El 78% de los usuarios de vapeadores asegura que los sabores les ayudaron a dejar de fumar
El Ministerio de Sanidad ha iniciado el trámite para prohibir los aromas en los cigarrillos electrónicos
El Ministerio de Sanidad está dispuesto a acabar con los sabores en los cigarrillos electrónicos. Los aromas frutales, dulces y mentolados tienen sus días contados. Larga vida, sin embargo, tiene por delante el sabor al tabaco. Porque el departamento de Mónica García, en el borrador del Real Decreto 579/2017 presentado hace unos días, pretende prohibir los sabores en los vapeadores, excepto el del tabaco, como contó THE OBJECTIVE. Una medida que preocupa no solo al sector del vapeo, sino también a los propios usuarios, ya que solo el 13,2% del total consume únicamente líquidos con sabor a tabaco. Además, el 78% de los encuestados asegura que los sabores le ayudaron a dejar de fumar o a reducir su consumo notablemente.
Son datos de la encuesta ‘Hábitos y uso del cigarro electrónico’ hecha por Sigma Dos para la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV) a la cual ha tenido acceso este medio. Del sondeo, para el que fueron entrevistados 562 usuarios de vapeadores, se desprende que el 89,5% de las personas encuestadas fumaba cigarrillos convencionales con anterioridad al uso de cigarrillos electrónicos, mientras que solo el 10,5% no era fumadora. La razón principal por la cual se iniciaron en el consumo de estos dispositivos es por salud (78,2%) (y el 46,95% declara que desea dejar de fumar). El 10,9% lo hizo por la variedad de sabores, el 6,8% por la posibilidad de fumar en espacios cerrados y el 2% por motivos económicos.
En este sentido se pronuncia en este medio el cirujano oncológico del Hospital Gómez Ulla Fernando Fernández Bueno, que señala que «los datos plantean ampliamente que una normativa demasiado restrictiva, como prohibir la venta de determinados grupos de sabores (especialmente los de fruta y postres), impedirá a los fumadores adultos pasarse al cigarrillo electrónico y aumentará la tasa de recaída entre los exfumadores que han conseguido dejarlo con la ayuda de los vapers».
«Como se ha demostrado en diversos estudios, el vapeo es el principal competidor del tabaco y lo desplaza en el mercado. Prohibir, en vez de hacer el esfuerzo de regular uno de los descriptores básicos del vapeo, eliminando por completo el atractivo principal del producto para los adultos fumadores, provocará que miles de vapeadores vuelvan a fumar y que miles de fumadores sigan fumando al no encontrar un mínimo atractivo que los lleve a optar por el vapeo», insiste el doctor Fernández, también portavoz de la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo, formada por médicos, catedráticos y sanitarios.
Solo el 21,5% dejaría de fumar
Así también se desprende de la encuesta de Sigma Dos. A la pregunta ‘¿Qué haría si se prohibieran los vaporizadores con sabor y solo estuviera disponible el sabor a tabaco?’, el 35% reconoce que buscaría la forma de obtenerlos a pesar de su prohibición, el 18,9% consumiría el líquido sabor tabaco y el 11,7% se pasaría de nuevo al tabaco convencional. La prohibición, en cambio, sí terminaría con el hábito de fumar, ya sea vaper o tabaco, de un 21,5%, aunque un 12,9% no sabría a qué recurriría en ese caso.
El Ministerio de Sanidad justifica la medida como una respuesta a la creciente popularidad de estos productos entre adolescentes y jóvenes adultos. A esta afirmación responde el oncólogo del Hospital Gómez Ulla: «Argumentar que los sabores en el vapeo atraen a los menores es una falacia, puesto que, de hecho, los sabores agradables atraen al 100% de la población, tenga la edad que tenga. Prohibir, en vez de regular con la excusa de que los menores no accedan al vapeo, no evitará el acceso de los menores al producto, al tiempo que no justifica la condena a muerte de millones de adultos fumadores
«No hace falta ser científico para comprender que es imposible que una persona se mantenga sin fumar obligándola a hacerlo consumiendo continuamente un sabor que le repugna. Es una medida dañina, simplista y naif, que ha malinterpretado por completo las causas del vapeo juvenil y que son, en realidad, mucho más profundas. La prohibición, de hecho, es el fracaso de las autoridades eludiendo su responsabilidad de legislar y además, en este caso, habiendo millones de vidas en juego, las implicaciones éticas son de extraordinaria gravedad», expone el experto.
Al respecto también se ha pronunciado el psicólogo clínico Karl Fagerström (Rättvik, Suecia, 1946) –uno de los especialistas mundiales más importantes en la lucha contra el tabaquismo–. En una entrevista en THE OBJECTIVE el pasado mes de abril, Fagerström defiende que «un mundo libre de humo es posible si se permitieran los productos no combustibles y se dieran ventaja a los vapers», además, el experto considera que las medidas tradicionales de control del tabaquismo han agotado su potencial para reducir significativamente el número de fumadores y recuerda que las nuevas formas para dejar de fumar, como los vapeadores, son tan útiles como la farmacología «según la biblioteca Cochrane».
Preocupación del sector
El sector ha mostrado su preocupación con esta medida. En la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV) aseguran que prohibir el uso de sabores en los vapeadores implicará el cierre de 500 tiendas y la destrucción de 1.500 empleos, ya que los sabores suponen el 80% de la facturación de las tiendas especializadas.
Por su parte, en BAT (British American Tobacco) señalan que «limitar únicamente al aroma de tabaco en los productos de vapor tendría una incidencia negativa en las tasas de tabaquismo. La disponibilidad de una gama de sabores relevantes para adultos es crucial para que los fumadores que desean cambiar el tabaco convencional lo hagan».
Además, la tabacalera indica que en países como Estonia, Dinamarca y Países Bajos, así como en California (EE.UU.), la prohibición de sabores «ha generado efectos negativos», como el traslado de la demanda al mercado ilegal (60-90% de los consumidores siguen usando sabores prohibidos) y un aumento del consumo de tabaco de combustión. «Un estudio en EEUU reveló que, por cada cartucho de líquido para vapear dejado de vender, las ventas de cigarrillos aumentaron», asegura la compañía, que cuenta actualmente con 26,4 millones de consumidores de sus marcas sin humo, que representaron el 17,9% de los ingresos del grupo en el primer semestre de 2024. «Estamos comprometidos a convertirnos en un negocio predominantemente sin humo y hemos sido claros en nuestra ambición de que el 50% de nuestros ingresos provengan de productos sin humo en 2035», señala BAT.