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Economía

El sector del metal pide calma ante los aranceles de Trump: hay fórmulas para evitarlos

El 80% de las exportaciones de acero y aluminio quedará a salvo gracias a la cláusula ‘Buy American Act’ de 1933

El sector del metal pide calma ante los aranceles de Trump: hay fórmulas para evitarlos

Instalación eólica | Europa Press

A pocos días de que Donald Trump empiece a cobrar aranceles a la UE, en principio a partir del 12 de marzo, las industrias españolas del metal han querido enviar un mensaje de calma. Son conscientes del proteccionismo chino y estadounidense, pero según refleja Confemetal en su último boletín de coyuntura, las exportaciones de proyectos ‘llave en mano’ en concepto de bienes de equipo liberan a aproximadamente el 80% de las ventas del metal a EEUU de estas tarifas. No en vano Trump siempre ha dicho que si las empresas se trasladan a Estados Unidos, no habrá aranceles.

Está previsto que la Administración Trump imponga una serie de importantes cambios en su política arancelaria en cuanto a los productos de acero a partir del próximo 12 de marzo, con aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio. Llegan hasta el citado porcentaje desde el 10%. Sobre el papel, la nueva regulación impondrá unos aranceles al sector del metal más severos que en 2018. Pero no hay que olvidar que Trump acaba de conceder una exención de un mes, hasta abril, a todos los automóviles que entren en el marco del tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México.

Si no hay cambios en cuanto al tratamiento que aplica a la Unión Europea, hoy por hoy España mantiene un flujo de ventas a EEUU por valor de 18.900 millones de euros. Es el segundo destino más importante fuera de la Unión Europea (UE), tras Reino Unido. De estas ventas, unos 7.700 millones las hace el sector del metal. Buena parte de estas exportaciones están relacionadas con la industria. Los bienes de equipo (es decir, los productos de material eléctrico, vehículos de mercancías o maquinaria para trabajar el metal), con un flujo de 6.200 millones, son el 80% del total

Según explica la patronal del metal a THE OBJECTIVE, las exportaciones de bienes de equipo son esencialmente ventas de proyectos conocidos como de ‘llave en mano’ en los que la empresa ya está sujeta al Buy American Act, que obliga a comprar productos finales o generar un determinado valor añadido en EEUU. Son proyectos de grandes infraestructuras de transporte y energéticas, como  ferrocarriles urbanos, centrales eólicas o instalaciones en autopistas, en las que la ingeniería española supone fundamentalmente el valor exportado, lo cual libera el 80% de las ventas del metal a EEUU de estas tarifas.

Las normas que otorgan preferencia en la contratación con fondos federales son la citada Buy American Act de 1933, que se aplica a las contrataciones públicas de bienes en general, particularmente restrictivas para los productos de hierro y acero y a otros materiales de construcción; y el conjunto de normas conocidas como Buy America (en particular, el Code of Federal Regulations (CFR), Título 49. Transporte).

Novedades de los aranceles

La automoción (616,88 millones, entre componentes y vehículos), el hierro y acero (527,12 millones), los bienes de consumo duradero (271,76 millones) y la joyería y relojes (117,10 millones) representan el resto de partidas menores respecto al conjunto de ventas a EEUU.

Cabe señalar que en 2024 España amplió su déficit comercial con EEUU hasta superar los 10.000 millones, amortiguando más el potencial impacto de los aranceles. En definitiva, dentro del caos global, España no está tan expuesta al mercado estadounidense, señala Confemetal, que reitera que el 80% de las exportaciones del sector del metal quedará a salvo de los aranceles de Trump por estos proyectos ‘llave en mano’.

Mientras, si no se producen nuevos cambios, Washington eliminará el sistema de cuotas libres de arancel, por lo que gravará el 25% desde la primera tonelada de los productos que crucen la frontera del país norteamericano. Para el acero, los aranceles se restablecen en el 25%; mientras en el aluminio aumenta la tarifa del 10% al 25% con esta nueva orden ejecutiva. Desaparece así el proceso de exclusiones para aquellos productos sin oferta nacional, si bien se mantendrán las exclusiones previamente aprobadas hasta que se agoten las toneladas autorizadas o venza el plazo asignado.

Por otro lado, Donald Trump también tiene previsto ampliar la lista de productos sujetos a aranceles con la incorporación de nuevos productos derivados del acero que anteriormente no estaban sujetos a estos aranceles, incluyendo artículos de consumo para el hogar o de salud. La nueva regulación endurece el alcance de los aranceles más allá de los productos básicos de acero, como se aplicó desde 2018, y la medida amplía sus redes hacia los derivados de componentes industriales, mobiliario y otros artículos del hogar.

Pero sobre todo, recalca Confemental, EEUU parece que pondrá su foco en construcción e infraestructura al añadir a la lista elementos estructurales esenciales, como torres y refuerzos metálicos. En definitiva, una normativa que busca cerrar lagunas que permitían la importación de piezas de aluminio o acero como componentes en lugar de productos terminados, evitando así la evasión de los aranceles y consiguiendo un mayor control de las partes y accesorios de maquinaria. Estos cambios estarían diseñados para prevenir que los productos procesados en terceros países eludan las restricciones de 2018, teniendo en cuenta que los aranceles no se aplicarán a los productos fabricados con acero o aluminio de origen estadounidense.

El efecto en el empleo

El temor de las industrias del metal, la ingeniería y la tecnología pasa por los descensos en la tasa de empleo sectorial en 2025 «tras varios años en los que han resistido bien y no han reducido sus plantillas a pesar de las sucesivas crisis», apunta Confemetal. Ello se debe, entre otros factores, a la introducción de medidas proteccionistas por parte de socios comerciales como China y Estados Unidos.

La patronal del sector avisa de que el proteccionismo chino y estadounidense está lastrando el comercio mundial, «perjudicando a la muy abierta economía europea y teniendo consecuencias negativas directas, en particular sobre la industria del automóvil, que actúa como tractor de otros segmentos de actividad». En este escenario y de no mediar soluciones -sostiene esta organización-, las industrias del metal, la ingeniería y la tecnología prevén decrementos en la tasa de empleo sectorial en 2025».

Paradójicamente, Confemetal indica que sigue habiendo muchas vacantes a pesar de la falta de actividad, la caída de la productividad y el cierre de plantas en la industria del automóvil en algunos países miembros. «Y ya se extienden más allá de los empleos STEM a actividades como la administración y la contabilidad y a otras vinculadas a la transición digital y ecológica», advierte la patronal del metal.

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