La crisis de Duro Felguera acelera la entrada de la SEPI y la pérdida de 126 millones del Estado
La compañía negocia una solución con la banca que debería incluir al ICO, al Cesce y una aportación de los socios
La crisis de Duro Felguera —actualmente en preconcurso de acreedores— acelera la entrada del Estado en el capital de la compañía como una parte fundamental del plan para evitar su quiebra. La empresa ha iniciado las negociaciones con la banca para obtener financiación, según confirman fuentes conocedoras a THE OBJECTIVE, pero esta operación no tendría sentido si la ingeniería sigue soportando el pago de 120 millones de euros del préstamo que le realizó el fondo de rescate de la SEPI durante la pandemia y que debe devolver entre 2025 y 2028.
Las fuentes consultadas por este diario indican que la única solución para evitar que este préstamo siga amenazando las cuentas de Duro Felguera es que la SEPI (el Estado) haga uso de las garantías establecidas en 2021 y convierta en acciones el préstamo participativo de 100 millones de euros (los otros 20 millones son préstamo ordinario), lo que evitaría el pago de intereses, condonaría la deuda y lograría que este capital pasase a estar calificado como patrimonio, contrarrestando el riesgo del desequilibrio en el que la compañía podría incurrir a partir del 1 de enero de 2025.
La parte negativa es el Estado daría por perdidos los 120 millones de euros (y los 6 millones que aportó el Principado de Asturias), y a cambio se convertiría en su accionista mayoritario, con más de la mitad del capital, junto con los mexicanos de Prodi y Mota-Engil, actualmente con el 54%. La única manera de recuperar este dinero sería en una eventual venta futura de estas acciones, aunque en el sector se ve poco probable que a medio y largo plazo alguien esté interesado en hacerse cargo de una Duro Felguera que lucha por evitar la quiebra.
Ayudas a Duro Felguera
Una opción que está sobre la mesa en las negociaciones para salvar la compañía —dicen las fuentes consultadas—, ya que hay cada vez más directivos de la SEPI que creen que es la única manera de que Duro Felguera no quiebre y pierdan el dinero para siempre. Y apuntan a que, si convierten el préstamo participativo de manera adelantada, al menos tendrán la posibilidad de rescatar parte del dinero en el futuro.
Una operación de estas características requeriría de un acuerdo de condonación anticipada del préstamo del fondo de rescate activando mecanismos de garantías como la participación en el capital (canjeando los 100 millones por acciones de Duro Felguera) y tomando en propiedad activos como inmuebles (por los 20 millones restantes). En este segundo caso, también se valora la posibilidad de hacer una quita de parte de esta deuda, correspondiente al préstamo ordinario. El Principado de Asturias tampoco cobraría los seis millones que aportó al rescate, aunque en este caso la devolución podría perdonarse debido a la crítica situación de la compañía.
En todo caso, esta sería solo una pieza del nuevo rescate que debe negociar la compañía y parte de un complejo puzzle en el que no solo el Estado deberá asumir pérdidas, sino que todos los involucrados tendrán que mover ficha en forma de préstamos y avales que deben incluir a la banca, el Instituto de Crédito Oficial (ICO), el Cesce, y los actuales socios mayoritarios: los mexicanos de Prodi y Mota.
Negociaciones con la banca
En estos momentos Duro Felguera está empezando las negociaciones con la banca bajo diversas fórmulas. Y la mejor opción es un nuevo préstamo de las entidades financieras, pero siempre que esté avalado por el ICO para garantizar que se realice la devolución. Duro Felguera tiene serias carencias de liquidez, ya que no tiene caja ni proyectos en marcha que le otorguen efectivo y, por el contrario, cuenta con una plantilla sobredimensionada que lógicamente debe cobrar mensualmente sus salarios.
Las estimaciones de las fuentes consultadas por este diario indican que el préstamo debería ser de un mínimo de 100 millones de euros para garantizar la viabilidad al menos un año completo. Este montante deberá incluir 60 millones para mantener en marcha la empresa los siguientes 12 meses; de 10 a 15 millones para realizar un ERE que aligere los costes laborales; y otros 25 millones para pagar a los proveedores más urgentes, asumiendo también que éstos deberían aceptar una quita de parte de lo adeudado.
La dificultad del préstamo del ICO es que necesita el plácet del pool bancario, pero además alguien debe garantizar el 20% a 30% que no asumirá el Estado. Aquí hay dos soluciones posibles: que el aval sean los socios mexicanos, lo que implica que vuelvan a rascarse el bolsillo tras perder los 90 millones desde que entraron en Duro Felguera; o que la banca asuma el riesgo sin avales para este tramo.
ICO y Cesce
Por otro lado, las fuentes consultadas indican que también se necesitaría una inyección de avales (diferente al préstamo) por otros 100 millones de euros, para que Duro Felguera pueda seguir presentándose a licitaciones y mantener la marcha operativa. Aquí la situación es la misma que en el caso del ICO, ya que deben tener el aval del Cesce y capital adicional para la parte minoritaria. Este organismo semipúblico tiene participación del Estado y los bancos acreedores, por lo que nuevamente habrá que negociar qué parte asumen y qué parte se consigue por otras vías. La empresa asturiana cuenta con el total apoyo del Gobierno, tanto en el ICO como en Cesce, pero deben convencer a la banca de que facilite el préstamo y los avales.
Y esto nos lleva a la cuarta pata del rescate: la responsabilidad de Mota y Prodi. La SEPI y la banca no darán ayudas a Duro Felguera (actualmente privada, pero que se transformaría en pública tras la conversión del préstamo participativo) si sus actuales socios mayoritarios no presentan un plan serio de reestructuración, con una hoja de ruta creíble y si no están dispuestos a hacer un esfuerzo que acompañe a las palancas del ICO, de la SEPI y del Cesce. Esto necesariamente significaría que los mexicanos tengan que inyectar liquidez o que participen en los avales de los préstamos o del Cesce.
Socios mexicanos
El problema es que —según las fuentes consultadas— los socios mexicanos no están por la labor de destinar más recursos a Duro Felguera, tras perder 90 millones de euros hace solo un año. De hecho, intentarán agotar todas las opciones posibles antes de tener que hacerlo. Sin embargo, su disyuntiva es la misma que la SEPI: si no apoyan perderán su inversión, pero si mantienen la ingeniería a flote hay una mínima posibilidad de recuperar parte de su dinero.
En cualquier caso, todas las opciones están abiertas en estos momentos y lo único que parece claro es que la operación no se resolverá pronto ni mucho menos dentro de los tres meses que establece el preconcurso presentado hace pocos días. La idea de los gestores es negociar sin prisas, pero sin pausas, con todos estos frentes abiertos, por lo que lo más probable es que se terminen alargando los plazos, e incluso no se descarta declarar el concurso si es que esto puede desbloquear alguno de los múltiples frentes abiertos.