El hombre más rico de El Salvador se lleva de España su patrimonial de 132 millones
Roberto Kriete, máximo accionista de Avianca, traslada su sociedad tras años de presión fiscal de Sánchez a las fortunas
El hombre más rico de El Salvador, Roberto Kriete Ávila, ha tomado la decisión de trasladar su patrimonial española a Panamá. El empresario, principal accionista de la aerolínea panamericana Avianca, ha depositado ya en el registro mercantil el proyecto para llevarse al país caribeño World Maintenance, Repair and Overhaul, según ha podido saber THE OBJECTIVE. La firma está domiciliada en Madrid desde 2017 y a finales de 2023 contaba con unos activos y patrimonio de 132 millones de euros, según los datos de Insight View.
Este movimiento se produce después de varios años de ofensiva fiscal de Pedro Sánchez contra las grandes fortunas y cuando el Gobierno ha sacado adelante una reforma fiscal que pone el acento en las clases más adineradas, además de las grandes empresas, entre ellas la banca y las eléctricas. En los últimos meses, debido a estos ataques, entre otros motivos, se ha acelerado la fuga de compañías al exterior, tal y como publicó este periódico. Más de una treintena se han instalado fuera de nuestras fronteras o se encuentran en trámites para hacerlo desde que Ferrovial anunciara su marcha a Países Bajos, a principios del ejercicio pasado.
El consejo de administración de la patrimonial del empresario de El Salvador autorizó el 28 de octubre el traslado del domicilio social a través de una transformación transfronteriza extraeuropea, para ubicarse en la capital panameña. Esta sociedad está controla por el Grupo MRO, propiedad de Kriete y a partir del cual este aumentó su riqueza en la pasada década.
Influencia en El Salvador
El salvadoreño tiene en la actualidad una fortuna superior a los 6.000 millones de euros, siendo la joya de la corona su participación mayoritaria en el capital de Avianca, aerolínea que en 2019 logró sacar de la bancarrota tras tomar su control. Entre otros activos, también destaca la compañía aérea mexicana de bajo coste Volaris.
Kriete heredó de su padre una parte de su patrimonio, pero en el último lustro lo ha aumentado de manera clara y su influencia es relevante, al menos en El Salvador. Es uno de los empresarios que apoya desde el principio al presidente de la República, Nayib Bukele. En más de una ocasión ha alabado su gestión y ha subrayado las buenas relaciones mantenidas por el mandatario con Estados Unidos, hecho que ha impulsado la inversión extranjera en el país. Ahora, este flujo podría dispararse debido a la gran relación que mantiene el líder de El Salvador con Donald Trump, que llegará a la Casa Blanca en enero.
El movimiento hecho por el inversor de El Salvador será replicado por otras fortunas en los próximos meses. Las fuentes jurídicas consultadas por este medio indican que se está incrementando el volumen de demandas de información para llevar a cabo traslados de sociedades al extranjero. Ponen el foco en las continuas subidas de impuestos contra los altos patrimonios y los mensajes lanzados desde la presidencia del Gobierno español. Resaltan, entre otros, el polémico discurso de Sánchez en el que atacó a aquellos que compran coches de la marca Lamborghini en vez de ir en transporte público, para defender que se dé una vuelta de tuerca a la presión fiscal.
Las mismas fuentes apuntan a que no todos los cambios de sede social obedecen a este motivo, aunque sí añaden que todos terminan en países con regímenes más ventajosos, como Andorra, Países Bajos, Luxemburgo, Delaware (Estados Unidos), Portugal y Panamá.
Antes de la decisión de Ferrovial, que levantó un gran revuelo por su importancia y tamaño, la ola de deslocalizaciones ya existía. En los 12 meses anteriores a la decisión de la constructora, otras 30 empresas habían desplazado su sede a otros países. En poco más de dos años y medio, algo más de 60 compañías se han marchado de España.
El empresario de El Salvador constituyó en 2017 su empresa española para administrar algunas de sus posesiones en el exterior e incluso poder realizar inversiones en nuestro país. Por entonces hubo una oleada de grandes fortunas latinoamericanas que habían decidido poner el foco en la Península Ibérica para hacer negocios, mejorar la tributación y resguardar su patrimonio de las tensiones políticas y la elevada incertidumbre económica que se estaba viviendo en sus países de origen.