales. Desde su introducción en 1999, la moneda europea ha perdido aproximadamente un 85% de su valor frente al oro debido a la inflación monetaria, mientras que los niveles de deuda pública en la eurozona han alcanzado máximos históricos que comprometen el futuro económico de las próximas generaciones. En este sentido, el impacto del euro ha producido una progresiva pérdida de poder adquisitivo transversal.

La narrativa de la redistribución sesgada

El BCE argumenta que el incremento en el precio de Bitcoin genera una redistribución de riqueza que beneficia a los primeros adoptantes a costa de los que llegan más tarde. Sin embargo, omite mencionar que las políticas monetarias expansivas del BCE, con años de tipos de interés negativos y programas de compra de deuda masivos, han generado una redistribución de riqueza aún más significativa, beneficiando a los tenedores de activos financieros mientras perjudican a los ahorradores tradicionales.

La realidad es que Bitcoin nació para ofrecer una alternativa de inversión accesible para todos, democratizando el acceso a un activo de reserva global en un momento en que la inflación erosiona los ahorros de la población. Esta característica inclusiva contrasta con el sistema financiero tradicional, que a menudo excluye a importantes segmentos de la población. Como resultado, Bitcoin es escogido como activo de preferencia en economías con elevada inflación, como Venezuela o Turquía, o áreas con un bajo nivel de bancarización, como varios países de África o sureste asiático.

Las virtudes ignoradas frente a la regulación creciente

El análisis del BCE omite deliberadamente las características fundamentales que hacen de Bitcoin una innovación significativa, como son su oferta limitada, descentralización y resistencia a la censura. Estas características son especialmente relevantes en un contexto donde la expansión monetaria continua y la creciente deuda pública generan preocupaciones sobre la estabilidad del sistema financiero tradicional.

Sin embargo, el posicionamiento del BCE parece estar allanando el camino para una regulación cada vez más restrictiva. En este sentido, el reciente anuncio de Italia de incrementar el impuesto sobre las plusvalías de Bitcoin del 26% al 42% es un ejemplo de esta tendencia regulatoria agresiva, y sugiere que los gobiernos europeos están adoptando una postura cada vez más hostil hacia las criptomonedas.

El futuro regulatorio en Europa

La tendencia regulatoria actual en Europa, ejemplificada por el informe del BCE y por medidas como la nueva imposición italiana, sugiere un endurecimiento progresivo del marco normativo para las criptomonedas. Esta dirección, que también ha aportado mayor seguridad jurídica a prestadores de servicios y usuarios, podría resultar contraproducente para la competitividad europea en el emergente ecosistema financiero digital.

En un momento en que el sistema monetario tradicional muestra signos evidentes de tensión, con una deuda pública creciente y una pérdida constante del poder adquisitivo del euro, la adopción de posturas excesivamente restrictivas hacia las criptomonedas podría resultar contraproducente. El verdadero desafío no es desacreditar o restringir las innovaciones monetarias, sino encontrar un marco regulatorio que permita su desarrollo responsable en beneficio de la sociedad.

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