¿Y si la próxima gran red social nace en España y rompe con lo establecido?
Applaudable parte de un concepto diferente: crear comunidades y compartir experiencias sin atrapar al usuario
Andrew Christodoulides es el fundador de Applaudable, una red social que, de nuevo, viene a darle un vuelco a la industria más denostada del entretenimiento digital gracias a un planteamiento más humano, menos frío, más basado en la comunidad y en compartir experiencias «de verdad». De origen chipriota, Christodoulides cambia Nueva York por Barcelona, ciudad donde aterriza en 2022, año de lanzamiento de la plataforma, que por ahora funciona a través de invitaciones.
PREGUNTA.- ¿Qué conclusiones saca tras pasar tanto tiempo en la Gran Manzana y cambiarla por la capital catalana?
RESPUESTA.- Tengo dos hijos y buscábamos un punto intermedio entre Nueva York y el pueblo chipriota del que proviene mi familia. Ese era un salto drástico, y Barcelona representaba un buen equilibrio entre el lugar más vibrante del planeta y un lugar tal vez demasiado tranquilo.
P.- ¿También existe ese equilibrio barcelonés desde la perspectiva del emprendimiento digital?
R.- Sin ánimo de ofender, este ecosistema necesita mayor profundidad. En Nueva York o Silicon Valley topas cada día con muchísima gente intentando resolver desafíos globales, universales. Aquí falta tamaño, hay mucho emprendedor en solitario y entre los perfiles más interesantes, entre quienes ya han tenido éxito con empresas anteriores, veo mucho jubilado prematuro. Es un drama que personas tan inteligentes se retiren antes de tiempo.
P.- ¿Qué está pasando con las redes sociales? El hartazgo es cada vez más visible, como evidentes son los problemas de ansiedad, estrés y depresión, especialmente en lo que respecta al público más joven.
R.- El problema de la sociedad va más allá de las redes. El relato de las experiencias que conforman una vida se está perdiendo. Y las redes lo empeoran todo con su superficialidad y toxicidad, con la dependencia que generan de las pantallas. La ansiedad a la que usted alude proviene de las comparaciones. Comparamos nuestro post con el de los otros tipos que tienen más seguidores y likes y eso nos hace sentir inferiores, especialmente si uno todavía es un chaval. Por otro lado, las grandes redes sociales dependen de la publicidad y esa publicidad implica un objetivo nada saludable: intentar que el usuario pase en el feed cuanto más tiempo mejor.
P.- ¿Qué hace de Applaudable una propuesta diferente? Porque todos dicen lo mismo al principio: nosotros no somos como ellos.
R.- Partimos de un planteamiento completamente antagónico: monetizar no a través de la publicidad, sino añadiendo valor a los usuarios. Por ejemplo, si usted lee una novela que le llega al corazón y comparte esa experiencia en un post, otros miembros de Applaudable podrán acceder al enlace del título y comprarlo. Gracias a esa transacción, nosotros cobramos una comisión. Igual ocurre si alguien viaja por primera vez a Andalucía. O si come en el mejor restaurante de Granada.
P.- Habla usted de experiencias, pero al final tiene que haber algún elemento extra para que eso sólo signifique, como ocurre en las apps de la competencia, colgar una foto y etiquetar a los amigos.
R.- La idea detrás de Applaudable es el concepto del aplauso. Compartir vivencias personales y significativas, aspiraciones e inspiraciones, éxitos y fracasos… y hacerlo con algo más que un simple post sin chicha. Esas historias se echan de menos, incluso en la vida real. ¿Qué hacían mis padres cuando tenían 20 años? Ni siquiera lo recuerdan. Una plataforma que permita conservar esa memoria es increíblemente valiosa. Actualmente, contamos con 200.000 usuarios registrados y con ellos validamos el producto. Hemos empezado creando comunidades en torno a colegios y barrios de Barcelona, y lo que queremos es que esas comunidades interactúen entre sí. A mediados de 2025 llevaremos Applaudable a otras ciudades del mundo. Para eso estamos levantando una segunda ronda de inversión de tres millones que se suma a los seis millones obtenidos previamente.
P.- El desafío es monstruoso. Hacerse un hueco en un mercado dominado por Meta y Tik Tok. ¿Quién dijo barreras de entrada?
R.- A estas alturas podríamos sumar dos millones de usuarios, pero queremos ir despacio y validar cuidadosamente cada aspecto de la plataforma. Si piensas en el listón de los 1.000 millones de usuarios, lo más probable es que te sientas abrumado y bloqueado. Pero estamos creando un producto con una motivación muy específica: la posibilidad de que sea valioso para un solo usuario, de que su experiencia se presente de una manera muy atractiva y completa y de que con el paso del tiempo y la constancia se genere una narrativa única y auténtica.