Caixabank limita el nuevo plan del Gobierno para recuperar el dinero del rescate de Bankia
Recorta sustancialmente, a 1.500 millones, la recompra de acciones hasta 2027, ahora que Economía iba a usar esa vía
Caixabank ha limitado, y mucho, el nuevo plan del Gobierno para recuperar las ayudas públicas concedidas a la extinta Bankia en la pasada crisis financiera. La entidad ha decidido reducir sustancialmente el importe destinado a recompras de acciones propias para mejorar el dividendo en su próximo plan estratégico, ahora que el Ejecutivo iba a usar esta vía para ir recabando una parte del dinero del rescate, que ascendió a algo más de 24.000 millones. El objetivo del grupo catalán es poner el foco en el crecimiento y conservar un mayor volumen de recursos en balance para aprovechar las oportunidades que puedan surgir.
Fuentes financieras resaltan a THE OBJECTIVE el error cometido por el Ministerio de Economía en los últimos ejercicios de no haber utilizado esta alternativa, en un momento en que Caixabank ha llevado intensos programas de adquisiciones de títulos, muy por encima de los anunciados inicialmente. Desde 2022 ha destinado a estas operaciones 3.800 millones de euros, que han sido aprovechados por otros inversores para hacer caja. En cambio, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), dependiente de dicho ministerio, ha preferido conservar su posición, lo que ha elevado su participación desde el 16,1% que atesora tras la absorción de Bankia al 18,1% que tendría en la actualidad.
La hoja de ruta del banco con sede en Valencia para el periodo 2025-2027 no establece un volumen concreto de remuneración a los accionistas, pero sí da indicaciones que permiten hacer una estimación sobre la cuantía. En concreto, estipula que distribuirá entre un 50 y un 60% del beneficio en dividendos en efectivo y que dedicará a recompras el dinero sobrante por encima de un ratio de capital del 12,5%.
Esto permitirá, de acuerdo con expertos consultados por este periódico, que la retribución total se sitúe en torno a los 10.500 millones. De esta cantidad, la inmensa mayoría corresponderá a entregas en metálico, que podrían superar los 9.000 millones en los próximos tres ejercicios, por lo que solo en torno a unos 1.500 millones podría dedicarlos a la adquisición de títulos propios para su posterior amortización.
El ministro Cuerpo avanzó hace unas semanas que a partir de ahora, el Gobierno iba a empezar a vender una parte de las acciones en propiedad, con lo que el Estado pueda acelerar la recuperación de las ayudas inyectadas en Bankia, porque la intención del Gobierno ya no era seguir aumentando la participación en Caixabank. Eso sí, dejó claro, como ya adelantó el presidente del Frob en el Congreso, Álvaro López Barceló, que por ahora no se esperan desinversiones elevadas, por lo que se va a ampliar el periodo de enajenación otros dos años, hasta 2027. Por el dividendo en efectivo percibirá unos 1.600 millones.
Hasta la fecha, el Estado solo ha podido recuperar 335 millones de euros, ya que todos los dividendos que ido percibiendo en metálico se habían utilizado para sanear el balance de la matriz de Bankia, BFA, propiedad 100% del Frob y empresa que recibió toda la inyección de dinero público en el rescate del grupo financiero.
La intención del Gobierno es perpetuarse, a diferencia de lo que están haciendo otros países europeos, como Italia, Alemania o Grecia, que están avanzando en los últimos meses con pasos firmes para salirse de los bancos que fueron auxiliados en el pasado, aprovechando la revalorización de las cotizaciones gracias a una cuentas de resultados más boyantes por la subida de los tipos de interés tras la invasión de Ucrania y escapar de los riesgos que se avecinan por la bajada más pronunciada del precio del dinero por parte del BCE desde junio.
Caixabank se ha disparado desde 2022 hasta los 39.200 millones. Por tanto, el paquete del Estado está tasado a precios actuales en unos 7.100 millones de euros. Un importe que todavía está lejos del total del rescate otorgado. El Ministerio de Economía confía en más subidas para maximizar el valor de la inversión, por lo que no se plantea en el corto plazo reducir la participación, con lo que será muy limitado lo que traspase a Caixabank en las recompras.
El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, no quiso ayer aclarar de qué magnitud será el programa de dividendo, pero explicó que ahora que la capitalización de la entidad es óptima, lo más lógico es retener un mayor nivel de capital para dedicarlo al crecimiento. Un crecimiento que en sus previsiones no incluye la oportunidad que surja de una posible fusión de BBVA y el Sabadell. Por ello, ha elevado del 12% al 12,5% el umbral a partir del cual dedicará a recompras de acciones. El plan del banco catalán es captar 800.000 nuevos clientes hasta 2027, aumentar el crédito y elevar la rentabilidad hasta el 16%. Este objetivo está calculado sobre la previsión de que tenga que abonar unos 1.500 millones por el mantenimiento del impuesto extraordinario a la banca, que tanto ha criticado el sector.