La deslocalización de Petronor, clave para que el PNV no apoyara el impuesto a las energéticas
Se trata de una de las filiales más importantes de Repsol en España y la titular de la refinería de Bilbao
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz.. | Ilustración: Alejandra Svriz
Que Repsol ha ganado la última batalla contra los impuestos extraordinarios a las energéticas es innegable. Este pasado miércoles por la tarde, y a la vista de que el Partido Nacionalista Vasco no ha hecho más movimientos para sostener la propuesta del Gobierno de Pedro Sánchez -si bien días atrás repudiaba el gravamen, pero al tiempo apoyaba el impuesto -, ha quedado claro -sostienen fuentes del sector- que la compañía que dirige el consejero delegado Josu Jon Imaz «ha sabido jugar muy bien sus cartas hasta el último minuto«.
En este juego político, los peneuvistas han pasado de puntillas, casi de perfil, afirmando que si este impuesto ha decaído y, por tanto, no se va a tramitar finalmente en el Congreso de los Diputados cuando se debatan las enmiendas, no es porque ellos no hayan querido, sino por una circunstancia que es «externa».
Sin embargo, fuentes del sector consultadas por THE OBJECTIVE explican que el posible intercambio de pareceres de la empresa Petronor y el PNV ha sido determinante para que estos últimos se retiraran de la carrera en la que Junts ha asumido todos los réditos, argumentando que una decisión de este calado acabaría afectando a las inversiones que Respol tiene en la refinería de Tarragona.
Un sólido argumento para los neoconvergentes catalanes. Los nacionalistas vascos han procedido con diferente estrategia. No en vano -recuerdan las fuentes consultadas por este diario- Petronor es una de las filiales más importantes que tiene Repsol en España y, además, es la titular de la refinería que tiene en Bilbao. Y, «es evidente -insisten en este punto-, que si en sus planes de crecimiento están Tarragona o Cartagena, también está Bilbao. Luego, si Repsol tenía el propósito de no invertir más en Tarragona, también lo tenía con Bilbao».
El peso de Petronor y la presión de Bildu
La cuestión -detallan las fuentes, «ha sido convencer al PNV para que, sabiendo todo esto, resolviera las cosas de otra forma y no apoyara el impuesto a las energéticas. Posiblemente habrán tenido menos presión con el impuesto a la banca, porque el Gobierno vasco acabará bonificando esa figura fiscal a la Kutxa y al BBVA. Pero eso sí, con las energéticas no es lo mismo», abundan al respecto.
Por eso -sostienen las voces consultadas-«la formación creada por Sabino Arana utiliza esos mensajes subliminales que hay que saber interpretar, donde parecen decir una cosa, pero también dicen la contraria».
Además, «si Petronor fuera una empresa independiente, a lo mejor podría tener sentido decir, bueno, pues nosotros queremos que este impuesto se convierta en impuesto concertado. Pero en las condiciones de una empresa subsidiaria y filial de Repsol -apuntan-, no tiene ninguna lógica. Así pues, el argumento que ahora utiliza el PNV es para salir del paso y excusarse, teniendo en cuenta que están en la carrera de a ver quién es más bildutarra. Quieren ser más ecologistas que los propios batasunos. Pero vamos -resuelven-, eso no hay quien se lo compre».
Junts vende una rebaja fiscal
Otras fuentes también sostienen que Repsol «es una empresa muy fuerte en España y es, de todas las energéticas, la que más impuestos paga, de modo que es normal que tenga algo que decir al respecto». En esa línea, otro de los expertos destaca que, en efecto, «Repsol ha llevado a cabo una campaña muy bien organizada, subrayando que este no es un problema de pobres y ricos, sino de empleo y bienestar y esa ha sido la base del discurso de Josu Jon Imaz, dejando claro que una refinería no se puede deslocalizar. Pero es cierto, porque así lo hizo público Imaz, que Repsol podría dejar de hacer nuevas inversiones en España y llevárselas fuera».
La jornada parlamentaria del miércoles fue de lo más prolífica para algunos partidos políticos, como PNV y Junts. En la negociación de las enmiendas de un proyecto ley, por un lado los de Carles Puigdemont lograron frenar el impuesto a las energéticas, el impuesto a las mutuas y una rebaja de presión a las pymes y micropymes en el impuesto de Sociedades, resolviendo que así los ciudadanos catalanes se ahorrarán 2.500 millones en impuestos.
Por otro, los nacionalistas vascos sacaron pecho por llevarse a su concierto económico los impuestos a las multinacionales y la banca, que como es sabido, serán regulados por sus haciendas forales. Además, el PNV también remarcó que ha conseguido presentar una corrección de enmienda para evitar el fraude del hidrocarburo en el IVA, algo que, por otra parte, está en la Comisión de Hacienda que lleva paralizada por el PSOE desde el mes de marzo, y en la que ya hay un paquete de enmiendas, entre ellas una del PP, que precisamente se centra en cómo evitar el fraude del IVA de los hidrocarburos, como ya dio a conocer THE OBJECTIVE.
Un dieselazo por la puerta de atrás
Sin embargo, ni PNV ni Junts recogieron en sus comunicados que el Partido Socialista ha colado en su Proyecto de Ley Complementario para garantizar un nivel mínimo global de imposición para los grupos multinacionales y los grupos nacionales de gran magnitud una reforma fiscal que ha pasado inadvertida, con un nuevo impuesto a los hidrocarburos -también al tabaco- que acabará repercutiendo en la factura de los consumidores de diésel con nueve céntimos más al litro.
En algunos medios de comunicación esto se ha llamado dieselazo. Por cierto, ya advirtió el peneuvista Aitor Esteban que el PSOE es muy hábil para incluir sorpresas en las enmiendas.
Finalmente, tampoco ha sido capaz ninguna de estas formaciones, ni el Ministerio de Hacienda, de explica con qué memoria económica se han determinado los nuevos impuestos o el impacto de eliminación de la figura fiscal que iba a gravar a las empresas energéticas.
