Los servicios públicos de empleo solo logran colocar a uno de cada 98 parados
Tras una década, el portal ‘Empléate’ únicamente recoge 53.000 y solo uno cada cinco demandantes está registrado

Pese a su ineficiencia, las oficinas de empleos sigue siendo el medio mayoritario para buscar trabajo. | Europa Press
La intermediación de los servicios públicos de empleo (SPE) para lograr un puesto de trabajo a los parados se muestra ineficiente. El pasado mes de febrero -último mes disponible- 28.493 demandantes de empleo lograron colocarse gracias a las gestiones directas de los SPE a partir de las ofertas que les hacen llegar los empleados. En total, las colocaciones superaron 1,4 millones, lo que implica que la mediación pública solo fue responsable de 2%. El resultado es una oferta por cada 157 demandantes.
Este cociente deja en evidencia la deficiente gestión de los responsables públicos para encontrar trabajo a los desempleados. Si tenemos en cuenta solo los parados reales, 2,8 millones en febrero, la ratio se reduce a 98. Entre las funciones de los servicios de empleo de las comunidades están las políticas activas, que están transferidas. La gestión de estas competencias corresponde a Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en Ceuta y Melilla. Las políticas activas contemplan intervenciones y programas cuyo principal objetivo es sacar del paro a los que lo solicitan. Mientras, las pasivas, que dependen del SEPE, tienen por objeto el pago prestaciones por desempleo.
La ineficiencia de la ejecución de las políticas activas queda patente en los datos que se desprenden de diferentes portales y estadísticas analizadas por THE OBJECTIVE. Empléate, la plataforma que gestiona el Servicio Público de Empleo Estatal, muestra 53.107 ofertas de trabajo en toda España. Este portal de empleo empezó a funcionar en 2014, de la mano del Gobierno de Mariano Rajoy. Su éxito, una década después se muestra muy limitado.
En busca de un empleo
Apenas 808.000 personas están registradas, uno de cada cinco demandantes de empleo. Mientras, solo hay inscritas 82.300 empresas, lo que muestra un claro desinterés. Los pocos más de 53.000 puestos ofertados únicamente representa uno por cada 52 parados. El portal agrega, en un único punto de acceso, toda la oferta de empleo existente en los portales públicos y privados a través de un metabuscador, con los objetivos de contribuir a dinamizar la colocación y conferir una mayor transparencia al mercado de trabajo.
El SEPE distingue entre colocaciones de demandas activas -por tanto, de personas inscritas como demandantes en las oficinas públicas de empleo en el momento de la colocación- y colocaciones con oferta previa, que son las que se corresponden a puestos ofrecidos por las empresas a los SPE. Un estudio elaborado por Begoña Cueto, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, apunta que “un indicador aproximado de la participación de los SPE en la intermediación es el porcentaje de colocaciones de demandas activas con oferta previa -las que hacen llegar a los SPE los empresarios- respecto de colocaciones de demandas activas”. Esta operación permite ver que su papel en las colocaciones solo representa el 2%.
Familia y amigos
La escasa relevancia en las colocaciones de los servicios públicos se muestra frente a los otros métodos para lograr trabajo. Las redes sociales y los portales de empleo ya encuentran seis veces más empleos que mediante el SEPE. Los datos, recogidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre Redes de Apoyo, evidencian que LinkedIn y otras redes y páginas profesionales consiguieron facilitar un empleo a más del 11% de las personas que buscaba un puesto.
La familia, los amigos y los contactos del trabajo son el método más eficaz. Uno de cada cuatro desempleados consiguieron un trabajo por esta vía. Pese a este escenario, las oficinas de empleos sigue siendo el medio mayoritario para buscar trabajo. Casi el 50% de los encuestados admite que recurrió al SEPE. Un 45% señala que optó por hacerlo a través de internet.
Una reforma ambiciosa
El pasado mes de marzo de 2023, se impulsó una nueva reforma del SEPE, que se ha mostrado claramente insuficiente, a través de la Ley de Empleo. La idea era facilitar a las personas trabajadoras nuevas y más eficaces herramientas para mejorar la orientación y el acompañamiento, tanto para la búsqueda de empleo como para mejorar su empleabilidad. El organismo autónomo del Servicio Público de Empleo Estatal se transformaba en la Agencia Española de Empleo, que tiene como funciones la ordenación, desarrollo y seguimiento de los programas y medidas de las políticas activas de empleo y de protección por desempleo, en el marco de lo establecido en esta ley.
También se preveía habilitar el Sistema Público Integrado de Información de los Servicios Públicos de Empleo, el cual buscaba reunir todos los datos relativos al empleo y la empleabilidad de las personas y empresas usuarias de los servicios públicos de empleo, así como los referentes a las personas, empresas y demás entidades empleadoras usuarias.