Qu'est-ce que cèst cette merdé?
‘El Gris Importa’ analiza la situación de Francia, un país capaz de lo mejor y de lo peor
Este sábado, 50 jefes de Estado y de Gobierno han acudido a París a celebrar la reapertura de Notre Dame, la catedral gótica del siglo XII destruida por un incendio hace cinco años. Su reparación ha puesto de manifiesto todo lo que tiene de admirable Francia, que ha culminado, dentro del plazo y sin salirse ni un céntimo del presupuesto previsto, una auténtica proeza arquitectónica.
Es curioso, sin embargo, que estemos hablando del mismo país que está sumido en una profunda crisis que afecta prácticamente a todos los ámbitos.
En el político, el pasado 4 de diciembre el Parlamento destituía al Gobierno. Su primer ministro, Michel Barnier, había intentado forzar la aprobación de los presupuestos de 2025 y había puesto de manifiesto todo lo que tiene de abominable Francia, que es su inacabable soberbia. Porque el hombre carecía de mayoría suficiente y no solo no sacó adelante, como era de esperar, las cuentas públicas, sino que concitó la animadversión de la extrema derecha y la extrema izquierda, que no se ponen nunca de acuerdo en nada, pero que por una vez no dudaron en unir fuerzas en un voto de censura y convertir a Barnier en el primer ministro más efímero de la Quinta República, lo cual tiene su mérito, porque Bernard Cazeneuve y Édouard Philippe, que eran los anteriores plusmarquistas, apenas habían superado los tres meses.
En el ámbito económico, en Francia las cosas no están mejor.
Emmanuel Macron acometió su primer mandato recortando impuestos con el propósito de estimular el crecimiento, pero parece que no ha habido efecto Laffer, porque el aumento del PIB ha quedado por debajo del de la Unión Europea y con el aparato productivo dando, además, inquietantes síntomas de pérdida de competitividad, como evidencia el ascendente déficit exterior del país.
Ante este declive, el presidente francés ha recurrido a un incremento del gasto público, que ya supone nada menos que el 57% del PIB, un récord absoluto en el Viejo Continente. Pero como simultáneamente no ha llevado a cabo ninguna reforma, ni en el sector privado ni en el público, se ha encontrado con que no ha habido mucho efecto multiplicador, el déficit público se le ha disparado por encima del 6% del PIB y los mercados han empezado a ponerse nerviosos. Ahora mismo, la prima de riesgo española, que ronda los 65 puntos, es inferior a la francesa.
¿Cuál es el problema de fondo? ¿Cómo es posible que un país capaz de maravillas como Notre Dame se empecine tanto en el error económico?
De todo ello debaten en este nuevo episodio de El Gris Importa el profesor del IESE, Javier Díaz-Giménez, y el corresponsal económico de El Liberal/THE OBJECTIVE, Miguel Ors.