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Economía

La inmobiliaria Tiko tiene 200.000 euros en arras de pisos pendientes, pero «no hay caja»

Hay diez familias con sus ahorros ‘atrapados’ en medio de la quiebra de esta inmobiliaria digital

La inmobiliaria Tiko tiene 200.000 euros en arras de pisos pendientes, pero «no hay caja»

Edificación de viviendas en Madrid. | Marta Fernández Jara (Europa Press)

La historia de auge y caída de Tiko –la agencia inmobiliaria digital más grande de España hace unos meses– responde al proceder y situación de muchas startups. Comienzo disruptivo, crecimiento, necesidad de levantar capital nuevo, financiación que no llega, giro brusco en la estrategia y quiebra. En el caso de esta proptech, hay que añadir varias familias –al menos diez, según varias fuentes consultadas por THE OBJECTIVEque han visto atrapados sus ahorros y no saben si los van a poder recuperar. Estas familias se encontraban en proceso de comprar una vivienda a través de la empresa y firmaron un contrato de arras, depositando una determinada cantidad para garantizar la compraventa.

Una operación muy habitual en el sector. El comprador entrega una cantidad de dinero, que suele ser el 10% del precio de la vivienda, en concepto de arras, para que el vendedor no venda la casa mientras busca financiación. En este caso, las arras depositadas en las cuentas de la compañía ascienden a algo más de 200.000 euros en esas cerca de diez operaciones pendientes en toda España, según apuntan fuentes conocedoras de estas operaciones a THE OBJECTIVE. Es la principal preocupación de los clientes y de los agentes inmobiliarios de la compañía «que son los que están dando la cara y poniendo en riesgo su reputación». Algunas de estas operaciones se pueden perder si no están las arras en tiempo y forma en las cuentas de los propietarios.

«La gravedad de lo penal son las arras; penalmente una empresa puede caer y está dentro de un proceso concursal, se paga y ya está. Pero el problema son las arras depositadas», apuntan otras fuentes conocedoras de la situación. Estas mismas fuentes reconocen que no saben cómo se van a pagar esas arras «porque en caja no hay para pagar esto, lo tiene que poner alguien», apuntan, y confían en que «de una manera u otra» este dinero se va a devolver a sus clientes antes de que el administrador concursal empiece a efectuar pagos.

Un problema para los agentes

El propio Sina Afra, CEO internacional y fundador de Tiko, trasladó a los empleados hace unas semanas que no había dinero. De hecho, la empresa no ha pagado las indemnizaciones todavía y debe los últimos días y el finiquito de los trabajadores despedidos, según fuentes cercanas. «Nosotros, los asesores, no supimos esto hasta diciembre. En enero nos dieron el golpe fuerte cuando nos avisaron que parte del equipo se marchaba», asegura un agente afectado por esta situación en conversación con este diario. «Somos nosotros los que damos la cara ante los clientes que tienen arras depositadas», explica este afectado.

Además, los agentes inmobiliarios van a tener un problema añadido y es que son proveedores no empleados y en el concurso van los últimos. «Yo veo difícil que vean algo, creo que lo tienen asumido y ven difícil que vayan a cobrar y están presionando mucho por el tema de la devolución de arras, porque son los que dan la cara», reconocen fuentes conocedoras de la situación. Unas cantidades que sin ser escandalosas suponen los ahorros de hasta diez familias. «No es lo mismo dejar a deber 20.000 euros a Idealista que a una familia. Es un poco triste la situación», lamentan antiguos trabajadores. Ya hay una denuncia penal interpuesta contra la compañía, según ha podido saber este diario.

Deuda de dos millones

En octubre de 2024 la compañía disolvió varias de sus filiales (Tiko Es Asset Management 2 y Tiko Es Asset Management 5), según se publicó en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme). La agencia inmobiliaria, que arrancó en 2017, ha presentado ya la solicitud de preconcurso de acreedores tanto para Tiko como para Housell, compañía que adquirió el año pasado para reforzar su red de agentes. En este momento se encuentran a la espera de que se nombre un administrador concursal que se haga cargo de la situación y organice la deuda pendiente, que asciende a dos millones de euros, según ha podido saber este diario, al margen de las arras.

Tiko debe a los empleados, a proveedores de márketing, a algún banco por diferentes líneas de crédito y a los portales inmobiliarios, fundamentalmente. Una situación de quiebra a la que ha llegado por varias cuestiones. La principal, según varias fuentes, el error en la estrategia de la compañía. «El momento de captar financiación fue malo, con los tipos altos, la guerra de Ucrania. En ese momento no se consiguieron los fondos y se fue a un cambio de modelo que requiriese menos capital», apuntan diversas fuentes. «Fue cuando cambiamos a un modelo de agencia inmobiliaria con un toque online, hubo cambios en el personal de la compañía, compraron Housell. Se hizo una buena red de agentes, pero quizá no se estaban consiguiendo los ingresos que se esperaban con una red tan grande», añaden. En 2023, la compañía registró unos números rojos de 2,3 millones de euros. Un año antes, las pérdidas ascendían a 1,9 millones y en 2021 a 1,5 millones, según los últimos datos del Registro Mercantil disponibles. Desde su constitución en 2017 no ha conseguido tener beneficios.

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